Pero se impone la opinión de EEUU.. Se trata de que un gran juicio, con toda la difusión y garantías jurídicas posibles (dentro de lo que puede ofrecer una relación entre vencedores absolutos y vencidos absolutos), enseñe al mundo que la guerra tiene sus propias reglas, su «código de caballeros», y que sus transgresores deben ser castigados severamente para que nadie caiga, después, en la tentación de imitarles. Se debe sentar la correspondiente jurisprudencia. Robert Houghwout Jackson, juez del Supremo de EEUU., es designado para organizar el proceso y para vencer las últimas renuencias de los aliados. Lo consigue. Uno de sus argumentos más convincentes es éste: «No vamos a juzgarles por haber perdido la guerra, sino por haberla iniciado.» Es también decisivo que EEUU. – que organizan el proceso- pidan que la garantía de imparcialidad esté dada por la presidencia de un magistrado británico, como homenaje a la rectitud del país del «habeas corpus».
GOBIERNO CUATRIPARTITO DE BERLÍN (1945-1949)
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Las primeras palabras las pronuncia el procurador americano, el mismo Robert H. Jackson.
Las primeras palabras las pronuncia el procurador americano, el mismo Robert H. Jackson, que ha convencido a los aliados de la necesidad del proceso. Su discurso comienza así: «Debemos precisar que no tenemos intención de acusar en conjunto a todo el pueblo alemán.» Tras la lectura del acta de acusación general que los encausados ya conocen, van turnándose los fiscales de los cuatro países vencedores.
Frente a los acusados, en el Proceso de Nuremberg, están sus jueces:
Frente a los acusados están sus jueces: el presidente del tribunal, sir Geoffrey Lawrence, acostumbrado a llevar la peluca blanca de su oficio, generalmente sonriente, y su adjunto, sir Norman Birkett. Los soviéticos son dos militares: el teniente coronel Volchkov y el general Nikitschenko, los dos únicos miembros del tribunal que visten de uniforme. EEUU. está representado por el juez Biddie y su adjunto, el juez Parker. Los franceses son el juez Donnedieu de Vahres y su adjunto, Rohert Falco.
El contenido del Proceso de Nuremberg cuajará en la Carta de las Naciones Unidas.
En realidad, el proceso, las actas de acusación y las sentencias de Nuremberg forman parte de una doctrina que se irá perfilando y que finalmente cuajarán en la Carta de las Naciones Unidas: la imagen de un mundo más civilizado, la esperanza de que la victoria no sólo sea el triunfo de unos países sobre otros, sino el primer paso para una nueva humanidad. Sin embargo, si bien muchos están conformes con el necesario castigo de los autores de una horrible barbarie, otros temen que el mismo hecho de que los vencedores juzguen a los vencidos contradice esa misma imagen de una humanidad nueva y generosa; para estos últimos, el proceso carece de base jurídica. Asimismo, puede haberse pensado que algunos de los crímenes de guerra juzgados también fueron cometidos por los vencedores: los bombardeos aéreos de Dresde y de Hamburgo, las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, los asesinatos de las fosas de Katyn…
En el Proceso de Nuremberg, el interrogatorio a los testigos se hará a lo largo de 218 días.
La acusación formula cuatro cargos: 1.- Crímenes contra la paz: es decir, actuaciones que llevan a la planificación o ejecución de violaciones de tratados internacionales o comisión de actos de agresión injustificada contra naciones. 2.- Crímenes contra la humanidad: planificación, ejecución o participación en exterminios y genocidios. 3.- Crímenes de guerra: violaciones de las leyes y convenios internacionales sobre la guerra. 4.- Conspiración: actuación con otros o asociación con ellos para cometer cualquiera de los crímenes señalados en los cargos anteriores. A lo largo de 218 días desfilan testigos, se proyectan documentales, se exhiben fotografías. Los interrogatorios de los fiscales y de los defensores son largos y también los contrainterrogatorios. Por delante del tribunal, del público y de doscientos cincuenta periodistas y sus cámaras pasará la imagen de una Europa deshecha y se evocarán los fantasmas de los muertos de todas las nacionalidades.
El Papa PÍO XII, recibe a cerca de ochenta delegados de prófugos judíos.
