CATALUNYA (Desde el Tratado de Corbeil hasta Nueva Planta (1258-1716)

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FELIPE IV decide que las constituciones catalanas permanecerán intocadas. Gran júbilo en Catalunya.


En la fecha el rey FELIPE IV decide que las constituciones catalanas permanecerán intocadas, así como los privilegios de que goza la ciudad de Barcelona. Cuando llega la noticia oficial de la decisión real, Barcelona celebra la jubilosa noticia con un repique general de campanas, un solemne Te Deum en la catedral y otras fiestas religiosas y populares.

Fallece Pedro Claver, sacerdote misionero en Cartagena (Colombia)


Fallece Pedro Claver, Nacido en 1581 en Verdú (Catalunya). Pedro Claver entra en los jesuitas en 1601 y siente el deseo de convertir a los paganos en América. Nueve años después desembarca con esta finalidad en Cartagena, en la actual Colombia, donde empieza a predicar a los esclavos de origen africano. En 1615 es ordenado sacerdote. Fallece en 1654. Durante su ministerio ha bautizado a más de 300.000 negros. Será canonizado por León XIII en 1888.

Durante los años 1655 a 1658 la acción militar francesa no es tan intensa. Se trata de mantener lo conquistado.


Durante los años 1655 a 1658 la acción militar francesa no es tan intensa; se trata de conservar y fortificar las posiciones ocupadas, de las que el ejército español no es capaz de apoderarse.

Antes de la Paz de los Pirineos, Luis XIV anula ya las instituciones en los condados de Roselló y Cerdanya.


La dominación francesa de los condados de Rosselló y Cerdanya (media Cerdanya) supone la pérdida de las instituciones políticas propias. Ya en junio de 1659, pocos meses antes de la Paz de los Pirineos, LUIS XIV anula las instituciones. En 1700 prohibirá el uso público de la lengua catalana. De otro lado, se imponen nuevas contribuciones y medidas para restringir el contacto comercial y humano con la Catalunya espanyola. Los monarcas, sin embargo, mantienen las aduanas entre los condados y el reino de Francia. Los nuevos impuestos dan lugar a las revueltas de la sal (1663). A pesar de que Francia ofrecerá en algunas ocasiones la retrocesión de los condados a cambio de Flandes, la monarquía española siempre rechazará esta oferta.

La guerra entre España y Francia (1635-1659), acaba con la Paz de los Pirineos.


Agotada España tras la derrota en la batalla de las Dunas de Nieuport (1658), ganada por los Holandeses, de la que resulta la pérdida de Dunkerque que queda en poder de los ingleses, Francia aprovecha la ocasión para hacer realidad su viejo sueño de lograr que los Pirineos sean su frontera natural al sur del país. Así, la guerra entre España y Francia (1635-1659), acaba con la Paz de los Pirineos, tratado firmado, en la fecha, en la isla de los Faisanes, pequeño islote en el Bidasoa, por el cardenal MAZZARINO, en nombre de LUIS XIV de Francia y por LUIS Menéndez de Haro en representación de FELIPE IV de España. Por este Tratado, Francia consigue diversas plazas de Artois y de Flandes en el norte al mismo tiempo que recupera otras de Italia. Las ambiciones de los Habsburgo han sido bloqueadas y Francia sale de la guerra como la gran vencedora. Se culminan, así, las negociaciones iniciadas con la Paz de Westfalia (1648), en las cuales el territorio catalán fue siempre elemento de cambio dentro de una paz general. Por otro lado, se acuerda el matrimonio entre LUIS XIV de Francia y MARÍA TERESA, la hija de FELIPE IV de España.

Para Catalunya, la Paz de los Pirineos significa, indirectamente, el fin de la Guerra dels Segadors


Para Catalunya, la Paz de los Pirineos (7/11) significa, indirectamente, el fin de la Guerra dels Segadors (1640-1652) con la pérdida del condado del Rosellón (con el Conflent, el Vallespir y el Capcir) y la parte oriental de la Cerdanya, que pasan a soberanía francesa. Por su parte, LUIS XIV renuncia a sus derechos legítimos sobre la Baja Navarra. FELIPE IV de Castilla al firmar este Tratado, ni consulta a Les Corts Catalanes, ni a los afectados, ni tiene en cuenta las Constituciones de Catalunya, ni la unidad idiomática. Las instituciones catalanas no serán informadas oficialmente del contenido de esta Tratado hasta 1702. Los naturales de los lugares cedidos conspirarán durante años para dejar el dominio francés y las autoridades catalanas se resistirán a aceptar la partición.

Importantes dificultades suscitan al gobierno de Catalunya la existencia de dos poderes .


Son motivos económicos los que provocan más conflictos entre los diversos virreyes que se suceden y la Diputació. Las necesidades de la capitanía general obligan al virrey a imponer ilegalmente unos tributos cuyo cobro corresponde a la Diputació. Si añadimos a esto las peleas provocadas a causa del nombramiento de virreyes, del ceremonial, de los asuntos eclesiásticos y de mil otras pequeñas cuestiones, nos damos cuenta de las importantes dificultades que suscita al gobierno de Catalunya la existencia de dos poderes que representan intereses radicalmente opuestos y que tienen su fuente en principios jurídicos y en mentalidades completamente divergentes. De ahí que durante los siglos XVI y XVII, los virreyes son esencialmente un intento centralista para frenar el poder de la Diputació y de los demás organismos políticos de Catalunya.

Catalunya queda exhausta y la monarquía hispánica evidencia una profunda crisis económica.


Acabada la Guerra dels Segadors, Catalunya queda exhausta. Los hechos bélicos y la peste de 1650-1652 dejan diezmadas a la población y a la economía. El Tratado de los Pirineos ha significado una importante pérdida territorial y demográfica (Perpinyà era la segunda localidad del Principado). FELIPE IV, de otro lado, se ha reservado el derecho de elaborar las listas de insaculación, por lo que las instituciones quedan controladas desde entonces por personas fieles a la monarquia. No obstante, también la monarquía hispánica en su conjunto evidencia una profunda crisis económica, fiscal y política. Por eso comienza una época que algunos historiadores han denominado neoforalismo, ya que se caracterizará por la falta de presiones políticas centralizadoras.

La Paz de los Pirineos, es completada por el Tratado de Llivia. Delimitación de la nueva frontera.


La conferencia de Ceret y el Tratado de Llívia, en la fecha, delimitaran la nueva frontera entre España y Francia que no se consolidará definitivamente hasta los tratados de Bayona (1866 y 1868). A pesar de la «Paz de los Pirineos» la hostilidad con Francia será una constante. El Tratado de Llivia firmado en la población de este nombre entre la monarquía hispánica y la francesa, establece que concretamente 33 pueblos del valle de Querol y del sector hasta el Capcir -exceptuando Llivia- pasan a manos francesas, ejecutándose así la pérdida definitiva, por el Principado de Catalunya, de la parte oriental de la Cerdanya. Una vez concretados los 33 «pobles» de la Alta Cerdanya que habían de ser cedidos a Francia. Llívia queda bajo soberanía española por su condición de «vila» (Población que sin tener el título de ciudad, tiene algunos privilegios que le distingue de los pueblos).