Portugal, libre una vez más, es gobernado por JUAN IV, que pasa su reinado rechazando las tentativas españolas de reinstaurar su autoridad en el país. Lo cual consigue con pleno éxito. El 13 de febrero de 1688, España acaba por reconocer la independencia portuguesa.

La invasión del Palatinado por LUIS XIV provoca la guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697), en la cual obtiene Estrasburgo y Alsacia. Se suman las Provincias Unidas, Inglaterra y Saboya. En el curso de la cual los Franceses, bajo el mando de MÉLAC, destruyen sistemáticamente las regiones del Alto Rin y del Neckar, e incedian, entre otros, la catedral de Espira y el castillo de Heidelberg.

En el año 1689, en un contexto de guerra con Francia, comenzará una fuerte represión de las “revolta de las barretines o gorretes”. Algunos dirigentes se pondrán al servicio de Luis XIV y crearán cuerpos de “miquelets”. A diferéncia de 1640, las instituciones se quedarán al margen.

Los franceses ocupan en Catalunya una gran parte del Ripollès y la Garrotxa

La reina María Luisa de Orleans, de 26 años de edad, ha sido incapaz de dar un heredero a CARLOS II, rey de España, a pesar de llevar casados un decenio, por culpa de la eyaculación precoz del monarca. Pero no concibiéndose en la corte que ésta pueda ser la causa, la pobre reina se ve obligada a tomar todo tipo de brebajes y mejunjes que puedan despertar su fertilidad. Tras un paseo por los bosques de El Pardo, el día 9 de febrero se encuentra mal. Los médicos diagnostican equivocadamente cólera morbo y con sus «remedios» se sucede una apendicitis que pronto pasa a peritonitis. Fallece tres días más tarde. El embajador francés pide que se haga la autopsia a la reina en presencia de cirujanos de su confianza, pues se sospecha de envenenamiento. La respuesta es entregar los pasaportes al francés y ponerle en la frontera. Para CARLOS II y para todo el reino la falta de un heredero constituye toda una preocupación.

Para evitar el conflicto político que se ocasionaría si el rey muriese sin un heredero, el Consejo de Estado elige como nueva esposa para el rey a Mariana de Neoburgo, hija del Elector del Rin y de Isabel Amalia de Hesse-Darmstaadt que es una prolífica familia. Esta circunstancia aumenta las esperanzas de obtener descendencia del monarca. La boda se celebra en Valladolid, en mayo de 1690, entre grandes festejos. Al poco de casada, Mariana descubre que la falta de descendencia está motivada por el rey. Para asegurar, pues, su futuro Mariana decide intervenir en la Corte y aumentar su poder. Con ello involucra a su marido en las intrigas por la sucesión y en exorcismos contra el hechizo. En efecto, en la corte española se recurre a toda suerte de potingues y encantamientos -incluido algún esperpéntico episodio junto a tumbas ilustres- para librar al soberano de su maleficio.

Encuentro en Valladolid de Carlos II con su esposa Mariana de Neoburgo, con quien había contraído matrimonio por poderes casi un año antes (28/8/1689), justo después de enviudar de María Luisa de Orleans. Misa de velaciones. Él es pequeño, enclenque, raquítico, enfermizo, con voz débil y atiplada, pelo lacio de color aceituna, ojos linfáticos y saltones y mirada apagada Ella es robusta, alta, opulenta de busto, gordinflona, de pelo rojizo, rostro pecoso, ojos saltones y nariz larga. La novia había sido elegida por contar con veintidós hermanos, lo que parecía garantizar su fertilidad por herencia. La eyaculación precoz del rey le impedía fecundar a la reina, pero ella fingió estar embarazada hasta doce veces, aparentando cada vez un oportuno aborto. En todas estas ocasiones aprovechó para obtener pingües beneficios de su supuesto estado en forma de dinero o favores para sus amigos.

Nace JOSÉ FERNANDO en Viena el 28 de octubre de 1692, hijo del duque-elector Maximiliano II Manuel de Baviera y de la archiduquesa María Antonia de Austria, hija del emperador LEOPOLDO I y de la infanta Margarita Teresa de Austria. Es, por tanto, bisnieto del rey Felipe IV de España y de su segunda mujer, la reina doña MARIANA de Austria, y sobrino nieto del rey CARLOS II de España. El Príncipe Elector ha venido al mundo en medio de las angustias por conseguir un heredero para la Monarquía Hispánica: CARLOS II, tras la muerte de su primera esposa, la reina María Luisa de Orleans, ha contraído segundas nupcias con la hija del Elector Palatino y hermana de la tercera mujer del emperador LEOPOLDO I, Mariana de Neoburgo, con el objetivo de conseguir el hijo que su primera mujer no le ha podido dar. La llegada al mundo del Príncipe Elector JOSÉ FERNANDO llena de gozo a la reina madre al tiempo que abre un nuevo frente por la sucesión: JOSÉ FERNANDO fue considerado por MARIANA de Austria como el heredero directo de la Monarquía Hispánica, pues estaba convencida de que su hijo, CARLOS II, nunca podría concebir. Mariana no está de acuerdo.

Los franceses ocupan Roses

Segunda Germanía de Valencia. Una segunda Germanía, esto es, un nuevo movimiento revolucionario, se desarrolla en el reino de Valencia a fines del s. XVII. En esta ocasión se trata de un movimiento rural, del campesinado de algunos pueblos de la gobernación de Játiva, y de los señoríos de los duques de Gandía y Maqueda, de los marqueses de Albaida y Guadalest y de los condes de Cocentaina y del Real. La segunda Germanía tuvo sus raíces en las condiciones leoninas de las cartas de repoblación, impuestas por los señores a los nuevos pobladores, después de la expulsión de los moriscos. Los campesinos volvieron a rebelarse en la guerra de Sucesión (v.). El programa del archiduque Carlos de Austria recogió sus reivindicaciones en Valencia. Pero el triunfo de Felipe V en la batalla de Almansa (1707), decidió la suerte del reino a favor de la causa borbónica y de los señores. El subsiguiente régimen de la Nueva Planta restableció, con toda su pujanza, el régimen señorial (F. de P. Momblanch, La segunda Germanía del reino de Valencia, Valencia 1957).