CONTRARREFORMA

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El núcleo originario del nuevo estilo (barroco) es Roma y desde la ciudad papal se difunde a toda Europa.


Se denomina Barroco al arte del siglo XVII. Se trata de un término peyorativo que el neoclasicismo del siglo XVIII atribuye a las obras del siglo precedente, a las que considera anticlásicas (desmesuradas, recargadas, confusas, faltas de equilibrio y orden). El núcleo originario del nuevo estilo (barroco) es Roma y desde la ciudad papal se difunde a toda Europa. En Roma se produce un arte exhuberante muy relacionado con la misión propagandística de la contrarreforma que el papado le atribuye. La corte española de los Austrias se hace eco de esta concepción y ciudades como Madrid, Valencia y Sevilla se hacen barrocas. Francia produce un arte grandioso pero más sobrio. Los países donde triunfa el protestantismo (gran parte de los territorios germánicos, Inglaterra, Holanda), producen un arte peculiar -destacan sobre todo en pintura- , fruto de sus tradiciones y también de la ruptura con el catolicismo.

Con la Contrarreforma, las autoridades de los Países Bajos del sur, abrazan el movimiento de las beguinas.


Con la Contrarreforma, las autoridades de los Países Bajos del sur -actual territorio de Bélgica y norte de Francia- abrazan el movimiento de las beguinas. Llega un segundo período de esplendor, pero también de mayor control clerical. Hay notícia de la existencia de unas 90 miniciudades para beguinas a finales del siglo XVII. Pero los continuos ataques de Francia y la posterior Revolución comprometerán su supervivencia.

MARÍA TERESA se dedica a hacer de la monarquia austriaca un Estado esencialmente alemán.


Tras la Paz de Aquisgrán de 28 de octubre de 1748, la reorganización militar se convierte en una de las mayores preocupaciones de MARÍA TERESA. La influencia prusiana se hace sentir. El ejército, dotado de una poderosa artillería, aumenta sus efectivos en 200.000 hombres, gracias al servicio obligatorio que se establece en los Estados hereditarios. La emperatriz se considera la representante de Dios en la Tierra. Su concepción teocrática del poder hace de ella una soberana intolerante que detesta a los judíos. Es una verdadera soberana de la Contrarreforma y contribuye, como sus predecesores, a hacer del Estado de los Habsburgo la plaza fuerte del catolicismo en Europa. En definitiva, MARÍA TERESA se dedica a hacer de la monarquia austriaca un Estado esencialmente alemán. La lengua alemana es considerada no solamente como un instrumento de dominación, sino también como un vehículo de cultura, al que los pueblos tienen que acceder progresivamente.