El jueves 29 de noviembre de 1945, el Papa recibe a cerca de ochenta delegados de prófugos judíos, procedentes de varios campos de concentración en Alemania, que manifiestan «el sumo honor de poder agradecer personalmente al Santo Padre la generosidad demostrada hacia los perseguidos durante el terrible período del nazi-fascismo» (L’Osservatore Romano, 30 de noviembre de 1945).
ODESSA es el nombre de la red formada por grupos nazis para ayudar a escapar a miembros de la SS.
ODESSA es el nombre comúnmente dado a la red de colaboración desarrollada por grupos nazis para supuestamente ayudar a escapar a miembros de la SS. El mayor propulsor de la reputación de esta organización fue Simon Wiesenthal, un judío austríaco sobreviviente del holocausto, quien se dedicó a rastrear ex nazis para llevarlos a juicio, sin embargo ex miembros de la Waffen SS como del partido nazi han negado que esta organización como tal haya existido. Supuestamente esta organización ayudó a alemanes exiliados en Argentina y España tras la Segunda Guerra Mundial. La mayor parte de sus integrantes residía en Madrid y tuvieron contacto directo alguna vez con el Führer. No se sabe lo que es de esta organización en la actualidad, aunque lo más probable es que ya no exista. El principal organizador de ODESSA en España fue el Teniente Coronel nazi Otto Skorzeny. Algunas fuentes han atribuido, sin evidencia documentada, la colaboración del entonces presidente argentino Juan Domingo Perón con este grupo.
Se inicia el proceso de unificación de las tres zonas de ocupación occidentales de Alemania en una sola, sobre la base de unas mismas estructuras políticas.
Pero como las políticas divergían, Alemania fue dividida en dos partes. Gran Bretaña, EEUU. y Francia querían reintegrar a Alemania dentro de las grandes potencias de Europa Occidental capaz de contener las tendencias expansionistas de la URSS. Así,se inicia el proceso de unificación de las tres zonas de ocupación occidentales en una sola, sobre la base de unas mismas estructuras políticas (promoción de la democracia parlamentaria) y administrativas (los länder o estados). Este proceso, promovido especialmente por EEUU. (Plan Marshall), y la orientación de la zona soviética hacia el bloque de países socialistas, unido a las divergencias y tensiones entre los ocupantes occidentales y la URSS, irá configurando la realidad del futuro en la forma de dos estados distintos y hostiles entre sí.
Llega el turno de la defensa en el Proceso de Nuremberg. El primero en subir al estrado es Goering, en calidad de número dos del régimen.
En marzo de 1946 llega el turno de la defensa en el Proceso de Nuremberg. El primero en subir al estrado es Goering, en calidad de número dos del régimen. En respuesta a las preguntas de su abogado, relata el ascenso del partido nazi («Una vez en el poder, estábamos determinados a aferrarnos a él como fuera») y justifica la utilidad de los campos de concentración para mantener el orden. El principio del liderazgo nazi, por el que el Führer ostenta todo el poder, es «el mismo en que se basan la Iglesia católica y el gobierno de la Unión Soviética». Cuando Jackson le interroga, el mariscal, desafiante, no muestra ningún signo de arrepentimiento. Incluso logra neutralizar los ataques del juez con hábiles maniobras de distracción. En los demás casos, la mayoría de los acusados también prestan declaración. Muchos aseguran desconocer la existencia de los campos de concentración o los asesinatos en masa. Otros hacen hincapié en que simplemente han obedecido órdenes. Algunos, los menos, aceptan su culpabilidad.
Los argumentos de la defensa en el Proceso de Nuremberg.
Los argumentos de la defensa pretenderán, en primer lugar, negar la competencia del tribunal y poner de manifiesto la dificultad de aplicar unas leyes con carácter retroactivo. Un tribunal sólo debe tener jurisdicción -dicen los defensores- sobre sus propios subditos, y no sobre los de un país al que se ha vencido por las armas. En segundo lugar, las acusaciones describen delitos que no lo eran en el momento de haberse cometido, porque no existían las leyes internacionales que se crearán después, y porque se producen cuando los países acusadores mantienen aún relaciones con el país en el que gobiernan los acusados (incluso pactos, como el de británicos y franceses firmado en Munich o el germano – soviético; además, EEUU. ha mantenido relaciones con Alemania hasta muy entrada la guerra). En muchos casos esgrimen la eximente, o sólo atenuante, de la «obediencia debida». En cada caso tratan de disminuir la responsabilidad del acusado, ya sea alegando que obedecían órdenes, o ignorancia de lo que estaba sucediendo en realidad.