El 27 de diciembre de 1350, recibe PEDRO el Ceremonioso, unas de sus mayores satisfacciones: LEONOR de Sicilia va a darle, por fin, su tan ansiado hijo varón que le soluciona el problema de la sucesión. Este hijo, JUAN, llegará a ser JUAN I el Cazador, rey de la Corona de Aragón.

Desde la conquista catalana de Cerdenya, los genoveses no dejan de incitar a los sardos contra la administración de la Casa de Barcelona. PEDRO el Ceremonioso decidido a terminar con este problema se alía con Venecia, Pisa, el emperador de Bizancio y los catalanes de Atenas y Neopàtria.

La creciente debilidad de la Corona de Aragón se pone de relieve durante la Guerra de los Cien Años que obliga a PEDRO el Ceremonioso a dividir sus fuerzas. En el mar se produce una primera fase victoriosa para las fuerzas navales catalanas. Una flota de 25 galeras catalanas se une a la escuadra veneciana en la batalla de Constantinopla, donde los genoveses son derrotados. Luego la escuadra catalana se enfrenta con la genovesa y, en la fecha, la derrota estrepitosamente frente al puerto de Alguer, plaza de la que luego se apoderan.

Los genoveses vuelven a recuperar el Alguer y prosiguen la resistencia dentro de la isla. PEDRO el Ceremonioso ha de pasar personalmente a la isla de Cerdenya y asediar el Alguer, principal baluarte de la resistencia sardo-genovesa. Por fin, en la fecha, consigue la sumisión de la ciudad que es totalmente evacuada y repoblada con catalanes. Desde entonces, en Alguer se habla el catalán.

El ducado de Neopatria, que está formado por la Lócrida, Tesalia y Fiótide y el ducado de Atenas son heredados por FEDERICO III de Sicilia (1355-1377).

Nace MARTÍN, hijo de PEDRO el Ceremonioso, rey de Aragón, y LEONOR de Sicilia, futuro MARTÍN I el humano

El enfrentamiento entre los dos Pedros se conocerá en la historia como la “Guerra de los Dos Pedros”: PEDRO el Ceremonioso de Aragón y su homónimo PEDRO I de Castilla, el Cruel. PEDRO el Ceremonioso utiliza como fuerza de choque a los castellanos exiliados, a cuyo frente se pone ENRIQUE de Trastámara. La triple ofensiva montada por PEDRO I falla y, a continuación, Alicante se subleva contra los castellanos. La sucesión en la Corona de Castilla enfrenta a los infantes catalanes Fernando y Juan, hijos de Alfonso IV de Aragón y hermanastros del rey PEDRO IV el Ceremonioso, y el hermano ilegítimo de PEDRO I el Cruel, el pretendiente ENRIQUE de Trastámara.

Las actividades de la flota catalana en el Estrecho sirven de excusa a PEDRO I el Cruel que desea un enfrentamiento con la Corona de Aragón, para confiscar todos los bienes catalanes en Castilla. Se inicia la guerra con Aragón y, casi de inmediato, PEDRO I se apodera de Orihuela y Alicante. PEDRO el Ceremonioso pide ayuda a franceses e ingleses, que dirimen sus diferencias sobre Flandes y la Gascuña en la Guerra de los Cien Años.

Los castellanos invaden el reino de Aragón y asolan tierras y aldeas. En algunos casos la destrucción es de tal calibre que ciertas poblaciones arrasadas entre 1359 y 1363 jamás volverán a poblarse. Otras, como Tarazona (donde la catedral sirve como establo a los caballos de los castellanos) o como Cariñena (cuyos hombres son mutilados de orejas y nariz por su enconada resistencia a los castellanos) sufren terriblemente. Una vez más, esta guerra pone de relieve el egoismo de la nobleza aragonesa y su desinterés por los asuntos del reino. Mientras las villas, ciudades y aldeas de la frontera occidental se desangran ante la ofensiva castellana, los nobles impiden o dilatan que las Cortes acuerden recursos extraordinarios para hacer frente a esa guerra, la Guerra de los Dos Pedros. El conflicto entre ambos monarcas -Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón- se encuadra dentro de otros mayores contemporáneos como la Primera Guerra Civil Castellana (1351-1369) y la guerra de los Cien Años (1337-1453).

Los inicios del reinado de FEDERICO III de Sicilia están llenos de guerras contra los napolitanos. En efecto, JUANA I de Nápoles, ya en 1356 se ha hecho con el control de Mesina y de Palermo, entre otras plazas, lo que acaba llevando a FEDERICO III a aliarse con Aragón mediante su boda -en la fecha- con CONSTANZA, la hija de PEDRO IV el Ceremonioso que tiene claras ambiciones sobre el reino en virtud de su casamiento con LEONOR de Sicilia y que accederá a prestarle ayuda militar, con la cual podrá hacer frente a las disensiones internas y contener el avance napolitano. De su matrimonio con CONSTANZA, nació una única hija, María.