Las noticias de la caída de Edesa llegan a Europa primero a través de los peregrinos que retornan a comienzos del año 1145 y luego por las embajadas enviadas desde Antioquía, Jerusalén y Armenia. El obispo Hugo de Jabala le transmite las nuevas al Papa EUGENIO III que no tarda en emitir la bula Quantum praedecessores el 1 de diciembre del mismo año, por la que convoca una segunda cruzada. EUGENIO III, que vive en Viterbo, pues no controla Roma, decide a pesar de todo que la cruzada debe de ser más organizada y centralizada que la Primera. Los predicadores deben contar con la aprobación papal, los ejércitos, estar dirigidos por los reyes más poderosos de Europa y la ruta debe decidirse de antemano.
SEGUNDA CRUZADA (1147-1149)
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EUGENIO III, en la Navidad de 1145 puede volver a Roma, donde lanza su idea de una segunda cruzada.
Una breve tregua permite, sin embargo, a EUGENIO III, hacia la Navidad de 1145, volver a Roma, donde lanza la idea de una segunda cruzada. No se puede quedar en la Urbe y tiene que regresar a Viterbo.
EUGENIO III encarga a BERNARDO de Claraval, la predicación de la Segunda cruzada.
Se vuelve a publicar la Bula del papa EUGENIO III anunciando una Segunda cruzada. Por otra parte, el papa encarga a BERNARDO de Claraval, respetado y admirado por todos los príncipes de la Iglesia y de la tierra, la predicación de una nueva cruza. BERNARDO convoca una asamblea de príncipes en Vézelay (1146) y en ella obtiene el entusiasta apoyo del emperador de Alemania CONRADO III, del rey de Francia, LUIS VII, y de otros príncipes cristianos.
El comienzo de la Segunda Cruzada (1147-1149) llamada de los «tres reyes», no fue nada edificante.
El comienzo de la Segunda Cruzada (1147-1149) llamada de los «tres reyes», no fue nada edificante: bandas incontroladas de cruzados, en Alemania, cometieron toda clase de atrocidades contra las comunidades judías en Colonia, Mainz, Speyer, Strasburgo y otros sitios.
Para los armadores italianos, las cruzadas son un verdadero filón comercial.
Para los armadores italianos, las cruzadas son un verdadero filón comercial. Genoveses, pisanos y venecianos se aprovecharán de ellas para asentarse en el Mediterráneo oriental y comerciar con los infieles, una vez desaparecida la fiebre de las cruzadas.
El desengaño de la Segunda Cruzada no impide al Papa EUGENIO III promover la reforma de la Iglesia
El desengaño de la Segunda Cruzada no impide al Papa EUGENIO III promover la reforma de la Iglesia mediante diversos sínodos importantes, por ejemplo, el de París de este mismo año, el de Tréveris en 1148 y los de Reims y Cremona. En un intento de someter a los romanos se alía con Roger II de Sicilia, pero es en vano.
Los ejércitos de la Segunda cruzada parten a lo largo de los meses de mayo y junio de 1147.
Los ejércitos de la Segunda cruzada parten a lo largo de los meses de mayo y junio de 1147. Principalmente son dos ejércitos, uno que parte de Francia con LUIS VII al frente y otro que parte de Alemania con el emperador CONRADO III. Después de sortear las enormes dificultades del viaje, los ejércitos cristianos tendrán que hacer frente a las hostilidades de los bizantinos que niegan toda ayuda.
LUIS VII, Rey de Francia, durante su visita a Constantinopla, venera la Síndone (Sábana Santa).
LUIS VII, Rey de Francia, durante su visita a Constantinopla, venera la Síndone (Sábana Santa).
Conrado III y Luis VII en su viaje hacia Tierra Santa pasan por Hungría con diferentes actuaciones.
CONRADO III viaja a Tierra Santa por vía terrestre pasando por varios Estados como el Reino de Hungría, donde sus ejércitos causan graves estragos y se les responde con ataques defensivos de parte de los húngaros. Sin embargo, el rey GÉZA II de Hungría decide no entrar en conflicto con el monarca germánico. Anteriormente la hija del fallecido Béla II de Hungría, Sofía de Hungría, hermana de GÉZA II había sido comprometida con Enrique, hijo de CONRADO III, pero en la década de 1140 las relaciones entre los monarcas germánico y húngaro se deterioraron cada vez más, lo que finalmente acabó con el compromiso. Por otra parte, luego de que CONRADO III abandone el reino y continúe su viaje, GÉZA II recibe al rey LUIS VII de Francia, quien también marcha a la cruzada. Las relaciones entre Géza II y LUIS VII son en extremo cercanas y en su estadía, el rey francés se convierte en el padrino de bautizo de Esteban, el hijo del rey húngaro.
Los integrantes de la Segunda Cruzada abandonan la empresa y retornan a sus respectivos países.
Los integrantes de la Segunda Cruzada, pasado el Bósforo, después de varias escaramuzas, abandonan el proyecto de reconquistar a Edesa. Se piensa entonces en Jerusalén. Pero las discordias surgidas entre los dos reyes (LUIS VII, rey de Francia y CONRADO III, Emperador del SIRG), echan por la borda toda esperanza de triunfo ya que abandonan la empresa y retornan a sus respectivos países. Para BERNARDO es un golpe muy duro… Seguramente estará en lo cierto cuando diga que la catástrofe ha sido un castigo a los pecados de los que han participado.