BASILIO (Obispo de Cesarea de Capadocia)

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BASILIO el Grande, obispo de Cesarea, se preocupará por la ortodoxia y la unidad.


BASILIO el Grande, obispo de Cesarea, se preocupará por la ortodoxia y la unidad en una época agitada por las continuas disputas arrianas. En esta última cuestión, se planteará la pregunta: ¿el Espíritu es Dios?. Los arrianos lo niegan, lo que les supone el apelativo de pneumatómacos (los que combaten al Espíritu). En un Tratado sobre el Espíritu Santo, BASILIO mostrará que también el Espíritu es de la misma sustancia que el Padre. Su amigo, GREGORIO de Nacianzo, escribirá en el mismo sentido. Por otra parte, BASILIO se relacionará con otros obispos de Oriente y pedirá a ATANASIO -obispo de Constantinopla- que establezca relaciones con Occidente. En una carta a los obispos de la Galia y de Italia, BASILIO describirá las desgracias de Oriente. Sin embargo, DÁMASO I, obispo de Roma, hará pocos esfuerzos por la conciliación.

VALENTE, quiere imponer a S.BASILIO, obispo de Cesarea, una serie de sacerdotes arrianos.


Flavio VALENTE, emperador romano de Oriente, quiere imponer a BASILIO, obispo de Cesarea, una serie de sacerdotes arrianos, obligándole a que los admita en el seno de la Iglesia. Pero no lo consigue. Los sacerdotes informan al emperador: “Nos ha vencido. No le amedrentan las amenazas, no se le derrota con argumentos, no se deja persuadir. Habrá que intentarlo con un hombre de menos carácter”.

BASILIO, obispo de Cesarea, estudia los problemas del movimiento monástico amenazado de anarquía.


BASILIO el Grande, nacido en 330 en Cesarea (Palestina), elige durante algún tiempo la vida monástica antes de convertirse en obispo de su ciudad natal. En efecto, en la fecha, a la muerte de Eusebio de Cesarea, es nombrado obispo de Cesarea (370-379). Reacciona contra las excentricidades monásticas y estudia a fondo los problemas del movimiento monástico, amenazado de anarquía. El resultado es una Regla que da origen a la vida cenobítica, es decir, con unas normas comunes y en monasterios. La Regla de BASILIO es bastante severa, pero frena los desórdenes y los abusos. Con BASILIO el monacato se extiende por Oriente donde se construyen grandes conjuntos monásticos en la soledad de los bosques del Olimpo, de Bitinia o del monte Athos. Todos los bizantinos se preocupan por la salvación de su alma. Antes de morir hacen todo lo posible por tomar el hábito monástico. Los monjes, a quienes el emperador y la aristocracia legan cuantiosos bienes, rezan constantemente por la salvación de los piadosos donantes. También se dedican a acoger a los viajeros, a cuidar de los enfermos y de los pobres, pero nunca ponen de manifiesto ninguna vocación por la enseñanza, como la que demuestran los monjes de Occidente.

Las preocupaciones cristianas se manifiestan en la creación de instituciones caritativas.


A falta de una transformación profunda de las estructuras en el Imperio romano, las preocupaciones cristianas se manifiestan en la creación de instituciones caritativas. Las estructuras del Imperio serán transformadas por ellas, pero a largo plazo. La limosna, tradicional desde los Hechos de los Apóstoles, se desarrolla en el Imperio. BASILIO, obispo de Cesarea de Capadocia, organiza una verdadera ciudad cristiana, que incluye iglesia, monasterio, hospicio y hospital. En ella se acoge a los viajeros, los enfermos y los pobres. Su personal cualificado está formado por algunos monjes. En Alejandría, el obispo dispone de un cuerpo de quinientos enfermeros. El puerto de Ostia posee un asilo para la acogida de peregrinos… Sin embargo, la cristianización de la sociedad sigue siendo limitada. Los nuevos bautizados no siempre se preocupan de cambiar sus costumbres. La legislación prohíbe el infanticidio, pero no la exposición de los niños. El bajo Imperio se convierte en un régimen cada vez más totalitario, policial y arbitrario. La justicia recurre frecuentemente a la tortura. Los obispos tratan a veces de oponerse a esta violencia.