IMPERIO NAPOLEÓNICO EN FRANCIA (1804-1814)

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Los franceses vuelven de nuevo a Montserrat volando con pólvora las paredes que aún quedan en pie.


Los franceses vuelven de nuevo a Montserrat con la intención de arrasar cualquier resto que quede después de su invasión del año anterior, volando con pólvora las paredes que aún quedan en pie del monasterio y de la iglesia. Montserrat parece haber desaparecido para siempre. Pero los monjes regresarán. Su primer cuidado será rescatar la imagen de la Virgen, cuidadosamente escondida, tapiada en el hueco de la escalera, en la ermita de San Dimas. Poco a poco, habilitarán como iglesia parte del antiguo refectorio. Las gentes de la comarca al acabar la guerra, volverán a subir al santuario y ofrecerán su ayuda. La reconstrucción avanzará lentamente.

Wellesley entra en Madrid el 12 de agosto de 1812 siendo recibido entusiásticamente.


Wellesley entra en Madrid el 12 de agosto. En la capital de España, es recibido entusiásticamente; el Gobierno británico le concede el titulo de marqués del Duero, el portugués los de conde de Vimeiro, marqués de Torre-Vedras y duque de la Victoria y el español le nombra, Generalísimo de los ejércitos de España y le hace miembro de las órdenes de San Fernando y del Toisón de Oro. Sin embargo, no tendrá Wellesley mucho tiempo para saborear tantos honores. Su posición está expuesta a dos amenazas: una, procede del Suroeste: se trata de los ejércitos que se replegan desde Andalucía. La otra, proviene del Norte y consiste en las divisiones que, después de la Batalla de Arapiles, se están reorganizando.

Los calores, la lluvia y el barro, comienzan a quebrantar el ánimo de las tropas francesas en Rusia.


El día15 de agosto, fiesta de la Asunción, y gran día del Imperio por ser el cumpleaños de NAPOLEÓN, hay escasa pompa en la «Grande Armée». Los calores, la lluvia y el barro, comienzan a quebrantar el ánimo de las tropas. Y el enemigo no presenta la esperada batalla, que ha de decidir el resultado de la campaña.

Los franceses ocupan Smolensk, la primera gran ciudad rusa que se alza a su paso.


El 18 de agosto, los franceses ocupan Smolensk, la primera gran ciudad rusa que se alza a su paso. Pero las calles están desiertas. Es muy posible que si NAPOLEÓN se hubiera sentado, en Smolensk, esperando una nueva primavera y otro verano, la historia del mundo habría cambiado de rumbo. Pero decide seguir avanzando, penetrando en el inacabable mundo ruso. La táctica que siguen los rusos provoca no pocas controversias entre el alto comando ruso, descontento con que antiguas ciudades como Smolensk sean evacuadas. Algunos acusan a Kutuzov de cobardía, pero éste cuenta con el beneplácito del zar.

Toma el mando de los ejércitos rusos Mijaíl Ilariónovich Kutúzov.


El 29 de agosto de 1812, toma el mando de los ejércitos rusos Mijaíl Ilariónovich Kutúzov. Ha sido derrotado en Austerlitz, pero en gran parte porque lo desautorizan los emperadores de Rusia y Austria. Continúa retirándose inflexiblemente. NAPOLEÓN sigue presionando. No toma la dirección Sur, como había hecho Carlos XII, sino que prosigue, con el fin de apoderarse de Moscú. Kutúzov está preparado para dejarle tomar esta ciudad, pero le resultá psicológicamente imposible ceder sin una lucha previa. Se dispone, pues, para el combate en Borodinó, a unos 160 km al oeste de Moscú.

Por fin se abre fuego en el pueblo de Borodino, río Moskva. Las tropas rusas se defienden con fiereza.


Cuando el 7 de septiembre de 1812 se abre finalmente fuego en el pueblo de Borodino, cerca del río Moskva, las tropas rusas al mando del general Kutusov, defienden con fiereza sus posiciones ante el asalto frontal de NAPOLEÓN. Aquel enfrentamiento le cuesta la vida a 40.000 rusos y 30.000 franceses. Ese día perecieron más hombres que en cualquiera de las batallas reñidas en toda la historia hasta entonces (y esa mortandad no se repetiría hasta cien años después). Cuando hubo concluido, los franceses permanecieron en el campo de batalla y los rusos se retiraron. Por esta razón la batalla de Borodinó se cuenta como una victoria francesa, en especial porque murieron tres rusos por cada dos franceses. Pero los primeros podían compensar sus pérdidas y los segundos, no. A Napoleón sólo le quedaban 95.000 hombres en su ejército invasor, esto es, una quinta parte de los que eran al principio, y no tenía esperanza alguna de recibir refuerzos. Quizás por esta razón, los rusos celebran también como victoria esta batalla.

NAPOLEÓN entra en Moscú convencido de que los rusos harán alguna oferta de paz.


El 14 de septiembre de 1812, NAPOLEÓN entra en Moscú convencido de que los rusos harán alguna oferta de paz. Pero tan pronto como su armada acampa en la ciudad cuyos habitantes han sido evacuados precipitadamente, ésta comienza a arder por los cuatro costados. (Todavía no se sabe, en 2015, si el incendio es provocado o accidental). En cualquier caso, el fuego fuerza a los franceses a acampar en las afueras y los conduce a una creciente desmoralización. Los incrédulos soldados no comprenden cómo su hasta entonces omnipotente emperador no ve lo que parece evidente: que los rusos no tienen intención alguna de firmar la paz, y que la «Gran Armée» está siendo progresivamente rodeada. Están atrapados en una ciudad que carece de los suministros necesarios para sobrevivir al invierno. La violación del Kremlin y la devastación de Moscú desatan las iras del Zar hacia su antaño admirado NAPOLEÓN. Es el punto de no retorno. ALEJANDRO I se niega a rendirse y menos a pactar con él cuando NAPOLEÓN, sin víveres ni munición, pide una entente. «No más paces con NAPOLEÓN. O él o yo, o yo o él, no podemos reinar juntos», fue su grito de guerra.

De los 450.000 hombres que han cruzado la frontera rusa, ya sólo quedan 95.000.


De los 450.000 hombres que han cruzado la frontera rusa, ya sólo quedan 95.000. Mientras, la moral francesa se desploma al mismo ritmo que baja el termómetro. En consecuencia, muchos de los aliados de Napoleón (18 países toman parte en la invasión de Rusia del lado de los franceses) comienzan a inquietarse y a desertar. Al mismo tiempo, los rusos sobre todo el ejército de Kutuzov, formado por 110.000 hombres al sur de Moscú, cerca de Kaluga se envalentonan y creen más que nunca en la victoria.