Desde 991 hasta 994 se vive un período de tranquilidad en la confrontación cristiano-musulmana. Los conflictos internos en al-Ándalus retienen a ALMANZOR, ocupado en resolverlos. Al final de este período volverá a la carga.

SANCHO GARCÍA, futuro conde de Castilla, hijo de GARCÍA FERNÁNDEZ, se subleva contra su padre, quizá instigado por su madre Abba y con la ayuda de importantes señores castellanos. Aprovechando la situación ALMANZOR asedia y conquista San Esteban de Gormaz.

Sucede a Sancho II en el trono de Pamplona, su hijo GARCÍA SÁNCHEZ II el Temblón o el Trémulo (994-1000). Intentará mantener la paz que su padre ha logrado durante los últimos años. Pero pronto ALMANZOR dispondrá lo contrario. Parece que su sobrenombre es debido a los estremecimientos nerviosos que le produce el furor antes de entrar en batalla.

En 995 se produce un nuevo ataque de ALMANZOR que se apodera de la plaza de Astorga. BERMUDO se ve obligado a solicitar la paz.

A la muerte de García Fernández, el condado de Castilla pasa a su hijo SANCHO GARCIA (995-1017) que se ha sublevado contra su padre el año anterior. Tan pronto llega al poder, establece una tregua con ALMANZOR, poniéndose bajo su protectorado. El caudillo musulmán le devuelve el cadáver de su padre. Establecida la paz, el conde se dedica a la actividad política, en especial a conceder y confirmar los estatutos, concesiones y privilegios de villas, burgos y monasterios. Esta actividad es la que le vale el sobrenombre de conde de los “Buenos Fueros”, con que pasará a la historia. SANCHO GARCÍA el de los contraerá matrimonio con Urraca Gómez de la familia condal Banu Gómez de Saldaña, con la que tendrá cinco hijos: García Sánchez, Muniadona de Castilla, Sancha de Castilla, Trígida Sánchez y Urraca Sánchez.

Las buenas relaciones entre SANCHO GARCÍA y ALMANZOR se enfrían y el conde de Castilla establece una nueva alianza entre pamploneses, leoneses y castellanos para combatir a los musulmanes. El resultado es el enfrentamiento total con ALMANZOR.

ALMANZOR inicia en Viseu (Portugal) su cuadragésima octava campaña. Esta vez se dirige a Santiago de Compostela. Es una afrenta a la cristiandad toda porque ya el sepulcro del apóstol se ha convertido en un centro de peregrinación famoso. La causa desencadenante de la campaña es el incumplimiento por parte de BERMUDO II -rey de León- de determinados pactos establecidos con Córdoba.

El 10 de agosto de 997, ALMANZOR entra en Santiago, después de arrasar todo lo que ha encontrado en su camino. Se da la novedad logística de que la caballería ha ido por tierra mientras la infantería ha sido embarcada desde Setúbal a Oporto, con lo que llega más descansada al lugar. Saquea la ciudad y destruye su basílica, aunque respeta el sepulcro de Santiago y a su guardián, quizá por superstición. Deja una guarnición en Zamora y regresa a su palacio de Córdoba. ALMANZOR no siente la menor simpatía por las campanas que adornan las torres cristianas, ya que éstas dan aviso de las incursiones sarracenas en tierras peninsulares. A su llegada triunfal a Córdoba lleva consigo las campanas de la catedral y las hojas de las puertas de la ciudad a hombros de prisioneros cristianos. Las campanas de la basílica allá quedan sirviendo de lámparas en la mezquita. Esto es la mayor humillación que se les puede afligir a los cristianos, que se llenan de indignación al correr la noticia. BERMUDO II, humillado, desprestigiado y sin ninguna autoridad, no tiene más remedio que pedir la paz.

ALMANZOR, en sus correrías, llega hasta Pamplona y entra en la ciudad. GARCÍA SÁNCHEZ II se ve obligado a pedir la paz.

Segundo ataque de ALMANZOR a Pamplona motivado seguramente por el incumplimiento, por parte de los navarros, de alguna de las condiciones establecidas al concertar la paz. ALMANZOR llega hasta Pamplona, toma la ciudad y la arrasa. Luego sus tropas lanzan una serie de aceifas por los condados de Sobrarbe y Ribagorza, sin que las tropas navarras consigan detener al caudillo musulmán ni impedirle que regrese tranquilamente a Córdoba.