El testamento de ALFONSO I el Batallador, rey de Aragón y de Pamplona, es rechazado por los señores de Pamplona y en consecuencia, Pamplona recupera su autonomía. Gracias al apoyo de varios nobles, al del futuro conde Ladrón (señor de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, regiones que permanecerán en la órbita navarra), Guillermo Aznar de Oteiza, al del obispo pamplonés, Sancho de Larrosa, y al de otros nobles, es alzado al trono de Pamplona GARCÍA RAMÍREZ (1134-1150), conocido como el Restaurador, que es biznieto de García Sánchez III, rey de Pamplona ochenta años antes, y que aprovechará los momentos de confusión para segregar definitivamente a Navarra de Aragón. Los papas le niegan el título de rey por no haber reconocido las disposiciones testamentarias de su predecesor con lo cual más que monarcas serán considerados príncipes vasallos. Navarra queda encajada entre dos potencias como Aragón y Castilla viendo cortadas sus posibilidades de expansión hacia el sur.
GARCÍA RAMÍREZ el Restaurador, rey de Pamplona (1134-1150)
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Rey de Pamplona (1134-1150). Elegido por los magnates y obispos navarros como rey al no acatar las disposiciones testamentarias de Alfonso I el Batallador.
Resultados de la reunión de finales de diciembre en Zaragoza.
La crisis sucesoria parece, pues, antes de concluir el año 1134 resuelta en Navarra y Aragón por el acuerdo asumido entre las fuerzas sociales. La jerarquía eclesiástica, los señores y los ciudadanos, de conformidad con los pretendientes al trono y los demás poderes vecinos, habían adoptado ya la decisión de ignorar las disposiciones de Alfonso I y decidido según el derecho de la tierra y sus intereses; la división era un hecho asumido por todos, que beneficiaba a Castilla y a los condados más orientales. Faltaba resolver el problema de los territorios conquistados por El Batallador, que podían ser reclamados por navarros y aragoneses, por el monarca castellano y, evidentemente, por las tres órdenes mencionadas en el testamento. Por supuesto, quedaba buscar las soluciones formales con los herederos testamentarios y las disposiciones prácticas que, al menos en Aragón, dieran forma y continuidad a la monarquía.
Desarrollo de la reunión en Zaragoza de finales de diciembre 1134. Importancia de sus asistentes.
En la reunión de Zaragoza de finales de diciembre, se tratan los siguientes temas: restablecer el equilibrio político entre los reyes de Castilla, Aragón y Navarra; alcanzar una fórmula para garantizar la sucesión de la monarquía aragonesa; y concluir un acuerdo con la Santa Sede para zanjar la herencia de El Batallador. A juzgar por la congregación de poderes en Zaragoza, parece demostrado que nadie cree que la solución sea un asunto interno de los súbditos aragoneses y navarros. A Zaragoza acude ALFONSO VII de León y Castilla; Olegario, arzobispo de Tarragona; los obispos de Zaragoza y Lescar; los condes castellanos Rodrigo González, Manrique de Lara, Ramiro Fruélaz y Rodrigo; los ultrapirenaicos Alfonso Jordán de San Gil, conde de Tolosa, Bernardo I, conde de Comminges, Roger III de Foix y Guillermo señor de Montpellier; más el conde de Barcelona, RAMÓN BERENGUER IV, el de Urgel, Armengol, el de Pallars, Arnal Mir, otros nobles castellanos y muchos señores aragoneses. Faltan a la cita GARCÍA I RAMÍREZ de Pamplona y RAMIRO II de Aragón que están intentando alcanzar acuerdos según sus propios criterios.
GARCÍA RAMÍREZ firma el tratado de Vadoluengo (Sangüesa), en el que se fijan los límites entre Pamplona y Aragón.
GARCIA RAMIREZ debe enfrentarse de inmediato a la invasión de ALFONSO VII que sitia Vitoria, toma Nájera y se apodera de toda la Rioja. Ante ello, y forzado por la necesidad de afianzarse en el trono, firma el tratado de Vadoluengo (Sangüesa), en la fecha, en el que se fijan los límites entre Pamplona y Aragón, estipulándose que el pamplonés esté subordinado a RAMIRO II.
