Restablecida la paz de la Iglesia, la presencia del papa -ya antipapa- de Peñíscola es una incomodidad manifiesta para el rey ALFONSO V, que, sin embargo, no quiere utilizar la fuerza contra el que ha sido el valedor de los Tratámara en el compromiso de Caspe. Ya que no se fía de la política mediterránea del nuevo papa MARTÍN V, deja que BENEDICTO XIII viva tranquilamente en Peñíscola (Castellón) a donde ha mudado la sede papal, en el antiguo castillo de la Orden del Temple. Benedicto XIII, aún abandonado de todos, en ningún momento deja de considerarse el legítimo Papa. El episodio en su conjunto convierte al Papado en el hazmerreír de Europa, y la institución precisará largo tiempo para recobrarse.

A pesar de que ALFONSO V el Magnánimo es más abierto y cordial que su padre FERNANDO I, es propenso a prescindir de las Cortes y sigue la tendencia castellanizadora en los altos cargos que también había mostrado su padre. El descontento concita en 1418 una liga de barones, pueblos y ciudades, incluidas Barcelona, Zaragoza y Valencia, que plantean abiertamente el problema. El \»conseller en cap\» de Barcelona, Ramon Desplà, preguntado por el rey si también dentro de la exigencia de servidores catalanes, habían de incluirse a las criadas de la reina, es fama que contestó que \»si las mulas que han traído de Castilla hablasen castellano también tendrían que despedirlas\». La anécdota explica el enfrentamiento de los catalanes con la nueva dirección castellana de los asuntos del reino.

ALFONSO V el Magnánimo deseoso de grandes empresas, propugna una vasta actuación en el Mediterráneo, lo que le enfrenta con los catalanes, que desean, dada la coyuntura, una política mucho más morigerada. Pese a todas las oposiciones lleva adelante sus planes y no retrocede cuando las Cortes le niegan el subsidio solicitado para combatir a Génova. Rectificando el planteamiento de su padre, FERNANDO I, aparta a su hermano JUAN del gobierno de las islas y lo envía a reforzar el «partido» aragonés en Castilla, que pronto empezará a configurar según sus deseos, aunque aquello perjudique a ENRIQUE, el hermano encargado por FERNANDO I de los asuntos castellanos. El enfrentamiento entre ambos no tardará en producirse.

ALFONSO V que insiste en su aventura italiana, convoca nuevas Cortes en S.Cugat para finales de 1419 y éstas, finalmente, le conceden 50.000 florines, aunque sólo a cambio de una serie de peticiones -entre ellas que el Consejo Real fuera responsable ante las Cortes-, que el rey obvia. Desde que el arzobispo de Tarragona, en el Parlamento barcelonés había dicho al rey que en vez de conquistar la tierra catalana lo que tenía que hacer era tomar la tierra por verdadera patria, el rey ALFONSO V había rectificado su conducta y en las Cortes de S.Cugat hizo su discurso en catalán.

JUAN II de Castilla empieza a rodearse de un núcleo de humanistas y a dedicar todo su tiempo y sus esfuerzos a la poesía, la música, la danza y las artes, el gobierno es ejercido, en esta etapa, por el infante aragonés JUAN, hijo del fallecido FERNANDO de Antequera.

Fallece a los 94 años de edad, el Papa BENEDICTO XIII (Pedro Martinez de Luna) en en el Castillo de Peñíscola (Castellón). Se mantuvo hasta el final en sus trece y de ahí, precisamente, viene el dicho popular.

Los triunfos obtenidos por las armas del rey de la Corona de Aragón, por mar y tierra, concitan la envidia de los napolitanos y hasta de la misma reina JUANA al extremo de tramarse un complot para asesinar al rey ALFONSO V. Felizmente el rey puede burlar el peligro y se hace fuerte en los castillos de Nou y de l\’Ou. Por suerte, llegan, en la fecha, desde Tortosa refuerzos que permiten la conquista definitiva de Nápoles y el homenaje del pueblo.

ALFONSO V, ante la situación en la península, deja a su hermano Pedro de lugarteniente en Nápoles y decide regresar a ru reino -la Corona de Aragón- ya que podrían impedir sus propósitos en Nápoles cortándole los indispensables subsidios. En su camino de regreso quiere dar a los de Anjou una muestra de su intrepidez y, en la fecha, entra en Marsella saqueándola e incendiándola.

Ante la reacción de ALFONSO V de Aragón, ALVARO de Luna prefiere retirarse a un segundo plano. El infante JUAN se entrevista con su hermano ENRIQUE en Torre Aracil, éste es liberado y se restablece el partido de los infantes que es encabezado por JUAN, ahora ya rey de Navarra. La recuperación de fuerzas de los infantes representa la caída de ÁLVARO de Luna, que es desterrado por una sentencia de 30 de agosto de 1427.

Se inicia la inevitable guerra entre los Trastámara de la Corona de Castilla y los de la Corona de Aragón (1429-1436).