FRANCESC CAMBÓ (Político catalán)

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ALFONSO XIII llama a CAMBÓ para tratar sobre la actual situación política.


Cuando la cuestión de las responsabilidades del Desastre de Annual atenaza a los conservadores y salpica al propio Rey, éste llama a CAMBÓ el 30 de noviembre de 1922. CAMBÓ sabe que ALFONSO XIII ha consultado con MAURA la conveniencia de una dictadura ejercida por el propio rey para salir de la crisis y que éste se lo ha desaconsejado. El rey le dice a CAMBÓ que MAURA está viejo y no queda otro dirigente político de talla suficiente para afrontar la situación que el propio CAMBÓ. Le ofrece el poder total, para que gobierne con Cortes o sin ellas en el momento que le estorben. El rey le dice que está dispuesto a jugarse su suerte con la de CAMBÓ, pero le pone como condición que deje de ser el líder de «aspiraciones catalanas y que se domicilie en Madrid. «¿Por qué se tiene usted que sacrificar y nos tiene que sacrificar a todos por Catalunya, si de Catalunya usted no recibe más que agravios y no se le tiene la consideración que usted merece?». CAMBÓ sale indignado y lamenta que el rey le haya creído capaz de «traicionar mis convicciones de siempre».

CAMBÓ presenta una proposición acusatoria contra el Gobierno conservador de Allendesalazar.


Al día siguiente, CAMBÓ presenta una proposición acusatorio contra el Gobierno conservador de Allendesalazar al producirse la catástrofe de Annual, lo cual comporta la dimisión del gabinete también conservador de Sánchez GUERRA y la llamada a los liberales.

La Lliga pierde en Barcelona las elecciones provinciales. CAMBÓ dimite de sus cargos y se marcha de viaje.


La espiral de violencia vuelve a desencadenarse en Barcelona. La CNT y el Sindicato Libre se disputan el terreno. Las corporaciones patronales están hartas de la situación. El capitán general de Catalunya, Miguel PRIMO de RIVERA, tiene las simpatías de las fuerzas vivas barcelonesas y, además, parece favorable al regionalismo. La Lliga pierde en Barcelona las elecciones provinciales de junio de 1923. CAMBÓ, blanco de las críticas nacionalistas catalanas, dimite de sus cargos y se marcha de viaje.

Pronunciamiento en Barcelona de Miguel Primo de Rivera.


El general Miguel Primo de Rivera (53 años), capitán general de Catalunya, se rebela contra el gobierno, y proclama la suspensión de la Constitución y la creación de un Directorio Militar, lo que es aceptado por el rey Alfonso XIII. Los obreros e intelectuales se oponen sin éxito. El pronunciamiento de Miguel PRIMO DE RIVERA de septiembre de 1923 cuenta inicialmente, en Barcelona, con la adhesión condicional del propio presidente de la Mancomunidad de Catalunya, Josep Puig i Cadafalch. Pero enseguida llega el decreto dictatorial contra el uso de la bandera y la lengua catalanas en las corporaciones oficiales. CAMBÓ está en Atenas cuando se produce el golpe y aconseja por cable: «Crois devons, garder réserve et abstention» («Creo que debemos mantener una actitud de reserva y abstención»). Pero el Consejo de la Mancomunidad ya ha dado el resbalón. Por otra parte, durante la dictadura, Macià pasa al exilio y empieza a buscar apoyos para la causa catalana, incluso en el Komintern.

ALFONSO XIII declara que las medidas que ha tomado son «en bien de Catalunya, para salvar Catalunya».


En mayo de 1924, Alfons Sala Argemí, presidente de la Mancomunidad de Catalunya, quiere que el rey visite el Palacio de la Generalitat y reciba el homenaje de los alcaldes de Catalunya, todos de Real Orden. Se quiere neutralizar el recuerdo de la Asamblea de Delegados Municipales que había aprobado, en enero de 1919, el proyecto de Estatuto de Catalunya. ALFONSO XIII reivindica en su discurso la política de Felipe V «mi antecesor» y declara que las medidas que ha tomado son «en bien de Catalunya, para salvar Catalunya». Esto es considerado una afrenta, pues los amordazados catalanistas no pueden responder. Sala no logrará la pervivencia de la Mancomunidad, ni depurada de catalanismo, y la institución será simplemente liquidada por la Dictadura en 1925. .

