JUAN II el Grande (Rey de Navarra 1425-1479) (Rey de Aragón 1458-1479)

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El poder absoluto de ÁLVARO de Luna provoca el enfrentamiento de la nobleza con nuevas purgas.


Tras la boda de ENRIQUE de Castilla y BLANCA de Navarra, el condestable ÁLVARO de Luna, hace considerables gestos de acercamiento a JUAN II de Navarra. Pero el poder absoluto de ÁLVARO de Luna provoca el enfrentamiento de la nobleza con nuevas purgas, enfrentamientos, encarcelamientos y deslealtades hasta llegar a la sublevación de una parte considerable de la nobleza.

ÁLVARO de Luna llama a los infantes de Aragón con la promesa de devolverles sus posesiones.


Los nobles de Castilla se han hecho con Valladolid y, poco a poco, van aumentando su poder. Después de varias conferencias, ÁLVARO de Luna llama a los infantes de Aragón con la promesa de devolverles sus posesiones. Éstos regresan, pero cada uno lo hace situándose en bandos distintos: JUAN II de Navarra en la Corte, junto al rey de Castilla y ENRIQUE junto a los nobles sublevados. Ante lo desesperado de la situación, ÁLVARO de Luna propone una nueva conferencia, que tiene lugar en Tordesillas. Allí, al tratarse como tema básico la forma en que el rey debe capitular más que de una posible paz, JUAN II de Castilla tiene un gesto de autoridad y la suspende.

ÁLVARO de Luna es enviado de nuevo al destierro y Enrique y Juan retornan al poder.


El gesto real tiene dos consecuencias. Sus partidarios lo interpretan como un deseo de seguir luchando y, ante ello, JUAN II de Navarra cambia de bando. Tras una nueva reunión, esta vez en Castronuño, ÁLVARO de Luna es enviado de nuevo al destierro en su señorío de Ayllón y los infantes ENRIQUE y JUAN II de Navarra retornan al poder.

La actuación de Juan y Enrique en contra de la postura del rey anima a ÁLVARO de Luna a regresar.


Se reúnen Cortes en Valladolid, donde se define el programa de la oligarquía gobernante. La intervención de los infantes en los asuntos portugueses, jugando en contra de la postura de JUAN II de Castilla, y los resultados adversos que consiguen anima a ÁLVARO de Luna a intentar su regreso.

JUAN II de Castilla vuelve a ser prisionero de los infantes aragoneses y ÁLVARO de Luna queda confinado.


Durante cinco meses la lucha abierta se muestra favorable a ÁLVARO de Luna pero, inesperadamente, JUAN II de Castilla es entregado a su homónimo el rey de Navarra. Ante ello, ÁLVARO de Luna tiene que huir apresuradamente. JUAN II de Castilla vuelve a ser prisionero de los infantes aragoneses y ÁLVARO de Luna queda confinado. Así, pues, JUAN II de Navarra, vuelve a hacerse con el mando en Castilla de nuevo al lado de los enemigos del condestable ÁLVARO de Luna.

Fallece la reina BLANCA I de Navarra. Carlos de Viana acata la decisión de su padre JUAN II que se convierte en rey.


Fallece la reina Blanca de Navarra. Conocedora ésta del carácter ambicioso de su marido, ha aconsejado a su hijo CARLOS -príncipe de Viana- que no se proclame rey de Navarra mientras viva su padre, recomendación que no deja de seguir el joven, aun a sabiendas de que a la muerte de su madre era él y no su padre el que debía gobernar. Padre e hijo se reúnen en Santo Domingo de la Calzada y CARLOS, ya de 21 años, obedeciendo los deseos de su madre, acata la decisión de su padre JUAN II que le nombra lugarteniente del reino. Durante unos años, el príncipe de Viana, persona de amplia cultura, amante del arte, el boato y las mujeres, convierte a la corte navarra en una de las más festivas de Europa.

Los infantes de Aragón son los dueños absolutos de Castilla, poseedores de la persona del rey.


Los infantes aragoneses que han procedido a reformar el Consejo Real de Castilla continúan con su política de intervención en Portugal, apoyando a su hermana, LEONOR, que ha sido despojada de su regencia. La cuestión portuguesa vuelve a ser el fulminante y JUAN de Navarra, que prepara su boda con la hija del almirante Enríquez, da un golpe en Ramaga, expulsa o prende a todos los partidarios de ÁLVARO de Luna y a partir de la fecha, reduce al rey JUAN II de Castilla a una posición casi de cautividad. Los infantes de Aragón son los dueños absolutos de Castilla, poseedores de la persona del rey, JUAN reina en Navarra y es el lugarteniente de ALFONSO V en Aragón, Valencia y Catalunya. ÁLVARO de Luna se constituye en defensor de la libertad.

Esta vez es el príncipe heredero de Castilla, Enrique (futuro Enrique IV), quien da la señal de sublevació


Constituidos una vez más los consabidos dos bandos, es en esta ocasión el príncipe heredero de Castilla, ENRIQUE (futuro Enrique IV), proclamado príncipe de Asturias, quien da la señal, en la fecha, para la sublevación.

Los ejércitos de JUAN II de Navarra se enfrentan en Olmedo con las tropas leales al rey de Castilla.


Los ejércitos de JUAN II de Navarra se enfrentan en Olmedo con las tropas leales al rey de Castilla y a ÁLVARO de Luna. Derrotado JUAN II, marcha a Navarra para centrarse allí en sus funciones reales. ENRIQUE, hermano de JUAN II de Navarra, muere en esta batalla que inicia la segunda guerra entre Castilla y Aragón (1445-1454) y esta vez, también con la intervención de Navarra. Esta guerra es muy original; son más frecuentes las treguas que las acciones militares; es una pugna entre bandos aristocráticos, partidarios unos, contrarios otros, de los infantes de Aragón.