A la paz de Luneville (9/2/1801) le sigue el 18 de marzo de 1801 el tratado de Florencia, con el cual el Reino de Nápoles cede a Francia la isla de Elba y los territorios de Italia central, comprometiéndose además a interrumpir las relaciones comerciales existentes con Inglaterra y el Imperio otomano.

En España, la política llevada a cabo por el valido Manuel GODOY depende cada vez más de los dictados franceses. GODOY es nombrado “generalísimo de mar y tierra” del ejército formado por 60.000 españoles y unos 20.000 franceses. NAPOLEÓN promete a GODOY un reino en el Algarve portugués a cambio del permiso necesario para atravesar la península e invadir el país vecino. Las ansias de poder del valido no le permiten contemplar la realidad y ese permiso se concede. El ejército hispano-francés invade Portugal por el Miño, por el Algarve y por Extremadura, donde se concentra el grueso del ejército, al frente del cual está el mismísimo Godoy. A los franceses se les ha reservado la margen derecha del Tajo. La resistencia portuguesa es mínima. Por otra parte, a la débil organización militar (no más de 20.000 hombres), Portugal ha de añadir la indolencia de los ingleses, que se niegan a ayudarle a pesar de las peticiones de socorro hechas desde Lisboa.

Después de una desigual batalla dentro de la Guerra de las Naranjas, Portugal solicita la paz y este país, por un lado, y España y Francia, por el otro, firman, en la fecha, el Tratado de Badajoz que pone fin a la guerra iniciada el mes anterior, devolviéndose todas las conquistas a Portugal, con la excepción de Olivenza y su territorio, que ya era un viejo contencioso fronterizo entre los dos países; aprovechando la ocasión y la geografía, tampoco se devuelve Vila Real (Villarreal), que no pertenece a Olivenza, sino a Juromenha. Olivenza, es española desde entonces, aunque sus naturales han conservado su lengua portuguesa (Olivenza, al sur de Badajoz, está formado -en la actualidad- por la villa del mismo nombre y otros siete pueblos. Ocupa 750 km2 y tiene 11.000 habitantes.) La línea divisoria entre España y Portugal se fija en el río Guadiana en aquella zona. Aunque el acuerdo entre Francia y España prevé que Portugal ceda a España una o varias provincias portuguesas que representen el veinticinco por ciento de la población metropolitana para poder usar como moneda de cambio y conseguir la devolución o cesión de Gibraltar, la isla de Trinidad y Malta, esta cláusula es obviada por CARLOS IV de España, con grave disgusto de NAPOLEÓN.

NAPOLEÓN, que quiere la ocupación total de Portugal, al enterarse del acuerdo monta en cólera. Manda un correo con instrucciones para evitarlo, pero éste tiene un accidente por el camino, llegando a Badajoz el día 7 de junio. Aunque el tratado hispano-portugués se firmará el día 8, GODOY hace poner en él la fecha del día 6, para que parezca que las órdenes del emperador han llegado tarde.

NAPOLEÓN al término de la “Guerra de las Naranjas”, por no quedar satisfecho con el Tratado de Paz ajustado por su hermano Luciano Bonaparte, está a punto de romper relaciones con España, en tanto que GODOY afirma que un nuevo envío de tropas francesas a la península será considerado una declaración de guerra.

Toussaint decide independizar a la isla de Santo Domingo de Francia, derrotando a las fuerzas fieles de la metrópoli, que capitulan y escapan hacia Cuba y las pequeñas Antillas. En la fecha, se aprueba una Constitución en la isla en la que figura la abolición de la esclavitud y la igualdad de todos sus habitantes, cosas que no tienen parangón con ninguna otra constitución. Su artículo tercero señala: “No podrán existir esclavos en este territorio, la servidumbre queda abolida para siempre; todos sus habitantes, nacen, viven y mueren libres y franceses”. Por otra parte, Toussaint se convierte en Gobernador vitalicio con potestad para poder elegir a su sucesor. Pero…Napoleón, tiene sin embargo otras ideas y defendiendo ardorosamente el colonialismo francés, desea restaurar el viejo orden en las islas azucareras, por ello, decide que en cuanto los británicos levanten el bloqueo, partirá una escuadra a Santo Domingo con un ejército que aplaste la rebelión. Así lo hace en diciembre de 1801. Lanza una flota con más de 80 navíos y alrededor de 58.000 hombres para recuperar la colonia de Santo Domingo de manos de los negros.

Dada la buena predisposición del PÍO VII y de NAPOLEÓN, cabe esperar un entendimiento entre ambas jerarquías. Se produce, en efecto, y queda plasmado en el Concordato que Francia y la Santa Sede firman en 1801. El papa ha regresado a Roma y ha vuelto a ocupar su trono en ella. Como primer cónsul, NAPOLEÓN Bonaparte negocia personalmente con el papa PÍO VII el Concordato que permitirá la restauración del catolicismo en Francia. Restablecerá el apoyo del Estado a la Iglesia católica, aunque quedando sujeta a un estricto control gubernamental. Este Concordato establece normas de convivencia que se mantendrán vigentes hasta el 11 de diciembre de 1905 cuando la Tercera República sentenciará la separación definitiva entre la Iglesia y el Estado.

Se firma, en la fecha, la paz entre Francia y Rusia así como con Turquia.

El almirante inglés NELSON destruye la flota danesa en Conpenhague y acaba con la amenaza de la Liga de la Neutralidad Armada, formada por naciones que rechazan las tentativas inglesas de impedir el comercio con Francia. Todo ello fuerza la alianza de Dinamarca con Francia. Por otra parte, esta neutralidad se rompe con la firma -en la fecha- del Tratado de S.Petersburgo (Rusia), en el que se reconoce a los británicos el derecho a fondear en los puertos de Suecia y Dinamarca.

La flota enviada a Haití por Napoleón arriba a la isla el 29 de enero de 1802. Las tropas, que están dirigidas por el cuñado de Napoleón, el general Charles Leclerc, son divididas para atacar a las fuerzas de Louverture desde diferentes puntos. Son, principalmente, soldados franceses, polacos y alemanes, enfervorizados con los principios revolucionarios, que marchan a cumplir la misión que se les ha adjudicado: someter en Santo Domingo a un negro llamado Toussaint Louverture, que ha traicionado a la República y pretende entregar la isla francesa a los ingleses. Nadie les explica, sin embargo, que van a restaurar el colonialismo y la esclavitud, extirpando de raiz los ideales de libertad e igualdad humana por los que han luchado los negros. NAPOLEÓN cuenta con una victoria fácil. Por otra parte, todos los países que tienen colonias con negros o Estados de predominio negro, consideran que NAPOLEÓN se alza como el salvador de la institución esclavista, el libertador que restaurará la esclavitud. Pero las tropas francesas no serán recibidas en Santo Domingo como salvadoras, sino como invasoras.