El 12 de septiembre (cuatro días después de anunciarse la capitulación de Italia), un comando alemán de paracaidistas, dirigido por el capitán de las SS Otto Skorzeny lleva a cabo la Operación Roble, esto es, la liberación de MUSSOLINI de su prisión en Gran Sasso (Apeninos), más concretamente el hotel-refugio de Campo Imperatore donde se halla retenido el dictador. Una vez liberado, MUSSOLINI es llevado a Viena donde se entrevista con HITLER. Seguirá la fundación de la república títere de Saló.
ADOLF HITLER
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MUSSOLINI anuncia la reanudación de la guerra al lado de Alemania y Japón.
Tras su destitución, arresto y liberación en poco menos de dos meses, MUSSOLINI se mostraba cansado de las responsabilidades de la guerra y poco dispuesto a retomar el poder, pero HITLER le insta a volver a Italia y formar allí un nuevo Estado fascista bajo la protección de la Wehrmacht, amenazando al Duce con instalar la administración militar alemana en Italia y sujetarla a las mismas penalidades de un país ocupado en caso de no aceptar. Ante tal presión, MUSSOLINI regresa a Italia y se instala en Milán, desde donde el 15 de septiembre anuncia la creación del Partido Fascista Republicano y, tres días después, el 18 de septiembre, la reanudación de la guerra al lado de Alemania y Japón. De inmediato el Duce anuncia la formación de un nuevo gabinete republicano, aunque sus ministros días antes han sido elegidos y designados por el propio HITLER.
El general de las SS Karl Friedrich Otto Wolff, es recibido por el Pontífice Pío XII.
Adolf HITLER tiene planeado secuestrar al papa Pío XII en 1944 por su postura contra el nazismo y su colaboración con los judíos. En efecto, el general de las SS Karl Friedrich Otto Wolff, recibe del «Führer» en persona la orden de raptar al papa Pío XII en mayo de 1944, mes en el que el general nazi es recibido por el Pontífice concretamente el día 10 de mayo. En la audiencia, el militar alemán, que secretamente se opone al plan de HITLER, advierte al Papa de sus intenciones. Para que demostrara su sinceridad, Pío XII pide a Wolff la liberación de dos condenados a muerte, cosa que éste llevará a cabo el 3 de junio de este mismo año. Está previsto que el Pontífice sea trasladado al castillo de Liechtenstein, en Württemberg. El secuestro no se llevará a cabo entre otras cosas por la oposición de Wolff que lo impide.
Se lanzan unas 8.000 V-1 contra Gran Bretaña, e igual número contra Bélgica.
HITLER lanza sus «armas secretas». Lleva mucho tiempo hablando de ellas como una manera de imprimir un nuevo curso a la guerra. Se trata de las «Vergeltungswaffe» («armas de represalia»), abreviadas como V. La primera de ellas es la V-1, un avión sin piloto, lanzado mediante catapultas o desde otros aviones. Tiene 7,5 m de longitud por 5,4 de envergadura. Como va sin piloto, implica poco riesgo, y además estas «bombas volantes» resultan baratas de construir. Se lanzan unas 8.000 contra Gran Bretaña, e igual número contra Bélgica, a partir del 13 de junio de 1944. Vuelan por debajo de la velocidad del sonido, de modo que la mitad de ellas, aproximadamente, son derribadas.
La desmoralización está haciendo presa del ejército alemán.
La desmoralización está haciendo presa del ejército alemán. Generales que han aceptado de muy buen grado luchar por HITLER y seguir todas las órdenes, en tanto parecen que éstas conducen a la victoria, empiezan ahora a cambiar de opinión conforme la derrota se muestra más y más inevitable. Dado que la jerarquía militar nunca ha tenido arrestos para oponérsele abiertamente, la conspiración y el asesinato parecen las únicas vías posibles.
Claus Schenk von Stauffenberg, toma la iniciativa de un atentado contra HITLER. Éste sólo resulta herido.