Pacto entre los reyes de Aragón y de Navarra de mantenerse unidos que posteriormente será roto.
Representantes de GARCÍA RAMÍREZ Y DE RAMIRO II, se reunen en Vadoluengo, entre Sangüesa y Sos, con el propósito de concretar la fórmula del «prohijamiento artificial» de GARCÍA RAMÍREZ por RAMIRO, contemplada en el derecho pirenaico tradicional, como argumento que resuelve todos los problemas, pues se mantiene unidos los dos reinos, ostentando Ramiro el «principado» y García la «potestad» militar sobre los caballeros, unificándose más adelante en la figura de García y en la de sus herederos. El pacto seguramente llega a estar aceptado y firmado por los dos reyes en el mes de enero de 1135.
ALFONSO VII, logra un acuerdo con GARCÍA RAMÍREZ por el que éste lo reconoce como emperador y presta homenaje.
El Pacto de Vadoluengo, firmado el pasado mes de enero, se rompe pocos meses después, en el mes de mayo, por causas desconocidas, pero a las que no debe ser ajeno ALFONSO VII, pues en el mes de mayo se logra un acuerdo entre él y GARCÍA RAMÍREZ por el que éste lo reconoce como emperador y presta homenaje como sus antepasados los reyes Sancho Ramírez y Pedro I le habían hecho a su abuelo Alfonso VI. A cambio, el castellano les respeta su reino patrimonial y le entrega el dominio sobre una parte de la Rioja y el Reino de Zaragoza.
GARCÍA RAMÍREZ se persona en Zaragoza. Toma posesión de la ciudad y del reino. RAMIRO se refugia.
GARCÍA RAMÍREZ se persona en Zaragoza, seguramente acompañado del Emperador, para tomar posesión de la ciudad y del reino, como demuestra el hecho de que durante un año (hasta octubre de 1136), la documentación de García Ramírez haga mención expresa de su autoridad en Zaragoza, con expresiones como «regnante in Pampilona, in Tutela et in Çaragoça». Así, en el mes de octubre, RAMIRO tiene que refugiarse durante unas semanas en Besalú (al norte de Girona) donde se entrevista con RAMON BERENGUER IV y donde sus barones más fieles establecen contacto con los señores barceloneses, pallareses y urgeleses, reencontrando los puntos de contacto históricos y trazando posibles planes comunes. Además, la ruptura del «pacto de prohijamiento», obliga a la rápida búsqueda de una solución al futuro del linaje de RAMIRO.
GARCÍA RAMÍREZ se siente frustrado por su emperador y se lanza en su contra.
ALFONSO VII de Castilla decide devolver Zaragoza a Aragón por lo que la tenencia de esta ciudad que ha sido el pago que ha recibido GARCÍA RAMÍREZ por su vasallaje al rey de Castilla, está a punto de cambiar de manos. Esta decisión, lógicamente, afrenta a GARCÍA RAMÍREZ, que se siente frustrado por su emperador y se lanza en su contra. Ataca Estella y durante meses Pamplona se enfrenta al emperador y lanza ataques hacia las llamadas \»extremaduras de Soria\».
Se enfrentan aragoneses y navarros y estos últimos vencen en Gallur.
GARCÍA RAMÍREZ de Pamplona no acepta la solución que se ha dado en Aragón a sus problemas dinásticos y decide invadir Aragón. Así, en 1139, se enfrentan aragoneses y navarros y estos últimos vencen en Gallur (Aragón). Pero ALFONSO VII de Castilla y León, acude en ayuda de RAMON BERENGUER IV, rey de Aragón, y obliga a los ejércitos de GARCÍA RAMÍREZ a retirarse al ser vencidos en Ejea.
Las tropas castellanas penetran en tierras navarras y se apoderan de Pamplona.
En la fecha, las tropas castellanas penetran en tierras navarras y se apoderan de Pamplona. Para solucionar su apurada situación, GARCÍA RAMÍREZ ofrece a ALFONSO VII la boda de su hija BLANCA de Pamplona con el primogénito del emperador, SANCHO de Castilla.