El emperador CARACALLA lanza, en la fecha, una campaña contra los partos en Oriente. Creyéndose CARACALLA que él mismo es una reencarnación de Alejandro Magno, arrastra al imperio a una inoportuna campaña en Oriente para emular las conquistas del Macedonio.

El emperador CARACALLA procede en Hispania a agregar una cuarta provincia, separando de la Tarraconense la zona noroeste (actuales Galicia, Asturias y norte de Portugal) con el nombre de «Hispania Nova Citerior Antoniniana», luego llamada «Gallaecia», que tendrá una corta existencia. La capital de esta nueva provincia hispana es Bracara Augusta (actual Braga en Portugal). Hasta entonces -desde Augusto (27aC)-, Hispania había estado dividida en tres provincias.

El odio hacia CARACALLA ha fomentado una conspiración en su propio ejército con el prefecto del Pretorio en Oriente, Marco Opelio MACRINO, como cabeza. El 8 de abril de 217, CARACALLA es asesinado en su marcha hacia la ciudad mesopotamia de Carrhae por el co-conspirador Iulius Martialis. Sin embargo el asesino no puede huir y muere a su vez atravesado por una jabalina. El final de la dinastía de los Severos abre uno de los siglos más confusos de la Historia del Imperio: el siglo III. En él se sucederán medio centenar de emperadores, algunos de los cuales permanecerán apenas unos días en el trono. Mientras generales sin escrúpulos se disputarán la púrpura y arrastrarán a las legiones a la Guerra Civil, los bárbaros asediarán las fronteras, la población se empobrecerá y las provincias se sumirán en el caos. Por momentos llega a parecer que el Imperio ha llegado a su fin, que todo se pierde en un remolino de lucha y sangre.

Las princesas de la corte de Septimio Severo, aunque desterradas en Endesa, no permanecen inactivas y consiguen que Varius Avitus Bassianus, por apodo HELIOGÁBALO, sobrino de Caracalla y sacerdote del «Dios Sol» sirio, sea elevado, por el ejército, al trono del Imperio romano. El nuevo dios-emperador es recibido con benevolencia por el Senado y el pueblo de Roma, lo que da idea de cómo la capital está impregnada de supersticiones orientales. HELIOGÁBALO (218-222), de la dinastía de los Severos, es llamado el «Sardanápalo de Roma».

Opelio MACRINO, usurpa el trono imperial por algún tiempo (8/4/217-6/218). Las persecuciones a los cristianos se reactivan

El emperador Opelio MACRINO, después de una derrota, concierta una paz desfavorable con los partos. Sus esfuerzos por normalizar de nuevo la situación en el Imperio quedan sin éxito; no consigue afirmarse contra los parientes de Caracalla y cae en Antioquía, en la fecha, víctima de un motín.

Ante el intento de introducir en Roma el culto sirio a Baal y en desacuerdo con las orgías sexuales anejas a este culto, es asesinado por la guardia el emperador HELIOGÁBALO y su madre y echados ambos cuerpos al río.

Sube al trono del Imperio romano, Alejandro SEVERO, de 14 años de edad (222-235) y primo del asesinado emperador Heliogábalo, bajo la regencia de su madre Julia Mamea. Se hace asesorar por el jurisconsulto ULPIANO quien propondrá grandes reformas políticas y financieras en Roma. Se inicia una reacción a favor del Senado. El nuevo emperador romano, Alejandro SEVERO, tolerará el cristianismo y permitirá que hayan cristianos en su corte. En conjunto su gobierno será muy ventajoso para la Iglesia. Su madre, Julia Mamea, estuvo en contacto y mantuvo correspondencia con los dos hombres más cultos de su tiempo, ORÍGENES de Alejandría e HIPÓLITO de Roma.

Los pretorianos asesinan al jurista Domicio ULPIANO, consejero del emperador Alejandro SEVERO, que pretende privarle de parte de sus privilegios.

Gran campaña del emperador romano Alejandro SEVERO contra el rey de Persia ARDASHIR I. Dicha campaña permitirá a los romanos conservar Mesopotamia.