El ejército de NAPOLEÓN se encuentra con los lentos y confiados prusianos, y el 14 de octubre se libra una doble batalla. Napoleón se enfrenta a un ejército prusiano en Jena, en Sajonia occidental, mientras su general Louis-Nicolas Davout se enfrenta a su vez a otro en las proximidades de Auerstadt. En ambos casos los prusianos son aplastados y sus ejércitos, desintegrados.

Las fuerzas francesas de NAPOLEÓN ocupan entonces Prusia, capturando Berlín el 25 de octubre de 1806. Sin embargo, la ciudad no llegó a formar parte de dicho imperio, pues sólo fue ocupada militarmente pero no anexionada. Napoleón visita la tumba de Federico II, ordenando a sus mariscales quitarse el sombrero y diciendo: «Si él estuviera vivo, nosotros no estaríamos aquí hoy». En total, a NAPOLEÓN le había llevado sólo 19 días desde el comienzo de su ataque contra Prusia la conquista de Berlín. La ciudad deberá soportar 2 años de ocupación Y NAPOLEÓN dirige la contienda desde su palacio en Berlín. Los franceses marchan sobre el este de Prusia y la frontera rusa. Los participantes en esta coalición son Inglaterra, Prusia, Rusia, Sajonia y Suecia. La mayoría de los miembros de esta coalición (La Cuarta) ya se encontraban luchando previamente contra Francia como parte de la Tercera Coalición, por lo que no se da un periodo intermedio de paz.

Rusia que ha apoyado a Austria el año anterior, ahora apoya a Prusia. En la fecha, NAPOLEÓN habiendo avanzado hacia el este, ocupa Varsovia (que ha permanecido once años en manos prusianas, a raíz del tercer reparto), a fin de tener vigilados a los rusos.

Las fuerzas ruso-prusianas se enfrentan a las del ejército de NAPOLEÓN en la Batalla de Eylau (actualmente Bagrationovsk (Rusia), oblast de Kaliningrado), el 7-8 de febrero de 1807. La batalla queda indecisa, y ambos han de retirarse. Es la primera vez que NAPOLEÓN libra una gran batalla sin conseguir una clara victoria. Eylau es, pues, la primera prueba seria para la Grande Armée, la cual ha demolido literalmente en las dos campañas anteriores los ejércitos de las grandes potencias europeas en la Batalla de Austerlitz (Austria, diciembre de 1805) y en la Batalla de Jena-Auerstädt (Prusia, octubre de 1806).

De nuevo las tropas de NAPOLEÓN se enfrentan a las de Rusia en Friedland (Prusia), algo al este de Eylau. Friedland es otro Austerlitz: Napoleón, después de haber cortado en dos el ejército ruso, se lanza a la parte principal, lo envuelve, lo acorrala en Alle en la pequeña ciudad de Friedland, y cubre el puente de metralla; los Rusos, que no tienen otra línea de escape, se lanzan al agua para huir, y mucho se ahogan: la batalla produce 40.000 hombres muertos, heridos o presos. Esta vez sí vence NAPOLEÓN, y al día siguiente se apodera de Koenigsberg, en Prusia oriental. Ahora toda Prusia está en sus manos, y Rusia, tres días después, solicitará una tregua.

Tras las derrotas de Austerlitz, Eylau y Frieland, Rusia y Prusia tienen que firmar con NAPOLEÓN, en la fecha, los Tratados de Tilsit. El día 7 de julio, por un primer Tratado, Francia hace la paz con Rusia y ambos emperadores se reparten el mundo. La paz permite a Napoleón unir Rusia al bloqueo marítimo continental que ha impuesto a Gran Bretaña y le deja las manos libres para asegurar posiciones en el oeste de Europa. El día 9 de julio, por un segundo Tratado, se firma la paz entre Francia y Prusia aunque con unas condiciones extremadamente duras para Prusia, que pierde prácticamente la mitad de su territorio nacional pues es obligado a ceder la mitad de sus territorios a Francia, al nuevo Reino de Westfalia de Jerónimo Bonaparte y al nuevo «Gran Ducado de Varsovia» -estado polaco independiente pero, naturalmente, marioneta de Francia-. NAPOLEÓN ahora tiene virtualmente el control absoluto sobre el oeste y el centro de Europa. NAPOLEÓN ayudará también a los polacos en la creación de un ejército propio, encabezado por el sobrino del último rey polaco, príncipe Jozef Poniatowski.

