Desaparece la Unión Soviética. Ese mismo año, los problemas en el sistema rotativo de la Presidencia de Yugoslavia llevan a los nacionalistas croatas y eslovenos, que acusan a los serbios de querer hacerse con el poder para crear la Gran Serbia, a emprender el camino de la secesión.

Después de la proclamación de la independencia de Eslovenia y Croacia, el parlamento bosnio -en la fecha- aprueba un memorándum sobre la soberanía de la República. El Partido Democrático Serbio, liderado por Radovan KARADZIC, no reconoce la decisión parlamentaria y aboga por la unión con Serbia y Montenegro. Cuatro regiones de mayoría serbia, sin confines entre sí, proclaman en el mes de diciembre su propia República, iniciando el proceso de escisión.

En la fecha se produce el reconocimiento de la República de Croacia por la Comunidad Europea. Pese a este reconocimiento, Krajina y algunas zonas de Eslavonia quedan bajo control serbio y las hostilidades prosiguen. También es reconocida en la misma fecha por la Comunidad Europea, la independencia de Eslovenia donde Janez DRNOVSEK, del Partido Liberal demócrata, pasa a presidir el gobierno. También Roma reconoce la independencia de las católicas Eslovenia y Croacia. La Iglesia ortodoxa serbia ha acusado a Roma de que sus prisas en el reconocimiento de estos dos países ha provocado una desestabilización en los Balcanes.

La república de Montenegro vota en referéndum, con un 60% de la población a favor, la formación con Serbia de una nueva Yugoslavia.

La CE seguida al día siguiente por EEUU., reconoce la independencia de Bosnia; A su vez, los serbios proclaman la República Serbia de Bosnia-Herzegovina, y se intensifican los combates. Siguiendo un plan similar al de la guerra de Croacia, las fuerzas serbias se apoderaron de casi dos tercios del territorio bosnio.

Una vez más Europa, esta vez la flamante Europa comunitaria, ha dado y sigue dando un triste espectáculo en la zona, pues subrepticiamente el antagonismo franco-germano no ha caducado, a pesar de las muestras externas convencionales, como lo demuestra bien claramente la disparidad de posiciones ante el problema y sus posibles soluciones. La única variante constante es la firmeza de la postura rusa y el resquemor de Turquia, que contempla expectante la situación, a la espera de que la inoperancia occidental vuelva a permitir su intervención en el área, de la que fue expulsado hace sólo 80 años. Y es que la falta de voluntad por solucionar el problema es más que notable a la vista de la consideración con que se trata la agresividad serbia, que domina sin ninguna contemplación a poblaciones albanesas, magiares, bosnias, búlgaras y croatas, dentro de su renovado imperio del siglo XIV.

El nuevo Estado de Bosnia-Herzegovina -en la fecha- ingresa en la ONU. Pero se había iniciado una cruenta guerra civil. En principio, croatas y bosnios se unieron contra la ofensiva serbia (bombardeos de Sarajevo, matanzas masivas, violaciones sistemáticas de las mujeres y deportaciones a campos de internamiento). Mas tarde, las apetencias croatas sobre territorios bosnios enfrentaron a los anteriores aliados y cada comunidad emprendió por su cuenta la “limpeza étnica” de su zona. Serbia y Croacia reivindicaban la desaparición del Estado bosnio y el reparto de sus territorios, mientras los musulmanes seguian considerando irrenunciable tanto la existencia del Estado como su integridad territorial.

Los intereses pan-serbios se han podido mantener a lo largo de la historia gracias a la complicidad, silenciosa unas veces u ostentosa otras, del mundo ortodoxo encabezado por Rusia, que siempre ha actuado como gran madre de los eslavos ortodoxos (no así de los católicos, a los que a la mínima ocasión ha sojuzgado; léase el caso de los polacos o de los uniatas ucranianos). Por otra parte, Serbia siempre ha disfrutado de la complacencia de Francia, deseosa de disponer de un peón económico y político en los Balcanes con objeto de frenar el bloque germano.

Los albano-kosovares eligen un parlamento y al escritor Ibrahim Rugova como jefe de Estado. (24-5-1992/21-1-2006). Mientras, el Ejército yugoslavo intenta evitar la secesión de Croacia y Eslovenia. En medio de violaciones de sucesivos alto el fuego acordados bajo el patrocinio de la entonces Comunidad Europea, CE, y de la ONU, los militares serbios emprenden una guerra de reconquista, a la que se suma todo tipo de atrocidades por ambos bandos.

La ONU sanciona a Serbia con un embargo comercial, petrolífero y aéreo al respaldar ésta a los serbios de Bosnia y su «limpieza étnica».