En 1359, DEMETRIO, nieto de Iván I Kalita, se convierte en gran duque de Moscovia a la edad de 9 años. Cuando se hace mayor, consigue mantener buenas relaciones con la Horda de Oro y absorber los principados rusos del Norte, hasta que Moscovia acaba por gobernar casi toda Rusia, entre el territorio directamente dominado por la Horda de Oro, en el Sur, y el territorio de Nóvgorod, que se extiende ampliamente por la casi despoblada Rusia del Extremo Norte. Cuando parecía que la Horda de Oro estaba sufriendo desórdenes internos, Demetrio dejó de pagarle tributo. Esto significaba la guerra, y los tártaros (como llegaron a ser conocidos los mongoles europeos) se aliaron con los lituanos.

Un proceso de acumulación de poder muy parecido al que siglo y medio atrás había llevado a cabo Gengis Kan le permite a TAMERLÁN, conquistador, líder militar y político turco-mongol, el último de los grandes conquistadores nómadas del Asia Central, primero (1361) obtener control sobre su tribu, los barlas y luego (1370), alternativamente en alianza y en conflicto con Am?r Husayn, ganar el poder sobre la confederación de tribus correspondiente al kanato de los descendientes de Chagatai, segundo hijo de Gengis Kan. En el nombre de los chagatai, TAMERLÁN conquistará otros territorios en Occidente.

En 1377, JAGELLÓN, hijo de Algierd, se ha convertido en gran duque de Lituania, y gobierna las tierras que se extienden desde las inmediaciones del mar Báltico hasta casi el mar Negro, y por el Este, hasta las proximidades de Moscú. En efecto, al este de Alemania Lituania está creciendo a expensas de los principados rusos.

Desde hace unos años, el Imperio mongol se hunde. Los mongoles han sido expulsados de China, y en Persia se convierten al Islam y se mezclan con la población. Sólo conservan su poder los tártaros en Rusia, o sea la Horda de Oro, y ésta es la parte menos avanzada del anterior Imperio mongol. Pero incluso los tártaros están debilitándose. Cada vez ignoran más los principados rusos del Norte y del Oeste (salvo para recaudar el tributo cuando pueden), y se concentran en las estepas del Sur y del Este, prestando escasa atención a la fortaleza rusa, que va en aumento. Por un momento parece como si la Horda de Oro vaya a deshacerse, pero en 1377 accede a la jefatura Tojtamish.

En Rusia, otros eremitas fomentaron la fundación de nuevas comunidades monásticas que, a través de la traducción, copia y difusión de libros, desempeñaron un importante papel en la propagación de la fe cristiana. Si bien los conflictos entre los príncipes rusos facilitaron la victoria de los invasores en el siglo XIII, también la lucha por el poder entre los diferentes jefes tártaros hizo posible que Rusia recuperara poco a poco su soberanía. Gracias a la ayuda ofrecida por numerosos príncipes rusos, en 1380 el gran príncipe de Moscú Demetrio infligió a los tártaros una primera gran derrota en Kulikovo -en la llanura de las Becadas-, en el Don, lo que le valió el apodo de Donskói. Aunque dicha victoria resultó muy costosa y fue de corto alcance, lo cierto es que de ella surgió el sentimiento nacional, porque los rusos se habían unido para alcanzarla. Kulikovo deshizo también la imagen de un enemigo hasta entonces invencible; fue considerada asimismo como una victoria de la ortodoxia cristiana sobre el islam y reforzó el prestigio de Moscú como capital de Rusia.

La fundación de numerosos monasterios contribuye al mantenimiento del sentimiento nacional así como a la difusión de la cultura cristiana. Pero Rusia no se libera fácilmente de dos siglos y medio de ocupación mongol. El clero ortodoxo, exento de todos los impuestos, fue tolerado por los tártaros. Así pudo la Iglesia mantener una cierta identidad rusa durante el tiempo de las Tinieblas, a pesar de las querellas sucesorias entre los príncipes para conseguir la investidura de los tártaros y del terror que los invasores inspiraban a la población. Ese miedo favoreció la aparición de un movimiento de fervor religioso en toda Rusia. Fueron muchos los que se hicieron eremitas en los bosques desiertos. Uno de ellos fue san Sergio (1321-1391), quien fundó, no lejos de Moscú, uno de los monasterios más importantes de Rusia, el de la Trinidad -hoy en Zagorsk, verdadero corazón de la Iglesia ortodoxa rusa-.

La liberación del yugo mongol será una empresa de largo aliento, y todavía habrá de transcurrir más de un siglo para que Rusia se libere completamente. Rusia habrá de soportar grandes sufrimientos durante los dos siglos y medio de ocupación mongol. Su población resultará diezmada por las ejecuciones en masa y por las deportaciones masivas o la esclavitud. El pago del tributo arruinará completamente su economía. La Rusia del siglo XIII es un estado culto y próspero, pero la interrupción total de sus contactos con la Europa occidental no le permitirá beneficiarse del extraordinario florecimiento artístico e intelectual del Renacimiento.

Pero Demetrio (Dmitri) se enfrenta al ejército tártaro en Kulikovo, en el curso superior del río Don, y lo ataca antes de que puedan llegar los contingentes lituanos en su ayuda. Demetrio obtiene una victoria completa el 8 de septiembre de 1380, y desde entonces se le conocerá como «Dmitri Donskói». No es una victoria decisiva porque los tártaros se recuperarán rápidamente. Demetrio habrá de continuar luchando hasta su muerte con ellos y con los lituanos. Su hijo Basilio I (1371-1424), que le sucederá en 1389, seguirá cosechando triunfos que no resolverán nada. Pero en la batalla de Kulikovo los rusos baten por vez primera a los tártaros desde que éstos llegaran al país ciento cincuenta años antes, y con ello se quiebra el prestigio de invencibilidad que les rodea. También queda claro que si Rusia consigue sacudirse la dominación tártara, el mérito corresponderá a los grandes duques de Moscovia.

TAMERLÁN inicia la conquista de Persia, siguiendo las mismas tácticas de terror que Genghis Khan había puesto en práctica siglo y medio antes. Aniquila a cuantos se le resisten, a fin de asegurarse de que los puntos fuertes dejarán de ofrecerle resistencia. TAMERLÁN ayuda a Tojtamish a restablecer el poderío tártaro en Rusia, pero cuando los designios expansionistas de Tojtamish afectan a los dominios de Tamerlán, se enciende la guerra entre ambos. Esa guerra entre mongoles será larga y difícil. Durará diez años, pero al fin vencerá TAMERLÁN. (Nunca perderá, al igual que Genghis Khan.) En el transcurso de ese conflicto, TAMERLÁN invadirá Rusia, pero no se quedará allí. Se conformará con aplastar a sus enemigos, y luego se marchará en busca de nuevas presas. Sus golpes hacen más por destruir a los tártaros de Rusia que todos los que han descargado los propios rusos de la época. TAMERLÁN asegurará una futura Rusia en manos de los rusos.

Tojtamish (Jefe de la Horda de Oro) se repone de la derrota de Kulikovo a manos de los rusos, se reorganiza, vence a su vez, y el 23 de agosto de 1382 se apodera de Moscú y lo saquea.