OLEGUER en 1130 ha asisitido al Concilio de Clarmont en el cual el papa INOCENCIO II proclama un decreto de paz que, en la fecha, OLEGUER hace proclamar en Barcelona reuniendo un sínodo en la palacio condal. Según este decreto el soberano renuncia al dominio que tiene sobre las iglesias con todos sus bienes y sus rentas, obligando a renunciar asimismo a todos sus vasallos laicos a cambio de compensaciones o indemnizaciones económicas si no quieren renunciar graciosamente. En adelante, ningún laico podrá tener dominio sobre personas eclesiásticas y la Iglesia percibirá los diezmos y otras rentas que le corresponden directamente por medio de funcionarios designados por los eclesiásticos. La Iglesia se independiza totalmente de cualquier dominación laica y se convierte en un estamento privativo al lado del de los señores laicos y más tarde del de los burgueses o ciudadanos.
SAN OLEGARIO (Obispo de Barcelona y arzobispo de Tarragona)
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Desarrollo de la reunión en Zaragoza de finales de diciembre 1134. Importancia de sus asistentes.
En la reunión de Zaragoza de finales de diciembre, se tratan los siguientes temas: restablecer el equilibrio político entre los reyes de Castilla, Aragón y Navarra; alcanzar una fórmula para garantizar la sucesión de la monarquía aragonesa; y concluir un acuerdo con la Santa Sede para zanjar la herencia de El Batallador. A juzgar por la congregación de poderes en Zaragoza, parece demostrado que nadie cree que la solución sea un asunto interno de los súbditos aragoneses y navarros. A Zaragoza acude ALFONSO VII de León y Castilla; Olegario, arzobispo de Tarragona; los obispos de Zaragoza y Lescar; los condes castellanos Rodrigo González, Manrique de Lara, Ramiro Fruélaz y Rodrigo; los ultrapirenaicos Alfonso Jordán de San Gil, conde de Tolosa, Bernardo I, conde de Comminges, Roger III de Foix y Guillermo señor de Montpellier; más el conde de Barcelona, RAMÓN BERENGUER IV, el de Urgel, Armengol, el de Pallars, Arnal Mir, otros nobles castellanos y muchos señores aragoneses. Faltan a la cita GARCÍA I RAMÍREZ de Pamplona y RAMIRO II de Aragón que están intentando alcanzar acuerdos según sus propios criterios.