El emperador JUSTINIANO intenta solventar el problema de la sede papal vacante y logra que la ocupe un personaje sumiso a sus deseos. Cree encontrar tal persona en un diácono llamado VIGILIO que ha estado ocupando el puesto de nuncio papal en Constantinopla y que ha pactado con la emperatriz TEODORA -que es monofisita- que recibirá su apoyo para la elección papal a cambio de rechazar el Concilio de Calcedonia del año 451, en el que se remachaba nuevamente el dogma de la Trinidad y de restaurar en Constantinopla al patriarca ANTIMO, depuesto por el Papa Agapito I. Así, BELISARIO, nombra sucesor en la sede pontificia a VIGILIO (29.3.537 – 7.6.555). Los roces sin embargo no van a tardar en producirse..
HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)
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HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)
El Papa SILVERIO renuncia. La Iglesia reconoce a SILVERIO para evitar un cisma y una persecución.
VIGILIO, llega a un acuerdo con BELISARIO y éste deporta a SILVERIO a la isla de Palmaria en el golfo de Gaeta. Allí se consigue que, en la fecha, el papa SILVERIO renuncie al pontificado. La Iglesia, ante la dimisión de SILVERIO, reconoce a VIGILIO como pontífice para evitar un cisma y, probablemente, una persecución. Pese a lo irregular de su elección, VIGILIO muy pronto se revela como un hombre dispuesto a servir sólo a Dios y al cristianismo. Así, pues, el plan de las dos damas bizantinas TEODORA y ANTONINA fracasa. Ya que el nuevo papa, VIGILIO, resulta ser tan obstinado como su predecesor y no hace absolutamente nada a favor de los monofisitas.
Fallece el expapa SILVERIO a causa de las privaciones a que es sometido por los bizantinos.
Fallece el expapa SILVERIO a causa de las privaciones a que es sometido por los bizantinos.
Fallece Cesáreo, arzobispo de Arlés.
Fallece Cesáreo, arzobispo de Arlés. Cesáreo de Arlés no fue un político, ni un literato, sino un monje, un apóstol, un santo. No sintió el atractivo de la cultura profana, no escribió para dejar un nombre tras de sí, aunque no le faltaban dotes que hubieran podido hacer de él un literato: la fuerza del sentimiento, el amor de la belleza, sentido de la moderación. No busca ser original en los libros de teología: acepta las conclusiones y razones aducidas por otros. De su parte pone el fuego de la exhortación, la paternidad del consejo, la persuasión. Y por eso su prosa, que él mismo llama rusticissima, porque no obedece a las leyes retóricas, sino al afán de hacerse entender por la gente sencilla, discurre limpia y clara, y encuentra el camino del corazón porque nace del amor. Espíritu eminentemente práctico, gran organizador, apóstol y santo, trabaja por la unidad espiritual de Galia, combate los errores dogmáticos de su tiempo, trata de restablecer las buenas costumbres, de afianzar la disciplina eclesiástica, la vida religiosa, y de fomentar el ministerio de la predicación, siempre fiel a la Santa Sede.
Los nubios se convierten al cristianismo.
Un sacerdote monofisita llamado Julian convierte al rey y a los nobles de Nobatia (Nubia) hacia 545. Anotará, también, que el reino de Alodia será convertido hacia el 569.
Fallece BENITO. Muy anciano, muere como Moisés, de pie, sostenido por dos monjes y alabando a Dios.
Fallece BENITO que muy anciano, muere como Moisés, de pie, sostenido por dos monjes y alabando a Dios hasta exhalar el último suspiro. Aunque BENITO no ha visto muy extendida su obra, ésta se propagará maravillosamente en sus dos ramas, masculina y femenina, después de su muerte. Una de las razones que más influirán en este hecho será la excelente Regla que dejará BENITO a sus hijos. Es la célebre «Regula monachorum» que consta de 73 capítulos. La regla de S.Benito hace de la liturqia, el trabajo manual y el intelectual su principal vocación. (El siglo IX será el del apogeo de los grandes monasterios benedictinos europeos, tanto por su número como por su importancia social y cultura. Los monasterios benedictinos contribuirán al nacimiento de Europa tras el hundimiento del Imperio en Occidente.
JUSTINIANO I ruega al Papa VIGILIO que acepte la condenación de los tres nestorianos. El papa accede.
JUSTINIANO I ruega al Papa VIGILIO que acepte la condenación de los tres nestorianos. Ante las razones aducidas por el emperador en beneficio de Oriente, accede el pontífice y, en Constantinopla, publica, en la fecha, su célebre «Iudicatum». Al conocerse esta determinación en Occidente, ocasiona enorme disgusto por interpretarlo como una coacción del emperador, en desdoro de Calcedonia.
JUSTINIANO I cree conveniente prohibir los escritos de tres nestorianos: «Los Tres capítulos»
JUSTINIANO I cree conveniente prohibir los escritos de tres nestorianos con el fin de facilitar el acercamiento de los monofisitas a la ortodoxia. Los tres puntos que señalan en el decreto correspondiente, las obras o autores condenados recibirán la denominación de los «Tres capítulos» según los cuales son merecedores de la excomunión: Teodoro de Mopsuestia, Teodoro de Ciro y el obispo Ibas. Los tres autores han muerto, pero los dos últimos se retractaron en el Concilio de Calcedonia (451), donde fueron rehabilitados solemnemente. Esto hace que la prohibición sea mal recibida en Occidente, por interpretarla como un olvido de Calcedonia y produzca verdadera indignación al romano Pontífice. En cambio en Oriente tiene muy buena acogida.
La Iglesia de Etiopía está sólidamente implantada en el monofisismo.
La Iglesia de Etiopía está sólidamente implantada en el monofisismo no habiendo aceptado las decisiones del Concilio de Calcedonia.
No se puede hablar de papado ni de papa en el sentido moderno de la palabra hasta el siglo VI.
No se puede hablar de papado ni de papa en el sentido moderno de la palabra hasta el siglo VI. El término papa es una palabra familiar que se puede emplear para cualquier obispo para designar su función de padre. Sin entrar en detalles, digamos que el obispo de Roma desempeña en el Occidente latino una función similar a la que el obispo de Alejandría, por ejemplo, puede representar en Egipto y en Libia. Sin embargo, en su origen, la Iglesia de Roma ocupa un lugar excepcional en la Iglesia universal. Ello se debe a la presencia de los dos apóstoles Pedro y Pablo y a su situación en la capital del Imperio (Sede apsotólica). Por una parte, los obispos de Roma intervienen en la vida de otras Iglesias y, por otra, todas las Iglesias de Oriente han reconocido siempre un primado de honor a la Iglesia de Roma, y su derecho a dirigir el conjunto de las Iglesias como sucesor de Pedro. Los demás obispos sólo han sido llamados a «participar en su solicitud pastoral, pero no en la plenitud de su poder». El obispo de Roma es un obispo universal, un obispo de obispos, la fuente de la autoridad episcopal, el primero entre iguales.

