HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)

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Historia de la Igleisa CatólicaHISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)

Muerto LEÓN IV, es elegido ADRIANO, pero se niega a serlo. En consecuencia, se elige a BENEDICTO III.


A la muerte del papa León IV, es elegido como papa ADRIANO, pero al negarse a serlo, es elegido, en la fecha, por el clero y el pueblo de Roma, BENEDICTO III (29.9.855-17.4.858), un romano erudito y ascético, que ha sido nombrado cardenal por el propio León IV.

Esta pieza también aparece en ... BENEDICTO III (Papa) (855-858)

Aunque otro grupo rival elige a ANASTASIO, finalmente el emperador reconoce a BENEDICTO III.


En plena elección de un nuevo papa, un grupo rival del clero elige, por su parte, a ANASTASIO el Bibliotecario. Aprovechando que la elección efectuada de BENEDICTO III tiene que ser confirmada por el emperador, los partidarios de ANASTASIO lo proclaman papa en Roma y encarcelan a BENEDICTO. Sin embargo, el apoyo popular de que éste disfruta obligan al emperador LUIS II el Joven a reconocerlo como papa, pero impone como condición para ello el que ANASTASIO sea tratado con clemencia y el que los actos de BENEDICTO se vean supervisados por el obispo Arsenio, deudo de ANASTASIO. Incapaz de imponerse a las interferencias del poder político, BENEDICTO III reclama frente a Constantinopla una jurisdicción romana propia de un primado.

La decadencia de costumbres entre parte del clero es duramente combatida por el papa BENEDICTO III.


La decadencia de costumbres entre parte del clero es duramente combatida por el papa BENEDICTO III, quien llega a culpar a los obispos franceses por la situación de opresión en que la Iglesia se encuentra en sus diócesis y por la miseria del pueblo, situaciones ante las que, según el pontífice, los prelados, por indiferencia o cobardía, no reaccionan según es su deber. Durante el pontificado de BENEDICTO III aparecen las «decretalias» falsamente atribuidas a ISIDORO de Sevilla.

La historia de la papisa Juana se trata de una fábula absurda. Silencio de los historiadores.


Que la historia de la papisa Juana se trata de una fábula absurda, lo indica el silencio mismo de los historiadores, que no la conocen hasta pasados tres siglos, y aun entonces no concuerdan en determinar su nombre personal, ni su patria, ni el tiempo en que vivió. Por otra parte, está la imposibilidad de hallar en la lista perfectamente conocida de los papas, un espacio de dos años entre León IV y Benedicto III, que según algunos corresponde a la leyenda, para intercalar a la papisa Juana, porque en el mismo año de la muerte de León IV (855), existen ya documentos firmados por su sucesor Benedicto III. Igual argumento se puede hacer contra los que ponen a la papisa en época posterior. Puede decirse que el Liber Pontificalis ignora su nombre y su existencia, porque si la leyenda aparece en un códice vaticano del siglo XII, no es verdad que pertenezca al texto mismo, sino que se trata de una nota marginal, añadida a fines del siglo XIV.

Esta pieza también aparece en ... BENEDICTO III (Papa) (855-858) • JUANA (Leyenda de una Papisa)

Leyenda de la papisa Juana. Según esta leyenda, al papa León IV, le sucedió JUAN (Juana) VIII.


En el siglo XIII se pone en circulación una leyenda según la cual a la muerte del papa León IV, el año 855, es elegido papa JUAN VIII, que en el año 857, en el curso de? una procesión, se encuentra enfermo. Apoyado contra una pared da a luz un hijo, con lo que se viene a descubrir que el tal papa era una mujer y que había quedado embarazada. La papisa muere durante el parto y su cuerpo, atado a la cola de un caballo, luego de haber sido arrastrado el cadáver por las calles de Roma, es enterrado en el mismo lugar en que se ha descubierto el fraude. El padre de la criatura, Lamberto de Sajonia, embajador en Roma, tiene tiempo de escapar. Esta leyenda que se tendrá por auténtica hasta el siglo XVI, será posteriormente desestimada ya que nadie admitirá su autenticidad. (Otros dicen que el pontificado de la Papisa JUANA corresponde al de Juan VIII de 872-882).

Esta pieza también aparece en ... JUANA (Leyenda de una Papisa)

Fallece el papa BENEDICTO III.


Fallece el papa BENEDICTO III.

Esta pieza también aparece en ... BENEDICTO III (Papa) (855-858)

NICOLÁS I es nombrado Papa.


NICOLÁS I -papa- (24.4.858-13.11.867). Llamado a veces por sus contemporáneos «NICOLÁS el Grande» y «el segundo Elías», es un ardiente defensor de las tesis de León I, Gelasio I y Gregorio I en el sentido de afirmar la autoridad papal sobre toda la Iglesia, de reducir los sínodos a órganos de sus decisiones y de situar la Iglesia como un poder superior al civil. Es impresionante su tajante condena de la guerra y su distinción entre «verus rex» y «tyranus».

Esta pieza también aparece en ... NICOLÁS I El Grande (Papa) (858-867)

El papa NICOLÁS I, envia misioneros a los búlgaros.


El papa NICOLÁS I, envia misioneros a los búlgaros con instrucciones que demuestran el profundo conocimiento teológico de este gran pontífice, síntesis de gobierno espiritual y temporal, de la Iglesia, que inicia una forma de actuación que pervivirá hasta bien avanzada la Edad media.

Esta pieza también aparece en ... BULGARIA • NICOLÁS I El Grande (Papa) (858-867)

BARDAS, obliga al patriarca de Constantinopla, IGNACIO, a dejar el cargo. Es nombrado FOCIO.


Ofendido BARDAS -ministro bizantino, tío del emperador- por los reproches con que el patriarca de Constantinopla IGNACIO fustiga su mala conducta, consigue del emperador MIGUEL III que sea obligado a dejar su cargo. En su lugar es elegido, en la fecha, FOCIO (858-867) que es secretario de Estado; el hombre más sabio de todo el Oriente; espíritu verdaderamente enciclopédico. Es un gran político, muy hábil y de mucha astucia. Para todos los que añoran un cristianismo más flexible, FOCIO es el patriarca ideal. Como en el momento de su elección es un simple laico, en cinco días recibe todas las órdenes de manos del arzobispo de Siracusa, Gregorio ASBESTAS, que ha sido anteriormente excomulgado por el patriarca IGNACIO. Muchos de los partidarios de IGNACIO, sobre todo los monjes, no están conformes con su abdicación ni con la nueva política eclesiástica de FOCIO. Los defensores de IGNACIO reúnen un sínodo, mientras que lo mismo hacen los partidarios de FOCIO cruzándose diversas excomuniones. IGNACIO se ve obligado a llevar la cuestión a Roma.