LUTERO. MARTÍN... (Reformador protestante) (1517-1546)

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Los campesinos de Alemania Central y Meridional, oprimidos por el poder de los nobles, se sublevan dirigidos por Tomás MÜNTZER.


Las predicaciones luteranas sobre la libertad cristiana y contra la opresión de la autoridad eclesiástica y aun contra el emperador, contribuyen, indudablemente, a revolver las pasiones, ya desde antiguo contenidas, y a desatar la revuelta general que se conocerá en la historia como «Guerra de los campesinos alemanes» (1524-1525). Los campesinos de la Selva Negra (Suabia), oprimidos por el aumento del poder de los nobles, proponen sus reivindicaciones en doce célebres puntos («Doce artículos del campesinado en Suabia»). Entre otras cosas, exigen la abolición de la servidumbre, el libre disfrute de la caza, la supresión de los diezmos, libertad en la elección de sus pastores, todo «conforme al evangelio». El movimiento no tarda en extenderse y los campesinos de Alemania Central y Meridional se sublevan con una clara tendencia a la revolución política y social.

En Alemania, la nobleza rompe su compromiso con los sublevados iniciándose la «Guerra de los campesinos».


Roto el compromiso inicial por la nobleza, inicia, en la fecha, la «Guerra de los campesinos» (1525-1527). Enfrenta a los campesinos de Suabia, Alsacia, Tirol, Salzburgo, Franconia, Turingia y norte de Alemania, dirigidos por Tomás MÜNTZER, con la nobleza y, sobre todo, en Alsacia, con el obispo de Estrasburgo que ha adoptado el luteranismo. Los «Doce artículos del campesinado en Suabia», se convierten en el manifiesto de todos los campesinos sublevados. Pero la revuelta es rápidamente dominada.

Tomás MÜNTZER y sus hordas de campesinos son derrotados.


Tomás MÜNTZER y sus hordas de campesinos son derrotados, primero en Leipheim el 4/4/1525, y finalmente en la Batalla de Frakenhausen. El cabecilla y los principales dirigentes de la revuelta, tras ser cruelmente torturados, son decapitados dos días después.

«Baño de sangre» del duque Antonio de Lorena entre los campesinos de Alsacia en Zabern.


Se produce, en la fecha, el «Baño de sangre» del duque Antonio de Lorena entre los campesinos de Alsacia en Zabern

En junio de 1525, LUTERO se une a CATALINA BORA, religiosa cisterciense.


LUTERO ha dejado el hábito religioso en 1524. En junio de 1525 se une a CATALINA BORA, religiosa que pertenece a un grupo de doce religiosas cistercienses del monasterio de Nimbschen, en Sajonia, que, alentadas y ayudadas por LUTERO, abandonan el monasterio. Durante algún tiempo se permite LUTERO tal familiaridad con estas mujeres, que viven en la misma casa con él, que MELANCHTON se llega a preocupar y lo comenta amargamente.

LUTERO cambia radicalmente de criterio, exhortando a los príncipes a acabar con los campesinos.


Tras la sublevación de los campesinos alemanes en 1524, LUTERO se pone inmediatamente de su parte, pero luego, dominada la resistencioa por los príncipes, cambia radicalmente de criterio, exhortando viviamente a los príncipes a acabar con ellos: «¡Matadlos como a perros rabiosos!». No es accidental ni pasajero este cambio de LUTERO. En su metalidad se ha ido efectuando un cambio fundamental. Peridad su confianza en la masa y en el pueblo, la pone con toda decisión en los príncipes. Ellos serán los que impondrán la innovaciòn. Lo importante, pues, es ganarse a los príncipes por todos los medios. Cuando la rebelión campesina es reprimida con extrema brutalidad, los supervivientes se vuelven contra el reformador que, según ellos, los ha traicionado. Y en lo sucesivo se proclamarán católicos a machamartillo.

Se acuerda que los Estados del Imperio procedan como mejor vean ante Dios y el emperador.


En el año de la fecha, en una nueva Dieta celebrada en la ciudad imperial libre de Espira, se acuerda que los Estados del Imperio, o sea, los príncipes y las ciudades inmediatamente sujetas al Imperio, procedan como mejor vean deben hacerlo ante Dios y la majestad imperial. (Cuius regio, eius religio). El acuerdo da pie para que los príncipes que han apostatado de la Iglesia implanten en sus territorios la iglesia luterana, erigiéndose ellos en cabezas de la misma. Este acuerdo tiene validez hasta que algún Concilio General pueda encararlo o pronunciarse sobre los asuntos religiosos suscitados por Martín Lutero. El ambiguo edicto aprobado en esta Dieta resultará en una suspensión temporal del Edicto de Worms y ayudará a la expansión del protestantismo. Estos resultados serán repudiados en la dieta de Espira de 1529.

Se celebran varios sínodos valdenses, en los cuales se discutirán las ideas de la Reforma protestante.


En 1526 se celebra en Laus un sínodo valdense, en el cual se discuten las ideas de la Reforma protestante. Una opinión sostiene mantener los vínculos con los husitas; otra, acercarse a la Reforma suiza y otra a Lutero. El barba Martín Gonin difunde los escritos de Lutero y encabeza al sector partidario de unirse al protestantismo y distanciarse de los husitas. El sínodo de Merindol (Provenza) en 1530 se orientará hacia los reformadores suizos. Luego en el sínodo de Chanforan en 1532 y a propuesta de Jorge Morel, adoptará una nueva confesión de fe acorde con la Reforma suiza. Se apartará de esta decisión una minoría dirigida por Daniel de Valencia y Juan de Molines; congregaciones del valle del Po, Calabria y Apulia tampoco aceptarán la decisión del sínodo y en algunos casos se sumarán al movimiento anabaptista. Sin embargo, la mayoría de los valdenses se unirán después al protestantismo, al considerar que en lo fundamental comparten la misma fe.

En las doctrinas de LUTERO las causas nacionales son importantes.


En las doctrinas de LUTERO las causas nacionales (es decir, la rebelión de Alemania contra Roma) tienen una parte importante, pero si las doctrinas de Lutero se propagan es porque responden a una aspiración generalizada. Por otra parte, las causas políticas y económicas tienen su importancia: deseo de los príncipes y de los señores de apoderarse de los bienes de la Iglesia, capitalistas y financieros que simpatizan con doctrinas estimulantes del esfuerzo individual y no condenan el préstamo a interés, como hace, en cambio, el catolicismo. Pero la Reforma alcanza a ricos y a pobres, a gentes humildes y a grandes personajes. Es verdad que LUTERO es alemán y está indignado por ciertos usos y prácticas de la Iglesia, pero el impulso que le mueve es, ante todo, la angustia religiosa, la inquietud que siente en torno a las cuestiones de la salvación y de la fe. Así, las causas propiamente religiosas tienen una importancia fundamental, aunque vienen a insertarse en factores nacionales, sociales y geográficos.