SILESIA (Polonia)

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MARÍA TERESA se ve obliga a firmar con FEDERICO II un segundo tratado de paz en Dresde (Sajonia)


FEDERICO II el Grande de Prusia, a lo largo de este año, obtiene una serie ininterrumpida de victorias sobre Austria, incluso cuando los austriacos le han superado en número, o cuando lo han tomado desprevenido o se ha encontrado en desventaja. Empieza a conocérsele como FEDERICO el Grande por estos logros. MARÍA TERESA se ve obligada, en la fecha, a firmar con él un segundo tratado de paz en Dresde (Sajonia). Austria renuncia definitivamente a Silesia, en favor de Prusia. Por su parte, FEDERICO II reconoce al esposo de MARÍA TERESA, FRANCISCO I, como emperador. FEDERICO II de Prusia hace construir en Potsdam, el castillo de Sanssouci. Aquí el rey quiere dedicarse “sin apuros” (en francés Sans souci) a sus inclinaciones filosóficas y artísticas.

Paz de Aquisgtrán: FRANCISCO I y MARÍA TERESA son reconocidos como emperadores por toda Europa.


Se firma la Paz de Aquisgrán. (En la historia se firmaron otras paces en la misma ciudad). Conjunto de tratados que tienen lugar en 1748 y que ponen fin a ocho años de guerra en Europa motivada por los problemas de la sucesión al trono austriaco. FRANCISCO I y MARÍA TERESA son reconocidos como emperadores por toda Europa. Y excepto en lo relativo a Silesia, que es entregada a Prusia, la Paz de Aquisgrán restaura en su integridad territorial el país que recibiera MARÍA TERESA al acceder al trono. La soberana ha salvado casi íntegramente su país superando enormes inconvenientes. FEDERICO II ha sido el gran vencedor. No sólo ha obtenido Silesia, sino que ha convertido a Prusia en una gran potencia poniendo en entredicho la primacía austriaca en Europa central y ha ganado merecidamente una fama inmortal como militar.

La zarina Isabel estrecha lazos con María Teresa de Austria y Prusia hace lo mismo con el Imperio otomano.


La zarina ISABEL, al conocer, el Tratado de Westminster entre Gran Bretaña y Prusia, estrecha lazos con MARÍA TERESA de Austria que, por su parte, está determinada a reconquistar Silesia que está en poder de Prusia tras el Tratado de Aquisgrán (1748) que había puesto fin a la Guerra de Sucesión Austriaca. La inversión de alianzas impresiona a Europa, pues pone fin a la rivalidad secular entre Austria y Francia, pero es en Turquía donde más vivamente impresiona, ya que se considera en peligro la amistad con Francia, máxime al comprobar que a la alianza con Austria le sigue el acercamiento a Rusia (19/8/1756), inquietud que aprovecha Prusia para aproximarse a Turquía y firmar un Tratado de amistad con el Imperio Otomano (1761).

Federico II de Prusia, toma la capital de Sajonia e inicia la Guerra de los Siete Años (1756-1763).


Ante la negativa austriaca al ultimátum de FEDERICO II de Prusia, éste, en la fecha y sin previa declaración de guerra, se lanza contra Sajonia, aliada de Austria y cuyo elector es suegro del Delfín de Francia. Pero el éxito no es el esperado y los sajones resisten en la fortaleza de Pirna hasta dos meses después, cuando tras la derrota de un ejército austriaco en la batalla de Lobositz la situación se vuelve insostenible, acrecentando los deseos de ir a la guerra contra Prusia de Austria, Rusia y Francia. Se inicia de esta manera, la Guerra de los Siete Años (1756-1763). Esta guerra que también será conocida por Guerra Carlina se refiere a la serie de conflictos internacionales desarrollados entre 1756 y 1763, para establecer el control sobre Silesia y por la supremacía colonial en América del Norte e India. Tomarán parte por un lado Prusia, Hannover y Gran Bretaña, junto a sus colonias Americanas y su aliado Portugal tiempo más tarde; y por otra parte Sajonia, Austria, Francia, Rusia, Suecia y España, esta última a partir de 1761.

