Benet de Tocco (de Nápoles). Obispo de Vic, Girona y Lleida. De orígenes albaneses. Es nombrado president de la Generalitat de Catalunya (1578-1581).

En Catalunya, a pesar del alto espíritu patriótico de los diputados durante estos siglos, la Diputació continúa siendo un organismo cerrado que ejerce la acción política de una manera muy arbitraria. Y de eso se han percatado reiteradamente las Corts y diversos estamentos y ciudades de Catalunya. En épocas ordinarias la masa de los catalanes tiende a considerar a la Diputació no como el paladín de sus libertades, sino como un coto cerrado donde tratan de satisfacer sus propios intereses y propósitos un grupo de aprovechados.

El rey FELIPE II visita Poblet, después Montserrat y finalmente, en la fecha, llega a Barcelona. Durante su estancia en Barcelona, que duró más de un mes, todo fueron diversiones. Hubo fiestas marítimas, iluminaciones, fuegos, disfraces, bailes, etc.

Las Cortes intentarán más de una vez recortar las atribuciones de los diputados de la Diputació y reorganizar el funcionamiento de la institución. Así, en la reunión parlamentaria de 1585 se acuerda que los diputados no pueden interpretar libremente, sin
la consulta previa a los abogados y a la Junta de Brazos,
cuestiones constitucionales. Estas Cortes y las de 1599 prohibe
también a los diputados crear nuevos cargos y aumentar los sueldos de los funcionarios.

LORENZO SUÁREZ DE FIGUEROA es nombrado Virrey de Catalunya (1596-1602). Con el fin de extirpar el bandolerismo, FIGUEROA decreta un desarme general, prohibiendo llevar armas -los famosos pedreñales, especie de trabucos con piedra de pedernal-. La razón de esta medida es que la mayoría de armas que utilizan los bandoleros provienen de cómplices que suelen ser caballeros y aristócratas. Pero la Diputació y el Consejo de Barcelona se oponen invocando que las Constituciones de Catalunya permiten a los caballeros y nobles llevar armas. El Virrey detiene a los diputados. Estos incidentes le cuestan el cargo. Escribe al rey lamentando que «las ataduras del régimen foral no permitan imponer el mantenimiento del orden público sin comtemplaciones».

La Casa dels Diputats (o Palau de la Diputació) es construida y ampliada durante los siglos XV y XVI con la anexión de diversas casas del antiguo call y acabada con la fachada, obra de Pere Blay, en el año de la fecha. Del siglo XV corresponden el patio y la fachada de la calle del Bisbe, obra de Marc Safont. En 1597, se inicia la construcción de una ala nueva del edificio de la Casa dels Diputats, la que da a la plaza de Sant Jaume. Pero como alguien le ha dicho al rey Felipe II que la Diputación General, con el pretexto de la ampliación del palacio, lo que en realidad quiere es convertirlo en una fortaleza, el monarca ordena que se suspendan las obras. Tiene que desplazarse a Madrid una comisión desde Catalunya para desfacer el entuerto.

A pesar de la penuria del Tesoro, en la corte se prodigan los festejos y los honores lo que crea la necesidad de nuevas contribuciones que provocan un gran descenso de la población ya que muchos se ven obligados a emigrar, iniciándose la decadencia de España. La cuestión financiera crea tensiones entre Catalunya y la Corona a causa de dichas contribuciones que deben ser recaudadas precisamente por la Generalitat.

El virrey ordena la detención de un diputado y de un oidor de la Diputació General de Catalunya por haberse negado a publicar una leyes aprobadas por las Cortes centrales.

Lluís de Tena (de Guadix). Obispo de Tortosa. Nunca hablará el catalán. Es nombrado president de la Generalitat de Catalunya (1617-1620).

En la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), en la que España lucha, al lado del Imperio de la Casa de Austria, contra la Casa de Francia, los principes alemanes y otros países europeos obligan a situar un ejército en Catalunya. Así, pues, el rey FELIPE IV y su consejero OLIVARES exigen a los catalanes que colaboren con dinero y hombres en una guerra que en absoluto afecta a Catalunya. El Imperio ha sido disfrutado casi exclusivamente por Castilla, tanto en riqueza como en prestigio, y ahora que el Imperio se está deteriorando se pide a los otros reinos que contribuyan a salvarlo. Las Constituciones de Catalunya, que el propio rey había jurado, garantizan el derecho de los catalanes a hacerlo libremente, jamás por imposición. La Generalitat se ve sometida a todo tipo de presiones. Pero la Guerra de los Treinta Años en la que España participa al lado del Imperio, demanda urgentemente más y más soldados y OLIVARES quiere que todos los reinos de España participen.