FASCISMO

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Benito MUSSOLINI, en la fecha, funda el Partido Nacional Fascista que adopta como símbolo el signo de las antiguas «fasces».


Benito MUSSOLINI, en la fecha, funda el Partido Nacional Fascista que adopta como símbolo el signo de las antiguas «fasces». Las «fasces» es una insignia del cónsul romano, que se componía de una segur (hacha u hoz para cortar) en un hacecillo de varas. Eran portados por cada uno de los doce lictores (ministro de justicia entre los romanos) delante de los antiguos reyes de Roma y después delante de los cónsules. Las varas significaban el poder de castigo en general y la segur el de la pena de muerte en particular. Las fasces con hachas se reservaron luego a los dictadores y a los cónsules y pretores que, hallándose fuera de Roma, actuaban con plenos poderes.

Superador de la lucha de clases, su programa, teñido de un ferviente nacionalismo, contiene muchas de las reivindicaciones tradicionales de la izquierda.


Superador de la lucha de clases, su programa, teñido de un ferviente nacionalismo, contiene muchas de las reivindicaciones tradicionales de la izquierda, tales como el sufragio universal a los 18 años, el voto femenino, la jornada laboral de ocho horas, la jubilación a los 55 años, el establecimiento de un salario mínimo, la participación de los obreros en la gestión de las empresas, la expropiación y el reparto de las tierras sin cultivar, una educación gratuita y laica…, que luego irán atemperándose en función de los acontecimientos. Y es que, tal como definirá el propio MUSSOLINI, la adaptabilidad será una de las principales características del fascismo.

Ante la huelga general que tiene lugar en Italia, el Partido Nacional Fascista se hace cargo del funcionamiento de determinados servicios.


Ante la huelga general que tiene lugar en Italia, en la fecha, el Partido Nacional Fascista neutraliza sus efectos haciéndose cargo del funcionamiento de determinados servicios (correos, transportes, etc) que le supone la aquiescencia de las clases medias, el ejército y la monarquía. De hecho, la burguesía italiana, temerosa de la nueva situación y del dinamismo de la izquierda, decide apoyarse en un partido que garantice el «orden» y refuerce la autoridad del Estado. MUSSOLINI, con el partido fascista, se dispone a desempeñar este papel.

Asesinato del líder socialista Matteotti a manos de las escuadras fascistas.


Inicialmente MUSSOLINI cuenta con liberales y nacionalistas moderados y mantiene la vida parlamentaria y sindical. Pero el asesinato, en la fecha, del líder socialista Matteotti a manos de las escuadras fascistas por haber criticado en el Parlamento el fraude electoral del partido en el poder, determina el abandono de la vida parlamentaria por parte de la oposición y el inicio de la transformación de las estructuras italianas hacia un Estado totalitario con una absoluta identidad entre Estado y Partido. Gracias a su habilidad y a la indiferencia complaciente de la corona, MUSSOLINI podrá ir transformando la estructura liberal del país en una dictadura con supresión de los partidos y de la libertad de imprenta, y tribunales especiales para juzgar a la oposición. Italia, se transforma en el primer estado totalitario de Europa occidental.

Los años treinta estarán dominados por las utopías de carácter totalitario.


Los años treinta estarán dominados por las utopías de carácter totalitario. Todas ellas han comenzado a tener una repercusión mundial en la década anterior -aunque sus orígenes son decimonónicos- y en la de los treinta estarán dispuestas a dominar el globo a corto plazo. Su carácter es despiadado sin paliativos y sostiene la «necesidad histórica» de exterminar totalmente a determinados segmentos de la población (burgueses y capitalistas, judíos, etc.) para consumar la llegada de la utopía. Por añadidura, pretende encontrar su legitimación en la perversidad del adversario. Si el comunismo enmascara sus afanes expansionistas en la lucha contra el fascismo, el fascismo se refiere al innegable carácter sangriento del comunismo para justificar su supresión de las libertades y de los sistemas democráticos.

PÍO XI publica una encíclica en la que critica la concepción fascista, la cual identifica con el nazismo, el comunismo y el jacobinismo.


En 1931, las diferencias entre Mussolini y el Vaticano son evidentes y PÍO XI publica una encíclica -Non abbiamo bisogno- en la que critica la concepción fascista, la cual identifica con el nazismo, el comunismo y el jacobinismo.

Tanto el fascismo nacido en Italia como el nazismo nacido en Alemania en 1933 son movimientos de escasa coherencia doctrinal.


Tanto el fascismo nacido en Italia como el nazismo nacido en Alemania en 1933 son movimientos de escasa coherencia doctrinal con unos principios comunes apoyados en la desconfianza en la razón, la desigualdad entre los hombres y las razas, supremacía del partido único, y el encuadramiento, por tanto, de todos los ciudadanos de ambos sexos en el único partido nacional, identificación partido-estado, totalitarismo de estado, protagonismo dentro del partido de las élites, sumisión al jefe carismático (el superhombre que siempre tiene razón), estructura, por tanto, vertical del poder, militancia antisocialista, antiliberal y anticomunista, aspiraciones imperialistas, etc. Sus líderes, tanto MUSSOLINI como HITLER, se inspiraron en la idea del superhombre de las obras del filósofo alemán Nietzsche.