A finales de 1969, el gobierno yugoslavo llega a un acuerdo con la República Popular China para el intercambio de embajadores.

Yugoslavia firma, en la fecha, un acuerdo con la CEE.

Yugoslavia restablece sus relaciones con el Vaticano.

Se aprueba en Yugoslavia una reforma constitucional por la que se crea una Presidencia colegiada de la República, como base para la futura sucesión de TITO.

En Yugoslavia, TITO es reelegido para un nuevo mandato de cinco años.

En Yugoslavia, resurgen los nacionalismos croata (Primavera croata) y montenegrino.

El resurgimiento de los nacionalismos en Yugoslavia se extiende al resto de repúblicas, lo que da lugar a violentos enfrentamientos con el ejército, actos de terrorismo y varias depuraciones de dirigentes croatas y serbios.

En Yugoslavia, la nueva Constitución de 1974 refuerza -en contra de los serbios- la autonomía de Vojvodina. De hecho, TITO había dicho: “una Serbia débil significa una Yugoslavia fuerte”. Vojvodina, tiene más de dos millones de habitantes. Su capital es Novi Sad. Su especificidad reside en un pasado ligado estrechamente a su vecina Hungría, con una presencia cultural y demográfica magiar muy destacable.

Ante las tensiones en Kosovo, el mariscal Tito, croata de origen, eleva el estatus de Kosovo al de república autónoma con Parlamento y Gobierno propios. En efecto, la nueva Constitución yugoslava garantiza la autonomía de la provincia, creándose la República Socialista de Kosovo, aunque siempre dentro del Estado federativo. Las seis repúblicas yugoslavas: Serbia, Croacia, Montenegro, Eslovenia, Macedonia y Bosnia-Herzegovina, le niegan el derecho a la “séptima república”. Así, pues, Kosovo sigue siendo una provincia autónoma, pero dispone del derecho de veto respecto a las decisiones serbias que le conciernen, y funciona de hecho como si se tratara de una República federada. Si bien no se reconoce como república en pie de igualdad con las seis nacidas en 1945, en los hechos pasa a disfrutar de una capacidad de autogobierno muy similar al resto aunque carecía del derecho de autodeterminación.

El Parlamento yugoslavo, acogiéndose al contenido de la nueva Constitución, en la fecha, nombra a TITO presidente vitalicio