Un decreto de esta fecha de MARÍA CRISTINA pone fin a la Inquisición en España que ya había perdido vigencia a lo largo del siglo XVIII. Larra le compuso un epitafio: «Aqui yace la Inquisición: murió de vejez». Mariano José de Larra es considerado, junto con Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro, la más alta cota del Romanticismo literario español. Periodista, crítico satírico y literario, y escritor costumbrista, publica en prensa más de doscientos artículos a lo largo de tan sólo ocho años. Impulsa así el desarrollo del género ensayístico. Escribe bajo los seudónimos: Fígaro, Duende, Bachiller y El Pobrecito Hablador.

Nace en Hannibal (Missouri, EE UU.) Samuel Longhorne Clemens (Mark Twain), máximo narrador estadounidense. Lo hace dos semanas antes del máximo acercamiento del Cometa Halley a la Tierra. En 1909, un año antes del siguiente acercamiento del Halley, Twain dijo en una conversación privada: «Vine con el Cometa Halley en 1835. Viene el próximo año, y espero irme con él. Sería la mayor decepción de mi vida si no me voy con el Cometa Halley. El Todopoderoso ha dicho, sin duda ‘Bueno, acá están estos dos freaks inclasificables. Vinieron juntos, se deben ir juntos’. ¡Ah! lo espero con impaciencia.» Twain murió el 21 de abril de 1910, un día después del máximo acercamiento del cometa.

Fallece en Niza el célebre violinista Niccolò PAGANINI. Durante su estancia en París, en 1831, una noche alquiló un coche de punto para que le llevase a la sala donde debía dar el concierto. Al llegar allí le preguntó al cochero; ¿Cuánto le debo? Veinte francos, contestó. ¿Veinte francos? ¿Tan caros son los coches en París?, replicó Paganini. Mi querido señor -contesto el cochero- cuando se ganan cuatro mil francos en una noche por tocar con una sola cuerda, se pueden pagar veinte francos por una carrera. Paganini se enteró por el portero de la sala del precio justo y volvió al coche: He aqui dos francos, que es lo que le debo; los otros dieciocho se los daré cuando sepa conducir con una sola rueda.

Salustiano Olózaga, presidente del gobierno de Madrid, presenta ala reina Isabel II tres decretos para firmar; dos son irrelevantes, el otro es la disolución de las Cortes. La inexperta jovencita firma, pero más tarde la marquesa de Santa Cruz la sobresaltará. Isabel afirmará, para desdecirse, que Olózaga la había impedido salir de la habitación, corriendo el cerrojo (que no existe) y agarrándole la mano. Olózaga presentará su dimisión, diciendo: «La reina puede destituirme, pero no deshonrarme». Y siempre será un feroz enemigo de Isabel II.

Fallece CARLOS XIV, rey de Suecia, otrora general Bernadotte. La mayor parte de su reinado ha sido un largo periodo de paz ininterrumpida, y de desarrollo material en Suecia y Noruega durante la primera mitad del siglo XIX, debido principalmente a su energía y previsión. Tras su muerte se ha encontrado un curioso tatuaje grabado en su cuerpo que dice: «Mort aux rois» (Muerte a los Reyes), tatuaje presumiblemente realizado durante la Revolución francesa.

El 24 de mayo de 1844, el pintor Samuel Finley Breese Morse, que había abandonado el arte para dedicarse a la investigación científica y había inventado un aparato eléctrico que estampaba signos sobre papel, así como un alfabeto especial, envía desde el Capitolio de Washington a Baltimore el primer mensaje telegráfico de la historia, una cita bíblica que pone de manifiesto su propio asombro de que Dios lo haya escogido a él para dar a conocer de esa forma a la humanidad el uso práctico de la electricidad. El mensaje transmitido es el siguiente: “What Hath God Wrought?” (¿Qué nos ha traído Dios?). Después de doce años de lucha para que reconozcan su esfuerzo, Morse se convertirá en un héroe de la nación norteamericana. El telégrafo se utilizará de inmediato para transmitir las noticias de la elección de 1844, y por vez primera se convertirá en un auxiliar de las operaciones militares en la guerra con México.

En 1846, nace en Les Cabanyes (Alt Penedés, Barcelona) el que será obispo y escritor español Josep TORRAS I BAGES. Si admirable será su actividad apostólica, no lo será menos su labor literaria. Sus documentos pastorales serán modelos de doctrina y de literatura. El pensamiento de Torras i Bages se alinea en el ala derecha de los movimientos políticos e intelectuales de la Catalunya de su época. El lema de su obra, Catalunya será cristiana o no será, ha sido asumido por diversas generaciones del catalanismo político conservador y está esculpido en la fachada del monasterio de Montserrat. Esta frase, sin embargo, no se encuentra en ninguno de sus escritos.

Y es que como piensa el vizcaíno Artiñano, «Dios quiso a los vascongados para que la lumbre de la Cristiandad no se apagase del todo en España», porque como explica el alavés Ortiz de Zárate, «el pueblo vascongado que lleva en sus venas la primitiva sangre de los fundadores de España sin mezcla de razas extranjeras… ha sobresalido permanentemente por la defensa de la Religión y de la Patria Española contra el ocupante extranjero».

Luis FELIPE I y sus ministros resisten todas la presiones para adaptar las instituciones políticas nacionales a la evolución de la economía y de la sociedad, particularmente a la ampliación del sufragio. El torpe esfuerzo del gobierno por prevenir una concentración republicana en París se convierte en un choque entre las tropas y los manifestantes que se transforma en revolución. Los revolucionarios invaden las Tullerías. La «Primavera de los pueblos» ha empezado. Luis FELIPE I abdica el 24 de febrero de 1848. Es el último soberano francés descendiente de Hugo Capeto (que ha subido al trono ochocientos cincuenta años antes). Una oleada revolucionaria sacudirá el continente: Cuando París se resfría, Europa estornuda.

La «Primavera de los pueblos» nacida en París en febrero, se extiende a Austria. Austria, a pesar de haberse convertido en 1815 en el gendarme del absolutismo en Europa, no puede impedir la proliferación del ideario liberal. Del 13 al 15, primera insurrección en Viena, que hace huir a Metternich. Los obreros y estudiantes, levantan barricadas, hacen frente a los soldados e invaden el palacio imperial. El emperador FERNANDO I pide a METTERNICH una explicación acerca de lo que está sucediendo, a lo que el Primer Ministro responde «Están haciendo una Revolución», a lo que el emperador, al parecer responde: «Ya, ¿Pero tienen permiso? (Ja, dürfen’s denn des?)». Fernando I sacrificará su espíritu absolutista y aprobará una Constitución.