La Ley de Reforma Parcial del Código Penal que se aprueba en Venezuela, aumenta la pena por los delitos de desacato y difamación y obliga a los medios a tener columnistas de todas las ideologías.

La compra de armas y equipo bélico a Rusia, España y Brasil por parte del Gobierno de Hugo CHÁVEZ preocupa a EEUU. y a los países vecinos de Venezuela, que temen que se dispare una carrera armamentista en la región. Parece ser que la compra es de 100.000 fusiles (su ejército es de 34.000 hombres), armas antiaéreas y 40 helicópteros militares a Rusia, a España comprará corbetas y aviones de transporte de tropas y asimismo, adquirirá a Brasil tres docenas de aviones de combate Super Tucano. Hace cuatro años, cuando EEUU. anunció la donación de helicópteros al plan Colombia, CHÁVEZ acusó al Gobierno de Pastrana de alterar el equilibrio andino porque “podría incrementar la violencia en la región”. Venezuela también criticó la venta de tanques españoles AMX al ejército colombiano, que se suspendió tras la llegada de Zapatero a la Moncloa.

El presidente CHÁVEZ de Venezuela ha creado un nuevo cuerpo militar, sin vinculación con los mandos naturales del ejército y bajo las órdenes directas del propio CHÁVEZ. De hecho este nuevo cuerpo supone el nacimiento de una forma de milicia (con antecedentes en Cuba y Nicaragua) que será el “brazo armado del régimen” y que permite legitimar a los círculos bolivarianos y a los grupos paramilitares, “que en los últimos años han actuado como instrumento de intimidación y agresión contra los opositores”. Además de esta milicia, el presidente Hugo CHÁVEZ ha creado las Unidades de Defensa Popular, que reciben adiestramiento militar y físico en los barrios. Cantando Patria o muerte,decenas de chavistas de diferentes edades se reúnen para practicar la formación y ejercicios militares. “Reserva, la garantía de seguridad y defensa nacional a la lucha”, reza la consigna que vocean los miembros de la Unidad de Defensa Popular.

Se celebran las elecciones legislativas, sin la participación de la oposición, y los partidarios de CHÁVEZ colman los 167 escaños de la Asamblea Nacional, en un proceso que registra una abstención superior al setenta por ciento, según datos oficiales.

En América del Sur existen dos amplios mercados: el CAN o Comunidad Andina de Naciones formado por Bolivia, Colombia (Uribe), Ecuador, Perú (Toledo) y Venezuela (Chávez). Por otra parte, el Mercosur formado por Argentina (Kirchner), Brasil (Lula), Uruguay (Vázquez) y Paraguay. En fecha hoy, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez da la espalda a los países andinos y se asocia con el bloque comercial del Sur acercándose a los presidentes de tendencia de izquiera en su mayoría.

Con la victoria de Alan García en Perú, el presidente CHÁVEZ de Venezuela queda más aislado que nunca. En apariencia, CHÁVEZ se lleva mejor con el derechista colombiano Alvaro Uribe, estrecho aliado de EEUU., que con un socialdemócrata como Alan García. Las relaciones de Caracas con México están congeladas, sin presencia de embajadores, y las que mantiene con Lima y Managua se encuentran al borde de la quiebra. En varias ocasiones, CHÁVEZ se comprometió a romper formalmente con Perú si triunfaba Alan García. Analistas venezolanos independientes dudan de que cumpla su promesa porque tendría menos capacidad para influir en Humala y para crear dificultades al nuevo gobierno. Ante el enfriamiento de sus relaciones con Lula por la intromisión venezolana en las nacionalizaciones decretadas por Evo Morales, Chávez ya solo tiene el apoyo de los pequeños países caribeños, a los que compra su voto en la Organización de Estados Americanos (OEA) a cambio de unos barriles de petróleo.

La firma estatal Petróleos de Venezuela (PDSA) ha informado de que ha empezado el proceso de certificación de las reservas de petróleo encontradas en un depósito colosal bajo el lecho del río Orinoco, para que cumplan con los criterios del American Petroleum Institute. El país ya se jacta de tener 80.000 millones de barriles, las mayores reservas de petróleo fuera de Oriente Medio. De sumarse los recursos del lago negro del Orinoco, éstas se cuadruplicarían hasta los 315.000 millones para el 2008. Venezuela pasaría a ser líder mundial, por delante incluso de Arabia Saudí. Caracas cree que este yacimiento podría garantizar petróleo durante 350 años. De hacer realidad este sueño, Chávez alcanzaría un poder e influencia (en particular en la asignación de las cuotas) en la OPEP considerable.

Tomado en su conjunto, el Mercosur es el primer productor mundial de alimentos, cuenta con vastos recursos energéticos, tiene más de doscientos cincuenta millones de habitantes y genera un PIB anual de un billón de dólares. Así que lo que se juega sobre el tapete argentino no es ninguna minucia. Con sus instituciones aún a medio formar, lejos la moneda común, en proyecto el oleoducto continental que entusiasma a sus líderes, la cumbre del Mercosur en Córdoba parece diseñada para ir más allá de simples cuestiones comerciales.

Se reúne en Córdoba (Argentina), la XXX cumbre de Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y el nuevo miembro Venezuela- con Cuba y Bolivia como invitados. Esta cumbre está marcada por el color de los gobiernos de izquierdas, que hoy ocupan el poder en la mayoría de los países de Iberoamérica y el Caribe. Quizá de ahí provengan las reticencias que se observan al norte, en Washington, donde se constata que mientras el Mercosur se reconstruye y avanza, el Área de Libre Comercio de las Américas se esfuma. Está por ver cuál será el peso específico de Venezuela, pero son de sobras conocidos las pretensiones políticas del presidente venezolano, empeñado en que el mercado común de Iberoamérica y el Caribe se transforme en un bastión independiente y unido, frente a la “influencia” norteamericana.

La Administración Bush y la Venezuela de CHÁVEZ están librando una batalla diplomática entre bastidores. En juego está un sillón en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero al fondo a la izquierda se encuentra Irán, cuyo programa nuclear barrunta más bien de una escaramuza en el máximo órgano de poder del primer foro internacional. Hugo Chávez pretende ocupar uno de los sillones rotatorios del Consejo de Seguridad, donde se sientan cinco miembros permanentes (EEUU., Rusia, China, el Reino Unido y Francia) y diez con un mandato de dos años. Ahora, el sillón que corresponde a la región iberoamericana lo ocupa Argentina, y Venezuela ha presentado su candidatura, iniciativa que la Administración Bush no ve con entusiasmo. Washington no sólo tiene su propio candidato, Guatemala, sino que, según Los Angeles Times,ha comenzado a presionar a los vecinos del sur para que no respalden la ambición de Chávez. El desenlace de la disputa determinará la influencia que cada una de las dos partes disfruta en un subcontinente por el que soplan vientos de cambio.