La pérdida de Alsacia-Lorena nunca es aceptada por Francia. Por ello, la política exterior de BISMARCK consiste en evitar que Francia consiga aliados con vista a una nueva guerra contra Alemania. Alemania se ha aliado con Austria, y Rusia teme ahora la fuerza de esta nueva alianza y considera que lo mejor será unirse a ella. En la fecha, se forma la “Liga de los Tres Emperadores”, que une a Alemania, Austria-Hungría y Rusia y que presenta un frente unido contra Francia (y también contra el socialismo). Pero esta unión de naciones no puede durar indefinidamente. En primer lugar, porque Austria-Hungría y Rusia mantienen posturas irreconciliables en relación con los Balcanes, donde una y otra aspiran a dominar. Se suscitarán crisis recurrentes en las que BISMARCK habrá de escoger entre Austria-Hungría y Rusia, y la inclinación hacia el “germanismo” común le impulsará a apoyar al primero de esos países.

Italia se adhiere a la Liga de los Tres Emperadores en septiembre de 1873, a raíz de la visita de Víctor Manuel II a Viena y Berlín. Francia estará totalmente aislada, y BISMARCK alcanzará su apogeo.

Puesta en trance de muerte la Liga de los Tres Emperadores (1873) debido al abandono de la misma por parte de Rusia (1878), BISMARCK necesita desde entonces una alianza formal, que sustituya al fenecido proyecto de directorio. En 1879 se firma un serio compromiso bilateral entre Berlín y Viena (La dúplice alianza).

La dúplice y triple alianza; Tres acuerdos constituyen este segundo sistema Bismarckiano: 1) La Dúplice: acuerdo secreto Austro-alemán defensivo contra Rusia en el caso de que este país atacara Alemania o Austria. 2) Nuevo tratado de los tres emperadores: junio de 1881. Alemania, Austria y Rusia se prometen neutralidad para el caso de que alguno de ellos entre en guerra con otro país. Con este acuerdo BISMARCK logra mantener aislada a Francia y retiene las aspiraciones Balcánicas de Austria-Hungría. 3) finalmente, la triple alianza: supone la unión de Italia a la dúplice alianza. Fue Italia la que pidió el acuerdo.

La Liga de los Tres Emperadores (1873) no llega a ser nunca una alianza formal y articulada, tropezando con dificultades por los celos de Rusia sobre la política austriaca. La guerra ruso-turca, con el consiguiente Congreso de Berlín, de 1878, en que las potencias europeas, presididas por Alemania, cortaron el avance ruso hacia Constantinopla, puso en trance de muerte la Liga de los Tres Emperadores. Pero la subida al trono de los zares de Alejandro III (1881) permite renovar, siquiera momentáneamente, la Liga de los Tres Emperadores. Alemania se ve así presidiendo dos coaliciones complementarias, que engloban a cuatro de las seis primeras potencias de Europa. De las dos restantes, Francia queda aislada a la fuerza, y la Gran Bretaña por su propio designio, en virtud de su política oceánica desviada de los asuntos continentales (splendid isolation) de la segunda mitad del s. XIX.

Se renueva la Liga de los Tres Emperadores, por otros tres años (Alemania, Austria y Rusia, 1873).

Se disuelve la Liga de los Tres Emperadores.