Terminada la Guerra de los Treinta Años, Francia ofrece a España devolver Catalunya, incluido el Rosellón, a cambio del sur de Flandes, que lindaba con su país. Es un modo fácil para España de salirse del conflicto, conservando la integridad peninsular, aunque se sacrifiquen unas posesiones lejanas y costosas, que un día u otro deberán abandonarse. Los delegados españoles en las conversaciones preliminares de la paz de Münster, no aceptan la propuesta que hace Francia en relación a Catalunya.

A pesar de todo, la monarquía hispana, en las negociaciones de Westfalia, no sale lo mal parada que su posición de debilidad parecía indicar, pues lo que realmente se consagra en Westfalia es un sistema de equilibrio basado en las interrelaciones de los estados europeos, en lugar de la hegemonía de un estado apoyado en el Papado y en el Imperio. Por otra parte España reconoce “de derecho” la independencia de las siete “Provincias Unidas” de Holanda, concediéndoles el libre comercio con las Indias Orientales y Occidentales. España entrega el Brabante del Norte y la plaza fuerte de Maastrich. Además accede a cerrar la desembocadura del Escalda, lo que arruina a Amberes y favorece a Amsterdam. Se consagra la separación de la corona de España de la rama europea de los Austrias. No obstante, la guerra con Francia continuará durante once años más, lo cual afectará a Catalunya en sus territorios del norte de los Pirineos.

Matrimonio por poderes de Felipe IV, viudo de Isabel de Borbón, con Mariana de Austria, dotada generosa, aunque insolventemente, por su padre el emperador Fernando (lo mismo ocurría con las arras de Felipe; se trató en realidad de un intercambio de cuentas bancarias). El proceso de la boda fue todo un récord: En febrero de 1648 salía de Madrid la comitiva que partía en busca de la nueva reina. El 8 de noviembre se celebraba en Viena el casamiento por poderes.  El 13 de noviembre salía la comitiva de Viena, que no llegaría a España hasta agosto de 1649, encontrando al rey en Navalcarnero. FELIPE era un hombre de 44 años, prematuramente envejecido, y sus sobrina contaba 19.

La denominada «conspiración del duque de Híjar», de 1648, hay que enclavarla en el contexto general del malestar que se vive en la monarquía española con FELIPE IV: en un momento en el que la conflictividad en los diferentes reinos peninsulares, debida al malestar general y al mundo de las intrigas nobiliarias, pone en serio peligro la unidad monárquica en la península y a la monarquía en general, instigado todo ello por el interesado intervencionismo francés. El agotamiento a causa de la guerra, la creciente debilidad política del reino, así como la prolongada presión fiscal y servicio de hombres, en un Aragón que tomaba parte directísima en la guerra de Secesión catalana (1640-1652), pudieron crear en el reino un clima de cierta predisposición hacia la rebelión; la realidad fue que la actitud del reino, al descubrirse el intento de don Rodrigo de Silva, duque consorte de Híjar, y los demás cómplices (Carlos de Padilla, su hermano Juan, Pedro de Silva y Domingo Cabral), fue de repulsa. Así, descubiertos con prontitud Pedro de Silva y Carlos Padilla, fueron ejecutados en la Plaza Mayor de Madrid, el 5-XII-1648, cuando ya Cabral había muerto en la cárcel. Al duque de Híjar, que nunca confesó, le fueron confiscados los bienes y, condenado a prisión perpetua, morirá después de quince años en la cárcel de León.

Se casa FELIPE IV, rey de España (44 años), con MARIANA de Austria (14 años), hija de FERNANDO III, emperador de Alemania y de María de Austria, sobrina carnal, por tanto, de FELIPE IV, con cuyo fallecido hijo, Baltasar Carlos, estaba prometida para casarse. El rey, viudo reciente y muertos sus hijos previos, necesitaba con urgencia un heredero, que llegará con Carlos II.

Véase Genealogía

Paolo del Rosso (de Cerdenya). Decano de Barcelona. Negociará una alianza secreta con Francia. Es nombrado president de la Generalitat de Catalunya (1650-1654).

Económicamente Catalunya está hundida. A la miseria económica se une la peste que azota al Principado entre 1650 y 1652. El contagio proviene de Andalucía, donde se han dado los primeros brotes en 1648. En 1650 llega a Tortosa, probablemente a través de las tropas. Hasta 1652 se extiende por toda Catalunya, haciendo la situación insostenible. Murieron en Catalunya más de treinta mil personas. El propio FELIPE IV escribe a Sor María de Agreda: “En Catalunya se abrasan de peste y de hambre”.

El ejército castellano recupera Tortosa en 1650 y avanza decididamente hacia el interior de Catalunya, atacando por el Sur y por el Oeste.

El Delta del Ebro -en la fecha- es poco más de la mitad de la extensión que ahora (2000) ocupa. Y si nos fiamos de la cartografía medieval, no es sino un muñón de tierra.

Los ministros de FELIPE IV y CARLOS II mantienen el monopolio en la ruta de América por el temor a que su supresión provoque una caída de las rentas. Vasconia que sufre, por ello, un freno radical en su desarrollo, retrocede al ruralismo de los caseríos y a una industria del hierro que abastece mercados cercanos y no resulta competitiva. La profunda ruina de Burgos y el desplazamiento de los ejes económicos hacia el sur alejan las posibilidades de recuperación. El proteccionismo mercantil obligaba en muchas ocasiones a practicar el contrabando para exportar y vender hierro.