RAMON BERENGUER I el Viejo, emprende a lo largo de su reinado diversas expediciones contra los musulmanes que tendrán un objetivo doble: por una parte aumentar sus territorios y frenar el posible avance de Aragón y, por otra, mantener o aumentar el sistema de “parias” que tantas riquezas representan para los condados. Así, en un primer paso, los condes barceloneses conseguirán que todas las iglesias cristianas de la taifa musulmana de Dénia y Mallorca dependan de la sede episcopal barcelonesa.

En el pequeño reino taifa de Albarracín, después de veintiséis años de reinado, fallece Hudayl ibn Jalaf que es sucedido sin problemas por su hijo Abd al-Malik. Aunque será un hombre refinado, pues en el museo de Teruel se conserva un precioso ungüentario de plata que regalará a su esposa, no obstante, los cronistas musulmanes de la época lo califican de \”ignorante, egoista, voluble y arrogante\”. Regirá la taifa de Albarracín durante casi sesenta años, en los cuales deberá enfrentarse a enemigos muy poderosos. Y aunque la explotación minera y ganadera le proporciona cierta riqueza, no es suficiente como para poder competir con sus poderosísimos vecinos. No le quedará otro remedio que pagar parias.

Abu Chafar Ahmad, al-Muqtádir, nuevo rey de la taifa de Zaragoza (1046-1082).

Desde el punto de vista económico, las tierras de la región valenciana fueron hasta el siglo XI rurales, sin centros urbanos importantes. Fue a partir del califato y, sobre todo, del siglo XI cuando se desarrollan los sistemas de regadío en la región valenciana: la Vega Baja del Segura, huertas de Elche y Alicante, la de Gandía y la Ribera, y la Huerta de Valencia, con su red de acequias. Los pleitos de aguas eran resueltos en Valencia oralmente por el Tribunal de las Aguas, todavía vigente. En el campo, junto a la pequeña y mediana propiedad, que era la predominante, hay constancia de las grandes posesiones, que se detectan desde los reinos de taifas, en el siglo XI, procedentes de abusos fiscales. La aparición de los Estados taifas en el siglo XI dará lugar a las primeras acuñaciones monetarias en Valencia (Balansiya) y Denia (Daniya). La demanda de productos de lujo por la clase dominante en los reinos de taifas impulsará la actividad artesanal (brocados, cerámica, cuero, metal, etc.) y el comercio (puertos de Valencia y Denia). Xátiva tendrá la primera fábrica de papel de al-Ándalus y Occidente en el siglo XI.

En 1054, GUILLEM, hermano de RAMON BERENGUER I el Vell, renuncia al condado de Osona, que le había correspondido según el testamento de 1032, a favor de su hermano RAMON y a cambio de una pensión vitalicia. No queda claro históricamente hasta que punto estas renuncias -la de 1049 y ésta de 1054- fueron totalmente voluntarias, pero lo cierto es que las mismas permiten a RAMON BERENGUER I ostentar su poder sobre los tres condados tradicionales de Barcelona, Girona y Osona. La casa condal de Barcelona, heredada por RAMON BERENGUER I el Vell, está entera de nuevo y reafirmará su prestigio reemprendiendo la expansión territorial y la repoblación, dominando a los reinos de taifa de sus fronteras y llevando a cabo una amplia labor legislativa.

FERNANDO I de Castilla desencadena, a partir de 1060, una fuerte ofensiva contra los reinos de Taifas. Ataca primero las fronteras de Zaragoza y conquista luego Gormaz y Berlanga, con los que el rey zaragozano se compromete al pago de parias.

A partir de esta fecha, RAMON BERENGUER I el Vell comienza una gran actividad que le lleva a adquirir diversos castillos que amplian su zona de influencia y que representarán, a lo largo de los próximos años, un enorme desembolso de miles de onzas de oro puro. Sin duda, las parias de Zaragoza, Lleida y Tortosa, consideradas como una de las bases de la pujanza económica de los condes de Barcelona son enormes, pues el oro no se obtiene directamente de la Marca ni es fácil que tenga otras fuentes de procedencia que el Islam de la Península.

Sulayman, rey de Zaragoza, divide el reino entre sus cinco hijos, a los que entrega Tudela, Calatayud, Zaragoza, Huesca y Lleida. Ahmad ibn Sulayman, el más joven, gana a sus hermanos Tudela, Calatayud y Huesca. También conquista Tortosa y Denia.

FERNANDO I, se traslada a Zaragoza para castigar a su rey al-Muqtadir ya que ha roto su compromiso con Castilla en relación al pago de las parias. Después de asolar la zona, sigue hacia Valencia a la que asedia.

En 1065, Al-Mamún, rey de Toledo, aprovechando la terrible derrota que había sufrido su yerno Abd al-MÁLIK de Valencia, anexiona el reino valenciano al de Toledo, que de esta manera encuentra salida al mar Mediterráneo. Hará lo propio con Córdoba.