SAN PEDRO NOLASCO

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PEDRO NOLASCO y RAIMUNDO DE PEÑAFORT reciben de la Virgen la misión de fundar en Barcelona una orden a favor de los cautivos.


PEDRO NOLASCO -antiguo mercader- recibe de la Virgen -en la madrugada del día de la fecha- la misión de fundar una orden para remediar la triste situación de tantos cristianos que en aquel tiempo sufren cautiverio. (No está clara la procedencia de este mercader, ya que los historiadores le atribuyen diversas procedencias). Según Pere Gaver, cronista mercedario de mediados del siglo XV, la fundación de una orden con esta finalidad, no sólo es revelada a PEDRO NOLASCO, sino además al mismo rey JAIME I -tiene diez años de edad- y a RAIMUNDO DE PEÑAFORT, que apoyan desde el principio la iniciativa del caballero. Tanto PEDRO como RAIMUNDO llegarán a ser santos.

Es bendecida en la catedral de Barcelona la orden militar llamada “Orden la limosna de los cautivos”.


El obispo de Barcelona, BERENGUER de Palou, en presencia del rey JAIME I, bendice en la catedral la orden militar llamada “Orden de la limosna de los cautivos”. Se trata de un pequeño grupo de hombres que se dedican a obras de caridad. Los preside un antiguo mercader llamado PEDRO NOLASCO que se había instalado en la zona urbana de la ciudad, dentro de las murallas. Entendía en cuestiones de negocios. Conocía también de cerca la tragedia de los cautivos caídos en manos de los sarracenos o de los piratas y convertidos en verdadera “carne de mercado”, por lo que decide, tras la aparición de la Virgen -del pasado día dos- que le anima en este sentido, convertirse en un “comerciante de Dios”, en un “comerciante de cautivos”.

GREGORIO IX aprueba la Orden de Nuestra Señora de la Merced como una orden de caballería.


PEDRO NOLASCO, con el favor del rey JAIME I y con el consejo de RAIMUNDO de PEÑAFORT, pone los fundamentos de la Orden de Nuestra Señora de la Merced o de la Misericordia como una Orden de caballería y en el año de la fecha, recibe la aprobación del papa GREGORIO IX. A partir de este año, se incrementa en Barcelona la veneración a la Virgen mercedaria, a Nuestra Señora de la Merced.