ORDEN DE LA MARE DE DÉU DE LA MERCÈ

Total de piezas: 19

PEDRO NOLASCO y RAIMUNDO DE PEÑAFORT reciben de la Virgen la misión de fundar en Barcelona una orden a favor de los cautivos.


PEDRO NOLASCO -antiguo mercader- recibe de la Virgen -en la madrugada del día de la fecha- la misión de fundar una orden para remediar la triste situación de tantos cristianos que en aquel tiempo sufren cautiverio. (No está clara la procedencia de este mercader, ya que los historiadores le atribuyen diversas procedencias). Según Pere Gaver, cronista mercedario de mediados del siglo XV, la fundación de una orden con esta finalidad, no sólo es revelada a PEDRO NOLASCO, sino además al mismo rey JAIME I -tiene diez años de edad- y a RAIMUNDO DE PEÑAFORT, que apoyan desde el principio la iniciativa del caballero. Tanto PEDRO como RAIMUNDO llegarán a ser santos.

Es bendecida en la catedral de Barcelona la orden militar llamada “Orden la limosna de los cautivos”.


El obispo de Barcelona, BERENGUER de Palou, en presencia del rey JAIME I, bendice en la catedral la orden militar llamada “Orden de la limosna de los cautivos”. Se trata de un pequeño grupo de hombres que se dedican a obras de caridad. Los preside un antiguo mercader llamado PEDRO NOLASCO que se había instalado en la zona urbana de la ciudad, dentro de las murallas. Entendía en cuestiones de negocios. Conocía también de cerca la tragedia de los cautivos caídos en manos de los sarracenos o de los piratas y convertidos en verdadera “carne de mercado”, por lo que decide, tras la aparición de la Virgen -del pasado día dos- que le anima en este sentido, convertirse en un “comerciante de Dios”, en un “comerciante de cautivos”.

Los medios de Pedro Nolasco son la pobreza más absoluta y la limosna.


Ante el grupo formado por Pedro NOLASCO se puede decir que, por ejemplo, en Castilla, existen los “hombres de buena voluntad, puestos para sacar a los cautivos”. Pero éstos son verdaderos mercaderes que cobran por ejercer su oficio. Lo nuevo de PEDRO NOLASCO es la motivación y los procedimientos de su quehacer. Sus medios son la pobreza más absoluta y la limosna: él y sus compañeros dan todos sus bienes propios, haciéndolos “precio de la redención” y se convierten en “mendigos” para salvar a los cautivos. Más todavía, hacen “voto de redención” estando siempre dispuestos a dar la vida por ellos, si es menester.

Esta pieza también aparece en ... BARCELONA (Ciudad)

GREGORIO IX aprueba la Orden de Nuestra Señora de la Merced como una orden de caballería.


PEDRO NOLASCO, con el favor del rey JAIME I y con el consejo de RAIMUNDO de PEÑAFORT, pone los fundamentos de la Orden de Nuestra Señora de la Merced o de la Misericordia como una Orden de caballería y en el año de la fecha, recibe la aprobación del papa GREGORIO IX. A partir de este año, se incrementa en Barcelona la veneración a la Virgen mercedaria, a Nuestra Señora de la Merced.

En el capítulo general de la Orden de la Merced, de Barcelona, se publican los estatutos.


En el capítulo general de la Orden de la Merced, de Barcelona, de este año 1272, se publican los estatutos. A partir de entonces, la Orden se llama: \”Orden de la Virgen María de la Merced de la redención de los cautivos\”.

Esta pieza también aparece en ... BARCELONA (Ciudad)

El papa JUAN XXII manda que en adelante el cargo supremo de la Orden de la Merced recaiga en un sacerdote.


Hasta 1318, todos los maestros generales de la Orden de la Merced han sido caballeros legos como el mismo fundador, pero el 5 de junio de ese año, el papa JUAN XXII manda que en adelante dicho cargo supremo recaiga en un sacerdote. Desde entonces, la Orden mercedaria deja de ser militar; los caballeros legos se pasarán a la naciente Orden de Montesa.

En el año 1688 (ó 1637) la amenaza de un extraordinaria plaga de langostas se cierne sobre Barcelona y su área agrícola.


Según algunos investigadores (otros sitúan estos hechos en 1637), en el año 1688 la amenaza de un extraordinaria plaga de langostas se cernía sobre Barcelona y su área agrícola. Se convocó al pueblo para rogar la intercesión de la Virgen y las piadosas rogativas fueron escuchadas, librándose Barcelona del temido y terrible azote. El Consejo de Ciento y los Consellers la nombraron patrona de la ciudad. Por esto, Nuestra Señora de la Merced fue llamada también Mare de Déu Llagostera. En realidad, la divina y solicitada intervención de Nuestra Señora de la Merced alivió en Barcelona, a lo largo del tiempo, otras difíciles y a veces dramáticas situaciones: estragos de la peste, terribles sequías, y otras plagas de langostas como la ocurrida a finales del siglo XVII.

Esta pieza también aparece en ... BARCELONA (Ciudad)