ROMA (REPÚBLICA) (509 aC - 27 aC)

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La Primera Guerra púnica hace perder a los cartagineses sus posesiones en Sicilia y Cerdeña.


La Primera Guerra púnica (264 a 241 aC) tiene como consecuencia la pérdida por los cartagineses de sus posesiones en Sicilia y Cerdeña. Las tropas cartaginesas están dirigidas por AMÍLCAR BARCA, célebre general. Los términos de la rendición son gravosos para los cartagineses: Cartago, además de ceder Sicilia y Cerdeña, se obliga a desarmar su escuadra y a satisfacer durante años una crecida indemnización. El Mediterráneo va camino de ser el Mare Nostrum de los romanos.

Para resarcirse de sus derrotas ante los romanos, AMILCAR BARCA emprende la conquista de Iberia.


Para resarcirse de sus derrotas ante los romanos, el cartaginés AMILCAR BARCA emprende la conquista de Iberia, ya que de alguna manera tiene que sacar oro y plata para satisfacer las indemnizaciones. El prestigioso general AMILCAR BARCA desembarca en Cádiz sometiendo todo el valle del Guadalquivir dirigiéndose entonces hacia el Este, llegando al territorio de los bastetanos, dejando a una lado a los lusitanos que parecen un rival más difícil y tienen menos interés político y económico ya que están menos desarrollados y existen menos ciudades aptas para implantar un sistema de ciudades aliadas. Además interesa dirigirse hacia el Este para frenar una posible invasión de los romanos. Así, pues, extiende su dominio por todo el sur, alternando hábilmente la diplomacia con la guerra. Sabe aprovechar la crónica desunión de los autóctonos, pero aun así no le resulta fácil dominar el territorio. Vence a los caudillos celtas Indortes e Istolacio.

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ASDRÚBAL, sucesor y yerno de AMÍLCAR BARCA, logra que los romanos accedan a ampliar la zona de influencia cartaginesa.


A Amílcar Barca le sucede su yerno ASDRÚBAL (228aC-221aC) como general y jefe de los ejércitos cartagineses, que en contraste con su suegro ejerce una política pacificadora en los territorios conquistados mediante técnicas de acercamiento y comprensión con los iberos. ASDRÚBAL, logra que los romanos accedan a ampliar la zona de influencia cartaginesa, que apenas sobrepasa Cartagena, hasta la línea del Ebro (Tratado del Ebro) (225aC). De este modo, Cartagena quedará en posición central, tan buena para dirigir los asuntos de África como los de Iberia. Luego ASDRÚBAL hace acuñar su efigie en las monedas.

Los romanos inician la conquista de los pueblos celtas del valle del Po en la batalla de Telamón.


El apogeo de la expansión celta se da a principios del siglo III aC. Los romanos inician la conquista de los pueblos celtas del valle del Po en la batalla de Telamón, en la fecha.

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Los hérulos, originarios del S. de Escandinavia, emigran, alrededor de la fecha hacia el Sur.


Los hérulos, originarios del sur de Escandinavia, están emigrando desde hace unos años hacia el sur del continente. Muchos de ellos serán mercenarios en los ejércitos de Roma.

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Roma declara la guerra a Cartago. Se inicia, así, la Segunda de las llamadas Guerras Púnicas.


Como ya se ve venir desde que la facción más belicista ha obtenido la mayoría en el Senado romano, Roma declara la guerra a Cartago. Se inicia, así, la Segunda de las llamadas Guerras Púnicas (219 a 202 aC). No le sorprende al cartaginés la declaración de guerra de Roma. De hecho, los dos países llevan años preparándose para esa guerra, porque Cartago quiere la revancha de la primera guerra púnica en la que ha perdido y Roma ve con preocupación el rearme y la pujanza nuevamente alcanzados por su rival. Los romanos piensan que el enfrentamiento tendrá lugar en la Península Ibérica. Pero ANÍBAL, que aúna una extraordinaria capacidad táctica con una visión estratégica de largo alcance, diseña un plan más ambicioso para el sometimiento de Roma. Mientras el Senado romano envía todos sus efectivos a Hispania, ANÍBAL deja a su hermano ASDRÚBAL al frente de las tropas de la Península, y lanza a su ejército a una increíble travesía cruzando los Pirineos y los Alpes, para atacar Roma por el Norte.

Aníbal Barca se dispone a buscar la ruptura del tratado con Roma o adelantarse a su política expansiva.


La zona de influencia de los cartagineses en la costa oriental de la Península Ibérica, reconocida por Roma desde el año 226 aC, termina en el Ebro, el general cartaginés ANÍBAL BARCA se dispone este año a buscar la ruptura de este tratado o quizá a adelantarse a la política expansiva de Roma. Roma, por su parte, ha suscrito un tratado de amistad con Sagunto (Valencia) a pesar de que está enclavada en territorio de influencia cartaginesa. La ciudad es sitiada. Sagunto pide ayuda a Roma. Roma advierte a ANÍBAL que cese en su intento, pero éste no hace caso. Tras ocho meses de asedio, Sagunto –que se defiende heroicamente- cae en manos de los cartagineses.

El cartaginés ANÍBAL lleva a su ejército por tierra poniendo en marcha a 26.000 soldados y 37 elefantes.


El cartaginés ANÍBAL en lugar de embarcar su ejército, lo lleva por tierra poniendo en marcha a 26.000 soldados ibéricos y africanos y 37 elefantes. Atraviesa el territorio que actualmente es Catalunya donde tiene que enfrentarse con las tribus ibéricas, consiguiendo que muchos íberos se incorporen a su ejército como mercenarios. Atraviesa, después, los Pirineos el Ródano y los Alpes (donde pierde casi la mitad de su ejército, por las penalidades y el frío) y se dirige hacia la península Itálica por el norte. Una hazaña impensable. Nadie podía esperar que un ejército entero se atreviera a cruzar los terribles pasos de alta montaña en invierno, por sendas nunca antes transitadas. La hazaña le costó a Aníbal la pérdida de un ojo y la muerte de la mayoría de los elefantes.

Dos legiones romanas al mando del general GNEO CORNELIO ESCIPIÓN, desembarcan en Empúries.


Dos legiones romanas, al mando del general GNEO CORNELIO ESCIPIÓN, desembarcan en Empòrion (Empúries) donde apenas quedan restos de la colonia griega. El objetivo de dicho ejército es, principalmente, cortar las vías de abastecimiento de ANÍBAL y hacer que su ejército retroceda hacia África. La llegada de los romanos será la causa de un aumento espectacular de la masa monetaria en la Península Ibérica porque los romanos utilizarán la “seca” de Empúries para cubrir la mayor parte de sus necesidades financieras y la moneda se moverá con los ejércitos. La guerra familiarizará, pues, a los indígenas con el uso de la moneda. A partir, pues, de este momento, y hasta la mitad del siglo I dC, las “secas” ibéricas de Catalunya acuñarán monedas de bronce de tres valores que seguirán el patrón romano y llevarán una inscripción en íbero y unos motivos iconográficos.