Es en el terreno político donde se producen las consecuencias más graves de la Dictadura en Catalunya.


Es en el terreno político donde se producen las consecuencias más graves de la actuación de la Dictadura en Catalunya. En los años treinta el catalanismo burgués, que representa CAMBÓ, será sustituido por el que representa Maciá, mucho más radicalizado, que se convertirá en un símbolo de la resistencia nacional gracias a la actuación política de la Dictadura.

En Catalunya se prohíbe la utilización del catalán en los actos oficiales y se sancionan publicaciones.


Hay un crecido número de miembros de la Lliga que en un principio muestran su satisfacción por la subida al poder del general, pero esta coincidencia desaparece muy pronto. Puig i Cadafalch, Presidente de la Mancomunidad de Catalunya, se muestra de acuerdo con el golpe de Estado en un primer momento, quizá porque piensa que, en la práctica, ya está liquidado el régimen de liberalismo oligárquico de la Restauración. Más prudente es Cambó, a quien su instinto político no le engaña cuando recomienda a sus compañeros de partido guardar reserva y atención. En los primeros meses de la Dictadura, incluso, se llega a hablar de la posibilidad de que España se vertebre atendiendo a una configuración regionalista del Estado y desapareciendo las provincias. Esto no se hará y, por el contrario, en una fecha tan temprana como el 18 de septiembre se prohibirá la utilización del catalán en los actos oficiales, a la vez que se sancionarán algunas publicaciones que están vinculadas al catalanismo más radical.

Después de la dimisión de PRIMO de RIVERA, el rey se queda sin el recambio que esperaba: F.CAMBÓ.


Para complicar las cosas, después de la dimisión de Primo de Rivera, el rey se queda sin el recambio que esperaba. ALFONSO XIII confiaba en que el dirigente regionalista catalán Francesc CAMBÓ se convirtiera en presidente de un Gobierno que no convocase Cortes Constituyentes (por temor a que su resultado cuestionara la Monarquía) y liderara el retorno a la normalidad institucional con una serie de reformas. Pero CAMBÓ -camino de Madrid- descubre que tiene un cáncer de garganta y rechaza la propuesta.

Dimite el gobierno BERENGUER.


A mediados de febrero, Alba, CAMBÓ, Romanones y García Prieto, conde de Alhucemas, liberales monárquicos que prefieren que se celebren primeramente los comicios municipales, más fáciles de dirigir, deciden no presentar candidatura a las elecciones que se convoquen. BERENGUER, dimite. ALFONSO XIII entiende que debe llamar a formar gobierno a un militar, por eso insiste con su amigo Santiago Alba, luego recurre a Melquíades Álvarez, que le dice sin ambages que han de convocarse urgentemente Cortes constituyentes, y que el poder emanado de ellas ha de situarse por encima del real, para que determinen con absoluta libertad el tipo de régimen. El Rey acude a Sánchez Guerra que, antes de tomar una decisión, visita a los miembros del Gobierno republicano en prisión para recabar apoyos. Maura alza su voz por encima de las demás, sin atender cuáles eran los términos de la proposición: «Nosotros, con la monarquía, nada tenemos que hacer ni que decir». Sólo un mes más tarde, el Gobierno provisional sería amnistiado.

CAMBÓ funda, sin disolver la Lliga, un partido de ámbito estatal, el Centro Constitucional.


El general Dámaso BERENGUER intenta aglutinar las fuerzas políticas dispuestas a salvar el régimen monárquico. La Lliga se apunta a este esfuerzo y, en la fecha, CAMBÓ con la ayuda de Gabriel MAURA, funda en la fecha, sin disolver la Lliga, un partido de ámbito estatal, el Centro Constitucional, que no será capaz, sin embargo, de cohesionar los sectores antirrepublicanos. CAMBÓ, en su libro «Per la concòrdia», escrito bajo la Dictadura, dice que siempre ha pensado que la Monarquía podía ser más favorable que una república a la solución de las reivindicaciones catalanas, porque le parece más fácil persuadir a un hombre que a todo un pueblo.