En la fecha, HITLER traslada su cuartel general de Prusia Oriental a Rastenburg. Un oficial y héroe de guerra (mutilado en combate), Claus Schenk von Stauffenberg, toma, en la fecha, la iniciativa de un atentado contra la vida de HITLER en su cuartel general de Prusia oriental. Hitler resulta herido, pero sobrevive. Stauffenberg, junto a otros, resultan muertos. El intento de asesinato, con el nombre clave de Walkiria ha fallado: pero quedan las señales del golpe. El mando alemán en París empieza a encargarse de los nazis desde que llegan las noticias del atentado. Los conspiradores del golpe y un gran número de sospechosos, entre ellos Canaris y Osber, son detenidos. El general Ludwig Beck y algunos más se suicidan. Desde julio hasta abril de 1945, se sucederán los juicios y las ejecuciones.
Rommel se suicida ya que se le ha encontrado implicado en un atentado contra Hitler.
Después del atentado de julio de este año, HITLER maniobra para restablecer su autoridad, y ordena que todos los militares implicados de algún modo en los hechos sean ejecutados en circunstancias atroces, ahorcándolos con alambre. El propio Rommel se ve empujado al suicidio el 14 de octubre de 1944. Se quita la vida a cambio de la promesa de que no se tomarán represalias con su familia. Con esto quedan extinguidos los últimos rescoldos de independencia entre los militares alemanes. Ahora HITLER es el amo absoluto, y conduce a su país al hundimiento final.
Adolf HITLER va más allá de las medidas meramente defensivas: quiere lanzar una potente contraofensiva.
Tras la derrota sufrida por los ejércitos aliados en Arnhem (Holanda), el espectacular avance efectuado tras la batalla de Normandía se detiene, con lo que el frente europeo se estabiliza. Este hecho proporciona al Eje un respiro que les permite reorganizar y rearmar a sus castigadas fuerzas. Sin embargo, la ambición de Adolf HITLER va más allá de las medidas meramente defensivas y de contención, que proponen sus generales, y en su mente se empieza a forjar la idea de recuperar la iniciativa y lanzar una potente contraofensiva que le de más argumentos para poder sentarse a la mesa de negociaciones con los Aliados, lograr un armisticio y poder concentrar toda su fuerza en detener la imparable ofensiva soviética en el Este.
HITLER reune a unos treinta generales y mariscales en su cuartel general del Oeste para arengarles.
En la fecha, HITLER reune a unos treinta generales y mariscales en su cuartel general del Oeste para arengarles: «Nos corresponde, de inmediato, la tarea de demostrarle al enemigo, asestándole despiadados golpes victoriosos, que todavía no ha ganado nada, que la guerra continuará de un modo ininterrumpido Que, haga lo que haga o deje de hacer, nunca, nunca, en ningún caso, podrá contar con nuestra rendición. El enemigo tiene que saber que no saldrá victorioso de esta guerra. Si esta idea le resulta manifiestamente clara gracias a la actitud de nuestro pueblo y de nuestras fuerzas armadas y, además, sufre serios reveses en el campo de batalla, a la postre, más tarde o más temprano, sus nervios se derrumbarán…». El «golpe despiadado y victorioso» que HITLER se propone asestar a los aliados tiene nombre, lugar y fecha: Bruma Otoñal, Las Ardenas y 16 de diciembre de 1944. Y los reunidos son, justamente, los encargados de dirigir el ataque.
En el grandioso plan hitleriano de Las Ardenas hay, sin embargo, graves deficiencias.
En el grandioso plan hitleriano hay, sin embargo, graves deficiencias: las fuerzas reunidas son escasas para alcanzar semejante objetivo; el combustible acumulado apenas alcanza para avanzar cien kilómetros cuando la meta se halla a doble distancia; parte de las fuerzas son demasiado jóvenes o excesivamente veteranas, perteneciente a los últimos recursos humanos del III Reich, y enviadas a la lucha con escasa preparación; las comunicaciones en Las Ardenas son pocas y precarias, menos propicias que en la primavera de 1940, tanto porque los caminos invernales, embarrados y cubiertos de nieve, son más dificiles, como porque los blindados y transportes de 1944 son mucho más grandes y pesados. Además, el éxito se confia a la presunción hitleriana de que los soldados norteamericanos son gente poco avezada a guerras tan duras como aquélla; hombres con poca correa que se derrumbarán ante la ferocidad de un potente ataque acorazado y abandonarán a la desbandada los nudos importantes de comunicaciones. Para el éxito se requiere, también, que el mal tiempo previsto por los meteorólogos dure dos semanas, impidiendo los vuelos aliados.