Wellesley se dispone a sitiar Badajoz, pero es informado de que Soult se apresta a socorrer la ciudad con fuerzas importantes; entonces envía un ejército de 26.000 hombres para detenerlo, al mando de su general Beresford y de los generales españoles Castaños, Blake y Carlos de España. Esa fuerza cumple la orden heroica y eficazmente en Albuera, el 16 de mayo de 1811, batiendo a los 27.000 soldados de Soult en la más sangrienta batalla de la Guerra de la Independencia.

Wellesley, sin embargo, convencido de la inutilidad del asedio a Badajoz, el 10 de junio retrocede hasta la ciudad de Elvas y permanece todo el verano en diferentes localidades portuguesas, cerca de la frontera, a la altura de Salamanca y Cáceres. Durante este tiempo, el mariscal Marmont le ataca infructuosamente en diversas ocasiones, hasta que, ante la resistencia de la fuerza hispano-británica, opta por retirarse hacia el Norte. Por razones tácticas, Wellesley fija su cuartel en Freineda, muy cerca de la frontera española y frente a Fuentes de Oñoro. Aquí residirá hasta el 12 de marzo de 1812 con la interrupción del mes -6 de enero a 3 de febrero- que invierte en el asedio, toma y reorganización de Ciudad Rodrigo y su región, que España le recompensará con el ducado de Ciudad Rodrigo.

El 14/5/1811 las tropas francesas del Mariscal SUCHET han iniciado su ataque a Tarragona. Tarragona se ha defendido bien y ha resistido -hasta la fecha- en que, abierta brecha, el enemigo penetra en la ciudad, obligando a la gente de Tarragona a retrasar sus posiciones hasta la catedral, donde se sostiene una épica lucha, mientras el enemigo siembra el escándalo y la crueldad. La situación es desesperada. Una Junta de Generales reunida en Cervera (1/7) acuerda la evacuación de Catalunya.

Montserrat, en Catalunya, es considerada plaza fuerte por el ejército español y fortificada hasta cierto punto. Las fuerzas anglo-españolas hostilizan desde Montserrat a los franceses y estos toman terrible represalia. Los franceses, en la fecha, se presentan en Montserrat y en tres horas alcanzan todos sus objetivos militares. El mariscal Suchet otorga, como venganza, el saqueo del monasterio a sus tropas. Todo es hollado, profanado, destruido. La comunidad ha de dispersarse.

El 15 de agosto de 1811, el Zar ALEJANDRO I Pavlovich, despreciando el tratado de Tilsit firmado con NAPOLEÓN el día 7 de julio de 1807, vuelve a abrir sus puertos a los ingleses. NAPOLEÓN hará saber a Kurakín, embajador de Rusia en Francia, que no se quedará con los brazos cruzados ante la actitud de ALEJANDRO.

Napoleón quiso aprovechar el cautiverio del Papa para arrancarle inauditas concesiones que constituían graves atentados a la independencia de la Iglesia del poder civil. Quería, además, que se estableciese su sede en París, haciendo de la capital imperial también la del Catolicismo. Pío VII se resistió a tales pretensiones, a pesar que se le quiso forzar alejando de él a todos los prelados fieles y secuestrando su correspondencia. Napoléon quiso forzar las cosas convocando un concilio en París, al que asistieron 95 entre cardenales y prelados, que, ante su sorpresa, se declararon incompetentes para suplir la autoridad pontificia. El 6 de octubre de 1811, después de tres meses de estériles sesiones, el concilio parisino fue disuelto por un enfurecido emperador.

NAPOLEÓN visita Amsterdam para inspeccionar los puertos y las playas con vistas a preparar su gran proyecto de desembarco en Inglaterra.

En la fecha, los franceses, antes de abandonar Montserrat que han destruido totalmente, incendian cuanto queda. El siglo XIX, en efecto, es especialmente trágico para Montserrat ya que debido a la Guerra del Francés, será incendiado dos veces por las tropas napoleónicas, en 1811 y posteriormente en 1812. En 1560 se inició la construcción de la basílica actual, que se consagra en 1592. Continúan las construcciones con edificios nuevos, se incrementan las propiedades y se establecen prioratos dependientes en muchos lugares. Se pone en funcionamiento una imprenta que obtiene con los años mucho renombre. Por otra parte se consigue acumular un importante patrimonio artístico. La Escolania alcanza también mucha importancia. Todo queda destruido. Ante el avance por Catalunya de las tropas francesas, la Junta se ha refugiado previamente en Solsona pasando luego a Berga. Los franceses dominan todas las plazas importantes de Catalunya. SUCHET sigue hacia Valencia con su ejército.

Por decreto de NAPOLEÓN del 26 de enero de 1812, Catalunya queda anexionada a Francia. Se divide Catalunya en cuatro Departamentos (según modelo francés) (Segre, Ter, Montserrat i Boques del Ebre) al mando de Intendentes y Prefectos. Los Ayuntamientos, llamados Comunas, al mando de un Mere (del francés Maire, Alcalde). Los Prefectos de los Departamentos son todos franceses. Se inicia una reforma tributaria y la reorganización de la policía. Se termina el patrocinio oficial a la lengua catalana. Aparece nuevamente el castellano y se acentúa el predominio de la lengua francesa. Se nombra a un gobernador general, De Caen, y caudillo superior del ejército a Suche. JOSÉ I, rey de España, se manifiesta contrario a la anexión de Catalunya, pero no puede hacer nada para evitarlo. Entre la opinión catalana hay las opiniones más diversas: desde la absoluta adhesión de los afrancesados hasta la resistencia de la guerrilla, pasando por la resignación de la mayoría.

Todo parece marchar bien, y con seguridad, NAPOLEÓN siente que ya tiene todo cuanto ha querido siempre. Pero la guerrilla en España se ha hecho endémica, y las relaciones con Rusia se están deteriorando. Rusia no se siente cómoda con la existencia del Gran Ducado de Varsovia. Tampoco gusta del matrimonio de NAPOLEÓN con una princesa austríaca. Le molesta que NAPOLEÓN no acceda a dejarle las manos libres para proceder contra el Imperio otomano, y se muestra disconforme con el sistema continental. A Napoleón le parece que es necesario dar una lección a los rusos. Planea una operación relámpago contra ellos, la derrota de sus ejércitos y la ocupación de Moscú. De este modo, el Imperio del zar se mostraría más humilde y complaciente, como los prusianos y los austríacos. Con esta idea en la cabeza, comete su tercer y más grave error militar, que le resultará fatal. En la fecha, ordena la partida de la «Grande Armée» hacia la frontera rusa.