A finales de 1995, la OTAN busca un nuevo Secretario General, por la dimisión, obligada, del belga Willy Claes, por su presunta implicación en el cobro de comisiones por una operación de venta de armas, y los aliados buscan el consenso, que no consigue reunir el último de los candidatos aparentes, el ex primer ministro holandés Ruud Lubbers. El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana Madariaga, de ilustres apellidos y carácter conciliador, es el “tapado” de última hora a quien, entre la incredulidad de sus paisanos españoles, Washington en particular y la OTAN en general dan su apoyo unánime en el Consejo Atlántico del 1 de diciembre y a quien oficialmente nombran para tan alto cargo los ministro de Asuntos Exteriores de toda la Alianza, el 5 de diciembre, con el intermedio de una rápida visita a España del Presidente norteamericano Bill Clinton, el día 3 de ese mismo mes y de ese mismo trascendente año.

Rusia, pese a su adhesión al proyecto de Asociación por la Paz, ha venido rechazando abiertamente en los últimos años la incorporación de sus antiguos aliados de Europa del Este a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), amenazando con incumplir los acuerdos para la reducción de armamento. Tal negativa se argumenta en el hecho de que una incorporación de esos países supone una seria amenaza a su seguridad nacional. Sin embargo, en un giro radical tras meses de arduas negociaciones diplomáticas en las que juega un importante papel el secretario general de la OTAN, el español Javier Solana, el presidente ruso se aviene a firmar el 27 de mayo de 1997 un acuerdo por el que ambas partes se comprometen a no interferir en la política defensiva de ningún Estado europeo, lo que en la práctica supone levantar su veto a la ampliación de la OTAN por Europa Oriental. De forma simultánea, Yeltsin anuncia el desmantelamiento de los misiles que apuntan hacia los países de la Alianza Atlántica, lo que, unido a la firma del acuerdo con la OTAN, le vale las críticas de los sectores nacionalistas dentro del país.

A partir de 1998: bajo la presidencia de Milo Djukanovic Montenegro manifiesta sus aspiraciones democráticas. Se distanciará de Serbia (especialmente en 1999, cuando, a raíz del conflicto de Kosovo, Montenegro es bombardeado por las fuerzas aéreas de la O.T.A.N.) y cuestionará abiertamente su integración en la federación de Yugoslavia.

Inauguración de la conferencia de Rambouillet para tratar de solucionar el problema de Kosovo. El gobierno americano a través de Madeleine Albright ha ofrecido a los kosovo-albaneses tres años de autonomía vigilada por la OTAN. Pero la negociación en Rambouillet queda en un nulo acuerdo y el Grupo de Contacto reparte las culpas a partes iguales entre serbios y kosovares, lo que aplaza la amenaza de la OTAN de represalias aéreas

La OTAN amenaza con su intervención ante el despliegue de fuerzas Serbias en la frontera norte y Nordeste de Kosovo, donde se multiplican las “maniobras militares” en zonas controladas por los rebeldes kosovares y las provocaciones -maltratos y amenazas- dirigidas hacia los inspectores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

A lo largo de estos últimos días varios soldados serbios han muerto a manos de los separatistas del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) en Kacanik, Krivovo, Orahovac, Pristina (la capital), etc. Se teme un estallido generalizado de violencia en la región que supondría un escenario especialmente peligroso, ya que el conflicto amenaza con extenderse a Albania y Macedonia

Entre marzo y junio, 600 aviones de 13 países aliados bombardean objetivos militares yugoslavos para obligar a Belgrado a retirar sus tropas de Kosovo. Tras la retirada serbia, la OTAN se despliegará -en junio- en Kosovo. (En 2001 quedarán 43.000 soldados de varios países liderados por los aliados)

Según las últimas informaciones parece que los líderes de la oposición kosovar, por nueve votos contra siete, están dispuestos, el próximo 15/3, fecha fijada para reemprender la negociaciones de paz, a firmar el acuerdo que se ha preparado como propuesta para los próximos tres años con la condición de que sean estacionadas fuerzas de paz internacionales en Kosovo

El mediadior internacional para Bosnia, el español Carlos Westendorp, destituyó al presidente de la República, Nikola POPLASEN ya que ha abusado de su cargo de presidente de la República, ha ignorado la voluntad popular manifestada por los representantes parlamentarios elegidos, ha impedido la plena realización de los resultados electorales y ha difundido un clima de inestabilidad. Pocas horas después de darse a conocer la decisión de Westendorp, el jefe de Gobierno provisional, Milorad DODIK, presentó a su vez la dimisión para protestar contra la decisión adoptada por el árbitro internacional. Estos hechos han encrespado los ánimos en la república federal de Bosnia-Herzegovina

Un desafiante presidente yugoslavo hace saber de forma unilateral a la opinión pública el primer resultado de las conversaciones llevadas a cabo con el mediadior norteamericano Richard Holbrooke: “Las fuerzas extranjeras no tienen nada que buscar en mi país, Los intentos de condicionar el acuerdo político a la aceptación de estacionamiento de tropas extranjeras es inaceptable”. Mientras tenía lugar la entrevista, las fuerzas armadas serbias estaban llevando a cabo en Kosovo una nueva ofensiva que causó 4.000 nuevos refugiados. Por otra parte, continúa aumentando en Macedonia lo que será el futuro contingente de la OTAN en Kosovo