Ante lo grave de la situación, el Rey JOSÉ I huye de Madrid dirigiéndose a Valencia y SOULT levanta el sitio de Cádiz, evacúa Andalucía y se retira también sobre Valencia. De Valencia el ejército del Mariscal SUCHET se retira sobre Barcelona. Mientras tanto, las fuerzas españolas van recuperando terreno y acorralando a las francesas en Barcelona, donde se disponen a defenderse, pero se hallan muy debilitadas.

En 1812, tras la batalla de Salamanca, las tropas francesas que asedian Cádiz, se ven obligadas a retirarse de Andalucía, ante el temor de verse cercadas por los ejércitos aliados. La derrota en Cádiz de las tropas francesas contribuye a la liberación de España de la ocupación francesa, debido a la supervivencia del Gobierno español y a la utilización de Cádiz como base por las fuerzas aliadas.

La Junta Superior del Principado, que en momentos de emergencia ha actuado como gobierno, es abolida y sustituida por un nuevo organismo establecido por la Constitución de Cádiz: la Diputación provincial, presidida por el capitán general, máxima autoridad en el Principado, ya que la guerra de la independencia ha conducido a un predominio del estamento militar. De acuerdo con la Constitución de Cádiz (1812), Catalunya es dividida en provincias.

Las Cortes de Cádiz suprimen el Tribunal de la Inquisición creado por los Reyes Católicos para perseguir la herejía, tanto en España como en América.

Por el Tratado de Valençay firmado, en la fecha, se pone fin en España a la ocupación francesa y FERNANDO VII “El Deseado” es reconocido rey de España y de las Indias por parte de NAPOLEÓN, quien le devuelve la corona. Napoleón es devuelto a las fronteras de Francia por ambos lados. Conociendo o sospechando que algo se trama, Las Cortes y la Junta de Regencia proponen sus condiciones y manifiestan que consideran nulos los convenios otorgados por el Rey, mientras FERNANDO VII carezca de libertad y no preste el debido juramento a la Constitución de Cádiz promulgada el 19 de marzo de 1812. (CARLOS IV no volverá nunca a España ni siquiera después de la Guerra de la Independencia, ya que su hijo, FERNANDO VII se lo prohibirá.). El capitán general de Catalunya negocia entonces con el general Suchet la entrega de las plazas ocupadas, pero las tropas francesas no se retirarán definitivamente de Barcelona hasta el mayo de 1814.

La Regencia del Reino es trasladada desde Cádiz a Madrid.

El “Manifiesto de los persas”, unido a la situación internacional de solidaridad de las monarquías europeas frente a los intentos revolucionarios del liberalismo, hacen que FERNANDO VII tome la decisión de restaurar la monarquía tradicional. Así, las primeras medidas del Rey quedan fijadas en el Decreto del 4 de mayo de 1814 -“Manifiesto de Valencia”-, por el que elimina la soberanía nacional y la institución que la representa, las Cortes constitucionales. También quedan derogadas la Constitución de Cádiz y la legislación ordinaria. Se anulan las medidas desamortizadoras, los inicios de reforma fiscal o la libertad de imprenta. Se restituyen los privilegios de la nobleza y de la Iglesia. Se restablecen el Tribunal de la Inquisición y la Mesta, y se permite incluso el retorno de la Compañía de Jesús. Como consecuencia de todo esto, muchos antiguos liberales serán encarcelados. FERNANDO VII tratará de borrar los efectos de la revolución liberal que ha acompañado la Guerra del Francés.

Ya que tras la vuelta a España del rey en 1814 se ha vuelto al absolutismo, los liberales conspiran y se pronuncian, en diversas ocasiones, apoyados en militares. La mayoría fracasan, faltos de apoyo popular, como los de ESPOZ y MINA en Pamplona, el de Porlier en La Coruña y el de Lacy en Barcelona. Pero el 1 de enero de 1820, las tropas acantonadas en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) a la espera de ser transportadas a luchar contra los independentistas americanos, se sublevan bajo las órdenes del coronel Rafael de Riego. Las tropas lideradas por Riego avanzan por Andalucía en dirección a Madrid para restaurar la Constitución de Cádiz aunque encuentran poco apoyo. Parece que van a fracasar.

Conocedoras las Cortes reunidas en Sevilla de la proximidad de los Cien Mil Hijos de San Luis, decidieron trasladar a Fernando VII a Cádiz, a lo que el monarca se negó. Alcalá Galiano presentó una proposición en la que, para poder obligarlo, se le suponía «en un estado de delirio momentáneo, en una especie de letargo pasajero…». Pasada la crisis y rescatado el rey, ante las pleitesías de las Cortes anunciando el fin de la «regencia provisional», exclamó Fernando: «Luego, ¿ya no estoy loco?».

El gobierno liberal de España con FERNANDO como rehén se ha refugiado en Cádiz. Las tropas francesas, los “Cien mil Hijos de San Luis” y los voluntarios españoles, conocidos, también, con el mote de “feotes” (soldados de la fe), alcanzan el puerto de Guadarrama. A finales de septiembre cae en manos de los franceses el castillo de Sancti-Petri (Cádiz) y el duque de Angulema hace responsable de la vida de FERNANDO VII al gobernador de Cádiz. La ciudad es bloqueada y capitula, en la fecha. FERNANDO VII firma un decreto de perdón que es derogado al día siguiente una vez que el monarca queda a salvo. De este modo termina la experiencia liberal, que nace gracias a un pronunciamiento y muere en manos de una invasión. El absolutismo es restablecido en toda España quedando de nuevo abolida la Constitución de 1812. Comienza entonces la históricamente llamada Década ominosa, etapa absolutista de diez años en la historia política española (1823-1833) (Década abominable, terrible, detestable.) que se alargará hasta la muerte de FERNANDO VII.