El Instituto Nacional de Meteorología elabora el primer mapa del tiempo español.

Elecciones a diputados en España con gran triunfo de los republicanos en Madrid. 279 escaños.

En fecha tan tardía como 1893, Francesc CAMBÓ inicia la tarea de predicar el catalanismo por las tierras de Catalunya. Será él mismo quien, en sus Memorias, describirá el ambiente con que se encuentra: «En su conjunto, el catalanismo era una cosa mísera cuando, en la primavera de 1893, inicié en el mi actuación (…) Organizamos excursiones por los pueblos del Penedés y del Vallés, donde había algún catalanista aislado (…) no creo que hiciéramos grandes conquistas: los payeses que nos escuchaban no llegaban a tomarnos en serio (…) Aquél era un tiempo en el que el catalanismo tenía todo el carácter de una secta religiosa. Puede decirse que todos los catalanistas se conocían entre sí». Las palabras de Cambó serán confirmadas por Josep Pla, que añadirá: «Los catalanistas eran muy pocos. Cuatro gatos. En cada comarca había aproximadamente un catalanista: era generalmente un hombre distinguido que tenía fama de chalado».

En las asambleas anuales que celebra la Unió Catalanista se van definiendo diversos aspectos del catalanismo. Así, en Reus se define la organización política en 1893. En estas asambleas se marcan muy pronto dos líneas: los partidarios del intervencionismo y los que quieren un catalanismo que no se vincule directamente a la política.

La reina María Cristina inaugura el Palacio de la Bolsa de Madrid, consagrando el gran desarrollo financiero de la capital de España.

MAURA elabora un proyecto de autonomía para la isla de Cuba, en el que se establece una nueva visión territorial, la celebración de elecciones y la creación de un consejo para las competencias de carácter interno que está presidido por un gobernador general, enviado de la metrópolis. El proyecto de autonomía de Cuba presentado por Antonio MAURA es rechazado por la mayoría del Congreso. El creciente malestar que reina en la isla, hacía aconsejable la adopción de una serie de medidas que callaran a la potente burguesía industrial azucarera y que, al tiempo, debilitara a los independentistas; así lo entendió MAURA pero no se puso en práctica.

El nacionalismo en el caso vasco, tuvo inicialmente un alcance muy minoritario y un carácter extraordinariamente polémico. En el banquete, en que Sabino ARANA, el fundador del nacionalismo vasco, expone por primera vez sus ideas -aunque poco antes ha publicado el primero de sus textos esenciales: «Bizcaya por su independencia. Cuatro glorias patrias» celebrado el 3 de junio de 1893 en el caserío de Larrazábal, en los alrededores de Bilbao, asisten sólo dieciocho personas, que, además, polemizan acaloradamente al escuchar las palabras del protagonista de la reunión (luego publicadas como folleto). En la discusión, ARANA y su hermano Luis -a cuya influencia atribuiría siempre su conversión al nacionalismo allá por el año 1882- intentan demostrar, según testimonio del propio ARANA, que su teoría es precisamente «completamente opuesta» a la tesis de la sociedad Euskalerría, el bastión del fuerismo, a la que habían pertenecido la totalidad de los asistentes, a la que calificó de «liberal y españolista».

Sabino ARANA funda el periódico Bizkaitarra que sirve de portavoz de sus ideas. En la fecha aparece el primer número. La intención inicial de Sabino Arana es publicarlo como simple hoja volandera, pero a partir del número 5, publicado el 29 de enero de 1894, pasará a tener una periodicidad mensual, para posteriormente convertirse en quincenal e incluso, en ciertas ocasiones, semanal. Hasta su clausura, decretada el 5 de septiembre de 1895, se publicarán 32 números, cuya tirada será de 1.500 ejemplares, una cantidad nada desdeñable en el seno de una sociedad en la que la estructura socio-política del nacionalismo es todavía incipiente.

Importantes desórdenes en San Sebastián al grito de ¡Vivan los fueros!.

El pintor Santiago Rusiñol convoca entre 1892 y 1899 unos encuentros de artistas relacionados con el modernismo en la villa de Sitges. El 10 de septiembre de 1893, en la segunda de estas fiestas modernistas, se inaugura «Cau Ferrat», la casa que Rusiñol ha dispuesto para sus estancias en la villa y que se convierte en un verdadero santuario modernista. Además de inaugurarse «Cau Ferrat», en esta fiesta se representa ‘La intrusa’ de Maeterlinck. La ha traducido Pompeu Fabra y la interpretan el crítico Casellas y el mismo Rusiñol. Con esta obra se introduce en Catalunya el simbolismo, que durante años será la corriente estética más cultivada por los modernistas. La cohesión de aquel grupo de artistas será efímera y pronto empezará a dispersarse. No fue hasta la cuarta fiesta, el febrero de 1897, que, con motivo del estreno de la ópera ‘La hada’, coinciden buena parte de las personalidades modernistas, desde el anfitrión hasta el católico Alexandre de Riquer.