Federico I Barbarroja convoca un sínodo en Pavía en 1160 para resolver el pleito entre Víctor y Alejandro.


FEDERICO I Barbarroja convoca un sínodo en Pavía en 1160 para resolver el pleito, decantándose por VÍCTOR IV y excomulgando a ALEJANDRO III. Por su parte, éste revoca las conclusiones del sínodo, excomulga al emperador y al antipapa y libera a los súbditos del emperador del juramento de fidelidad. La cuestión plantea un enfrentamiento a escala europea, por cuanto ALEJANDRO III recibe el apoyo de LUIS VII de Francia y ENRIQUE II de Inglaterra en el sínodo de Tolosa (1160), lo que promueve a su vez las simpatías de buena parte de los estados europeos. La mayoría de la Iglesia, además de la creciente unión de ciudades italianas libres -la llamada «Liga Lombarda»-, apoyan a ALEJANDRO III, llegando la Liga a levantar una fortaleza al sur del Po a la que pone por nombre Alejandría. VÍCTOR IV tiene de su parte al emperador alemán y a los estados controlados por éste, excepto al arzobispo de Salzburgo y algunos obispos alemanes.