Por otra parte, se constituye con los territorios del oeste del Elba, el «reino de Westfalia» cuyo rey será Jerónimo Bonaparte. Prusia, finalmente, debe reducir su ejército y abonar una crecida indemnización. Rusia no pierde territorio, pero se aviene a a una alianza con Francia en contra de Gran Bretaña. Ahora NAPOLEÓN es el amo, o el «socio mayoritario», de todas las naciones europeas, y se halla en la cumbre de su poder. Con el reino de Westfalia, lleva la frontera occidental del Imperio Francés hasta el Río Elba. Consecuencia de la derrota Prusiana es también la creación del Gran Ducado de Varsovia.

El Reino de Westfalia es un Estado monárquico de 1807 a 1813, con capital en Kassel, en el actual territorio de Alemania. Aunque formalmente es un estado independiente, en realidad es vasallo de Francia. Su nombre procede de la región de Westfalia, pues abarca territorio de esa zona. El reino es creado el 18 de agosto de 1807 por decreto de NAPOLEÓN, a partir de territorios cedidos por Prusia a Francia; entre éstos se encuentran el Electorado de Hannover, el Ducado de Brunswick-Lüneburg y el Electorado de Hesse. Incluye también la ciudad de Magdeburgo. El estado se integra a la Confederación del Rin. El reino es dotado de una constitución, que incluye la abolición de los siervos, los derechos de libre mercado y el Código Napoleónico. Se establece el sistema métrico decimal y se prohibe la libertad de expresión. El reino de Westfalia funciona también como suministro de tropas para el ejército napoleónico.

Durante las Guerras Napoleónicas, los esfuerzos de Inglaterra para bloquear el continente europeo llevan a enfrentamientos navales con Dinamarca, que junto con Suecia, Rusia y Prusia ha constituido la Liga de la Neutralidad Armada. Wellesley no tiene mucho tiempo para cultivar su carrera parlamentaria porque, en el mes de agosto de 1807, se le entrega el mando de las fuerzas de desembarco del almirante Gambier, en la expedición militar contra Dinamarca, para evitar que Napoleón pueda utilizar la flota danesa contra Inglaterra. Allí, en la fecha, obtiene la victoria de Kiape en la que los ingleses destruyen completamente la flota danesa y el almirante Gambier se apodera de 70 barcos: el famoso «robo» de la flota.

Prusia y, hasta cierto punto, Austria están escarmentadas por sus derrotas de 1805 y 1806, y se afanan en reformar sus instituciones de gobierno y en tratar de que sus ejércitos sean más eficaces y se amolden cuanto antes a los principios a los que se ha atenido el propio NAPOLEÓN. Friedrich Karl von Stein se muestra particularmente activo en la reforma de Prusia, y cuando Napoleón le obliga a dimitir de sus cargos en 1808, huye a Austria y después a Rusia, manteniendo siempre una irreductible oposición al emperador francés allá donde vaya. El embajador austríaco en Francia, Klemens Wenzel von Metternich, aguarda atento cualquier oportunidad de oponer resistencia a Napoleón. El cúmulo de tropiezos que Napoleón tiene en España brinda a Austria esa oportunidad, y la consiguiente esperanza es alimentada por los británicos, siempre dispuestos a brindar ayuda financiera a cualquier nación que desee combatir al francés. El 9 de abril de 1809, Austria invade Baviera (que sigue siendo un títere de Francia), y Napoleón ha de apresurarse a prestar atención al Este, dejando incompletas sus operaciones en España.