MAHOMA se constituye en cabeza de una comunidad político-teocrática y, como profeta y gobernante al mismo tiempo, ya no se limita a predicar una fe, sino que organiza su comunidad bajo una ley llamada a sistematizar y guiar toda la conducta personal del fiel (musulmán) y la actitud pública de la comunidad religiosa (Islam). Las posibilidades de éxito del nuevo Estado han de verse reforzadas por un vago sentimiento de unidad árabe persistente bajo las divisiones tribales, materializado en una lengua poética común y ya culta, fruto de antiquísimos y habituales contactos bélicos, económicos e incluso culturales, como las ferias pastoriles y comarcales tradicionalmente celebradas en torno al santuario de la Kaaba, de La Meca. La actuación medinense de MAHOMA se caracteriza por un esfuerzo de emancipación doctrinal del islamismo respecto de las religiones monoteístas vecinas y, al mismo tiempo, por una intensa actividad militar contra los enemigos de la fe (guerra santa o Yihâd).
MAHOMA
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Los habitantes de La Meca, hartos de las prédicas de Mahoma, empiezan a perseguir. Huye a Medina.
Los habitantes de La Meca, hartos de las prédicas de Mahoma, empiezan a insultarle y a perseguir, de manera que MAHOMA piensa en emigrar a Abisinia, que es cristiana. Pero, al fin, en la fecha, se dirige a Yathrib (rebautizada Medina) a unos 350 km al norte de La Meca, donde casi un centenar de sus habitantes son seguidores suyos. A este acontecimiento se le conoce como la «Hégira» -la huida-. Sus seguidores, los musulmanes («los que se sometieron») tendrán buenos motivos para escoger la hégira como comienzo de una nueva era, pues a partir de entonces todo serán éxitos. Así el calendario musulmán se cuenta a partir de la fecha de la hégira, pero sobre una base estrictamente lunar: el año tiene 354 días. Aquel día era viernes y, por eso, el viernes se convirtió en el día santo de los mahometanos. A los 52 o 53 años, MAHOMA se convertirá en dueño y señor de Medina donde su acción pronto adquiere un carácter político.
MAHOMA vuelve a casarse de nuevo, esta vez con una niña de diez años llamada Aisha.
MAHOMA, que ha enviudado en 621, vuelve a casarse de nuevo, esta vez con una niña de diez años llamada Aisha, hija de Abu Beker (quine posteriormente sucederá a Mahoma). Aisha se convertirá en su mujer favorita.
Primera batalla victoriosa del Islam, la de Badr.
Primera batalla victoriosa del Islam, la de Badr.
De entrada, Mahoma se presenta a sí mismo como el restaurador de la auténtica religión de Abraham.
De entrada, Mahoma se presenta a sí mismo como el restaurador de la auténtica religión de Abraham. Muchos judíos siguen sus enseñanzas. Parece ser que sus escasos conocimientos del Antiguo Testamento decepcionaron a los judíos, que se burlaban del Profeta y lo abandonaron. A partir de este momento se podría decir que el Islam y el judaísmo se separan para siempre, y nace entre ellos una permanente desconfianza. Mahoma abandona el calendario judío, deja de considerar Jerusalén como punto de referencia para la oración, que desde ese momento será La Meca.
Mahoma peregrina a la Meca y ya se puede decir que él es el jefe de las tribus árabes.
En el 628 Mahoma peregrina a la Meca y ya se puede decir que él es el jefe de las tribus árabes. Se inicia la expansión. Ja-lid al Walid conquista Siria y Palestina. Avanzan por Persia, Abisinia y Bizancio.
La Meca capitula en su guerra contra Medina y se hace musulmana. Se convierte en una ciudad santa.
Habiendo estallado la guerra entre los musulmanes de Medina y los nos creyentes de La Meca, ésta capitula en la fecha y se hace musulmana. La Mees una ciudad santa para los árabes, pues según una antigua tradición, el templo que allí existe, la Kaaba construido por el Patriarca Abraham, padre común de árabes y de judíos (Gn 21) 2.793 años antes, y la «piedra negra» fue traída, según la tradición, por el arcángel S.Gabriel. La Kaaba, a los ojos de bastantes árabes -también de Mahoma-, ha sido profanada, pues en ella se adoran numerosos dioses.
Muere en Medina -a los 61 años- MAHOMA, profeta del Islam, subiendo al cielo desde Jerusalén.
Muere en Medina -a los 61 años- MAHOMA, profeta del Islam, en brazos de su esposa, de la malaria crónica que ha padecido durante muchos años. Muere subiendo al cielo desde Jerusalén, montado, según la tradición, en una yegua con cabeza de mujer. MAHOMA, que en este momento controla toda Arabia, tiene una única descendiente de su primera esposa. Se llama FÁTIMA y se ha casado con su tío ALÍ (posteriormente califa), pero también fallece este mismo año. Mahoma ha enviado mensajes a HERACLIO y a COSROES II ordenádoles que se hagan musulmanes; de los contrario, serán destruidos. Naturalmente no responden.
La palabra Islam significa sumisión.
La palabra Islam significa sumisión. El creyente se somete a la omnipotencia de Dios, Alá, el único, el poderoso, a través de la ley islámica, la Xaria. En ella está todo lo necesario para la vida del individuo y de la comunidad. Corán quiere decir recitar y se compone de 114 azoras (temas) divididas en 6.211 aleyas (versículos). En el Corán no hay un orden lógico preestablecido. Fue «dictado» a Mahoma. Sin embargo, al morir el profeta sus seguidores comprueban que no es fácil encontrar todas las respuestas en el Corán y empiezan a acudir a la Sunna (Dichos y hechos del Profeta). De aquí procede el nombre de Sunnitas que se da a los musulmanes «ortodoxos». La profesión de fe, la oración, el ayuno, la limosna y la peregrinación a La Meca constituyen la esencia de las prácticas del Islam.
Se inicia el gobierno de los califas electivos. El primero es el suegro de MAHOMA, Abu Beker I.
Mahoma, jamás se ha atribuido ningún milagro, pero antes de su muerte ha dictado muchas normas tratando de evitar que su obra desapareciera con él. Lo logrará. Las dos facciones principales se pondrán de acuerdo y nombrarán «lugarteniente del Enviado de Dios» a Abu Beker, padre de Aisha, suegro de Mahoma. Se inicia el gobierno de los califas («sucesores») electivos (632-661). El primero es Abu Beker I (632-634). La unificación de la península arábiga por Abu Beker obliga a canalizar el espíritu guerrero de las tribus árabes dándoles nuevas salidas. Se dirige hacia Siria y Persia. Medina es la sede de los califas.