El rey de Prusia FEDERICO II el Grande vence al ejército del Imperio austriaco en Leuthen (Silesia)


Con la menor dilación posible, FEDERICO II marcha a continuación a Silesia, donde los austríacos han hecho notables progresos. El 5 de diciembre se encuentra con ellos en Leuthen, al oeste de Breslau, la capital silesiana. Una vez más, FEDERICO II, maniobrando hábilmente, consigue atacar con sus fuerzas los puntos débiles austríacos, y así destruye su ejército.

FEDERICO II toma Breslau -la capital- y se asegura la posesión de Silesia.


La doble victoria de Rossbach y Leuthen da la vuelta a la situación para FEDERICO II, y su sobrenombre de «el Grande» parece más apropiado que nunca. Después, FEDERICO II deja descansar a sus hombres hasta el día 7 y emprende una persecución, que deja toda la región sin rastro de enemigos. El 19 de diciembre toma Breslau -la capital- y se asegura la posesión de Silesia.

FEDERICO II el Grande, rey de Prusia, vence al ejército austro-francés en Liegnitz (Silesia).


El resultado en 1759 de la batalla de Kunersdorf (Polonia) fue el revés más grave del rey prusiano -FEDERICO II- que siente con desesperación que su imperio se cae a pedazos. Con todo, su buena estrella vuelve a brillarle como tantas otras veces. Los vencedores de Kunersdorf, en vez de aprovechar el momento para rematar a los prusianos, pierden valioso tiempo reflexionando sobre el siguiente paso a dar. Su falta de cohesión será su perdición. FEDERICO II, rehace sus fuerzas y se juega todo en una nueva ofensiva. Inesperadamente, la victoria de Liegnitz (Silesia) sobre el ejército austro-francés, hace retroceder al enemigo.

La Guerra de los Siete Años (1756-1763) termina oficialmente con la Paz de Hubertsburg (Sajonia).


La Guerra de los Siete Años (1756-1763) termina con la Paz de Hubertsburg (Sajonia) entre Austria, Sajonia y Prusia sobre la base del statu quo. Con esta firma se daba por terminada la guerra de los Siete Años en la Europa central y se confirmaba la posición de Prusia, regida por Federico II, como gran potencia. Esta guerra no aporta a FEDERICO II más que la reafirmación de Prusia en el concierto europeo al retener definitivamente Silesia, situándose en plano de igualdad con Austria. FEDERICO II, por su parte, ya ha tenido bastante, y nunca volverá a participar en una guerra. Queda consagrada, por otra parte, la supremacía marítima y colonial británica. Respecto a Francia la pérdida no es sentida como algo catastrófico. Se conservan los derechos pesqueros en Terranova y la población católica francófona de Quebec recibe un trato de respeto. Por otro lado en el Caribe las pérdidas pueden ser compensadas pues la colonia principal francesa del Caribe, Puerto Príncipe (Haití), produce la mitad del azúcar consumido en todo el mundo, y su comercio con África y las Antillas está en pleno apogeo. Por lo demás, la Guerra de los Siete Años sólo ha causado devastación y agotamiento y, lo que es peor, entre un millón cien mil y un millón quinientos mil muertos.

María Teresa es el “emperador” más capacitado del Sacro Imperio desde Carlos V.


Aunque Austria no vence propiamente en la Guerra de los Siete Años, tampoco pierde. A MARÍA TERESA se le ha arrebatado Silesia en los primeros meses de su reinado, pero ya no ha sufrido ninguna otra merma de territorio ni aún después de la Guerra de los Siete Años. De hecho, es el “emperador” más capacitado del Sacro Imperio romano desde Carlos V, más de dos siglos antes. Ahora, MARÍA TERESA se dedicará de lleno a los asuntos internos. Gradualmente reorganizará el gobierno y establecerá unas contribuciones uniformes, una unión de aduanas y unas escuelas elementales mantenidas por el Estado. Alienta a los nobles y plebeyos a ocupar puestos en el gobierno y el Ejército. Sabia y discreta, es querida por sus súbditos. Sin embargo, no siempre estará de acuerdo con su hijo, el idealista José.