REINO DE ARAGÓN (I) (1035-1076)

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RAMIRO I de Aragón, con la intención de dirigirse hacia Barbastro, vuelve a sitiar la plaza de Graus.


RAMIRO I de Aragón, con la intención de dirigirse hacia Barbastro, vuelve a sitiar la plaza de Graus, -ya lo había intentado en 1055- pero los musulmanes de Zaragoza, acuden en auxilio de la plaza, ayudado por fuerzas castellanas que encabeza el infante SANCHO, hijo de FERNANDO de Castilla, y en cuyo séquito se encuentra RODRIGO DÍAZ de Vivar, el CID. Como consecuencia de las parias pagadas por Zaragoza al rey castellano, éste está obligado a prestarle ayuda. Las tropas aragonesas se enfrentan bravamente a musulmanes y castellanos, pero son derrotadas y RAMIRO I, en la fecha, muere en la lucha. Según las crónicas, un musulmán que habla la lengua de los cristianos y a quien se le da el nombre de Sadada, se disfraza como un aragonés, se acerca hasta el rey, que está enfundado en su cota de malla, y protegido por su casco de combate, lo ataca de improviso y acierta a clavarle su lanza en los ojos, el único lugar que el rey tiene al descubierto.

En abril de 1065, el rey de Zaragoza, Ahmad, con auxilio de tropas sevillanas de caballería cerca la ciudad de Barbastro y la recupera.


En abril de 1065, el rey de Zaragoza, Ahmad, con auxilio de tropas sevillanas de caballería cerca la ciudad de Barbastro y la recupera ya que había sido retomada por los cristianos en 8/1064, pasando a cuchillo a toda la guarnición, quedando nuevamente bajo el control islámico. Éste es un gran triunfo para el islam y Ahmad toma entonces el sobrenombre de al-Muqtádir billah, que significa “el victorioso por Dios”. El regreso a Zaragoza es triunfal; en un solo año ha vencido a los aragoneses en Graus y a los cruzados en Barbastro. El rey de Zaragoza está en la cima de su poder y de su fama. Para celebrarlo construye el palacio de la Ajafería. El propio al-Muqtádir escribe unos versos sobre su palacio en los que dice: “¡Oh palacio de la alegría!, ¡oh sala de oro!. Gracias a ambas he conseguido la cima de mis anhelos. Y aunque no tuviera ninguna otra cosa en mi reino, no me importaría, pues sois cuanto puedo desear”.

Tras el asesinato de Sancho IV, rey de Pamplona, le sucede en el trono SANCHO I RAMÍREZ.


Tras el asesinato de Sancho IV, rey de Pamplona, se plantea un problema sucesorio. Los nobles pamplonéss descartan como sucesor al hijo de corta edad del rey asesinado y, por supuesto, al hermano asesino de Sancho IV. Quedan, por tanto, dos posibles candidatos, ALFONSO VI de Castilla y SANCHO I RAMÍREZ de Aragón, nietos ambos de Sancho el Mayor. Aunque existe una cierta división, la mayoría se decide por SANCHO I RAMÍREZ de Aragón. Pamplona y Aragón permanecerán unidos hasta 1134, bajo los reyes de Aragón SANCHO I RAMÍREZ (SANCHO V), PEDRO I y ALFONSO I el Batallador.