FEUDALISMO Y SEÑORÍOS

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El régimen feudal en el centro y el este de Europa sólo preponderará brevemente.


El régimen feudal no llegará a fraguar en Frisia (Países Bajos) ni en Irlanda, mientras que en el centro y el este de Europa sólo preponderará brevemente. La España musulmana queda al margen del feudalismo. Por lo que respecta a los reinos del resto de la península (Castilla y León, Aragón, Navarra y Portugal), sólo puede hablarse de instituciones concretas, más que de un sistema social y político de tipo feudal. Sin embargo, los condados catalanes, a causa de su inicial vinculación política con el Imperio carolingio, sí experimentan una evolución similar a la del reino franco.

En los dominios del conde de Barcelona, los «veguers» pasan a ser «senyors».


En el sistema feudal, cada feudo (tierra concedida en condiciones de dependencia) se convierte de hecho en un estado, y en los dominios del conde de Barcelona, los «veguers» (delegados del conde para gobernar en su nombre) pasan a ser «senyors» (investidos de un poder propio en su territorio) y cada señor -señor feudal- gobierna su territorio de manera prácticamente independiente. Los campesinos pierden sus alodios (tierras sobre las que un campesino tenía el dominio absoluto). A su vez, se establece una difusa red de relaciones feudovasallísticas, por la cual el vasallo asume una serie de obligaciones de fidelidad, obediencia y servicio, sobre todo militar, respecto al señor, mientras éste le garantiza la protección. Las relaciones feudovasallísticas definen una pirámide de dependencias y contraprestaciones con el conde situado en su vértice. La red de relaciones de dependencia personal, típica del feudalismo se ampliará a lo largo del resto del siglo XI e irá agrupando a todos los señores feudales -sin excluir a los eclesiásticos- y sus subordinados. El juramento de fidelidad y el acto de homenaje son las manifestaciones formales del pacto.

A partir de 1064 será RAMON BERENGUER I quien imponga la «Paz y Tregua de Dios».


El sistema feudal lleva a que el conde de Barcelona y sólo él, como vértice de la pirámide feudal, sea considerado príncipe y que el conjunto de los condados de la Marca como principado se convierta en un Estado feudal. Dentro de este sistema adquiere un nuevo sentido la «Paz y la Tregua de Dios», que hasta 1064 ha sido impuesta por las autoridades religiosas bajo la pena de excomunión. A partir del citado año será RAMON BERENGUER I quien la imponga, haciendo que, por primera vez, sea la intervención de la autoridad civil la que dictamine su reglamentación y defienda su mantenimiento. De hecho, con RAMON BERENGUER I el Vell, se efectúa una primera redacción de algunas normas jurídicas que serán compiladas y ampliadas en el siglo XII.

En los dominios del conde de Barcelona se establece el sistema feudal al contrario del resto de la Península.


Después de muchos años de revueltas endémicas, los sucesivos condes de Barcelona consiguen mantener su poder y asegurar la paz pero a cambio de reconocer y aceptar un nuevo orden de cosas: el poder absoluto de los nobles sobre los payeses de su castellanía. En efecto, en los dominios del conde de Barcelona, al contrario que en los demás reinos de la Península, se establece el sistema feudal que impera en Europa y que se caracteriza por una atomización del poder político. La feudalización es posible por el debilitamiento de los payeses? -a causa de su atomización y del paro temporal de las conquistas-, por las donaciones a instituciones eclesiásticas, que llegan a ser grandes propietarios, y, sobre todo, por la violencia de barones y caballeros, facilitada por el debilitamiento de la autoridad condal. Por otra parte, el conde de Barcelona da la espalda definitivamente a la monarquía francesa.

El feudalismo da identidad a gran parte de la Europa occidental a lo largo de la Edad Media.


El feudalismo, que da identidad a gran parte de la Europa occidental a lo largo de la Edad Media, va perdiendo consistencia a medida que la mejora de la producción agrícola, el aumento demográfico y la repoblación de las ciudades modifican el cuadro social a partir del siglo XIII. El feudalismo no desaparecerá por completo, pero a lo largo de los siglos XIV y XV, la fragmentación feudal irá cediendo de forma progresiva ante la emergencia de nuevos estados soberanos, en los que se desarrollará un tipo diferente de administración. La prosperidad regresará y, de nuevo, tanto el comercio como la industria volverán a despuntar. Europa ha de exprimentar un renacimiento social politico, económico y cultural.

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