PIPINO vence a los lombardos y entrega la región de Rávena al Papado. «Donación de Pipino». Aparece el Estado Pontificio.


PIPINO promete ayudar al papa ESTEBAN y al pueblo de Roma y sabrá cumplir perfectamente su promesa. Pero PIPINO va más allá y garantiza por escrito a la sede de San Pedro la posesión legítima del ducado de Roma, la posesión de Rávena y el territorio del antiguo exarcado así como también otros extensos territorios al norte y al este del ducado que estaban en poder de los lombardos y que se extendían hasta el exarcado. Esta garantía, conocida como la «Donación de Pipino» constituye el origen y el fundamento de los Estados Pontificios. Desde este momento queda reconocido jurídicamente el Estado Pontificio. La nueva dinastía -posteriormente denominada Carolingia por su miembro más destacado, CARLOMAGNO (768-814)- se consolida con esta alianza. Pipino trata de negociar con ASTOLFO la entrega de los territorios que ha prometido al papa; pero, como cabía esperar, ASTOLFO se niega a ello.