Conferencia de Paz para Oriente Próximo. Esta conferencia tiene lugar, en Madrid en los días 30/10 y 1/11/1991. Patrocinada por EUA y Rusia con la presencia de los principales dirigentes de los países árabes, los líderes palestinos de los territorios ocupados (la OLP no estaba representada oficialmente) y el primer ministro israelí Yitzhak Shamir. Los representantes palestinos están presentes formando parte de la Delegación jordana. A pesar de que los representantes palestinos no son miembros formales de la OLP, es ésta la que conduce a los representantes palestinos. Esta conferencia establece las bases, las condiciones y el calendario para las futuras negociaciones (bilaterales y multilaterales), e inaugura el principio de “paz por territorios”. Como consecuencia de la conferencia de Madrid, las conversaciones se establecen de dos formas: un conjunto de conversaciones bilaterales (conversaciones directas entre los países afectados, es decir, Israel-Siria, Israel-Líbano, Israel-Delegación jordano-palestina) y unos grupo de trabajo multilateral. Los grupos de trabajo multilateral se crean en torno a diferentes temas: seguridad regional, desarrollo económico regional, agua, medioambiente y refugiados.

El 1 de noviembre, a pocas semanas de la desaparición de la Unión Soviética, Chechenia proclama su independencia. La secesión no es apoyada por la mayoría de la población, sino por los líderes de los diversos clanes por intereses muy concretos. Estos intereses consisten básicamente, en el control de la producción petrolífera, pero también en el contrabando de armas. Una vez proclamada la independencia, las autoridades chechenas deciden, con carácter inmediato, la adopción de diversas medidas destinadas a crear un Ejército propio. La primera reacción del nuevo presidente ruso, Boris YELTSIN –quien hasta entonces ha defendido las proclamaciones de soberanía de todos los pueblos, ya que le resultaban útiles para debilitar el poder central de su antecesor, Mijail Gorbachov– es establecer el estado de emergencia. Poco después, el Parlamento anula la orden para evitar un enfrentamiento abierto con los líderes chechenos.

La proclamación de independencia en Chechenia, da lugar a un gran éxodo de los rusos residentes en la región, en una proporción difícilmente calculable, y que algunos cifran entre 45.000 y 240.000 personas. También provoca la separación de Ingushetia de Chechenia que forma su propia república. Estas dos comunidades llegarán a enfrentarse por el reparto de algunos territorios, problemas que aún hoy no han sido definitivamente resueltos. En ese momento, Moscú, condicionado por sus luchas internas, consciente de que es poco oportuno abrir nuevos frentes, decide dejar que el conflicto quede congelado hasta mejor ocasión.

En la fecha, Boris Yeltsin se reúne con el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk y el líder de Bielorrusia, Stanislav Shushkevich en Belovezhskaya Pushcha. En esa reunión es declarada la disolución de la U.R.S.S y el establecimiento de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en su remplazo.  Firman el Tratado de Belavezha.  Al mismo tiempo, anuncian que la nueva confederación estará abierta a todas las repúblicas soviéticas, así como a todas aquellas que compartan los mismos objetivos. El entonces Presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, describe la reunión como algo “ilegal y peligroso” y “un golpe constitucional a la nación”. Pero pronto estará claro que poco o nada habrá por hacer.

El 21 de diciembre 1991, los líderes de 11 de las 15 Repúblicas Soviéticas se reúnen en Alma-Ata, Kazajistán y firman el Tratado de Belavezha, firmado en primer lugar por Rusia, Ucrania y Bielorrusia el pasado  día 8. De esta manera, la COMUNIDAD DE ESTADOS INDEPENDIENTES (CEI) queda ratificada y la URSS de iure disuelta. Los 11 estados originales son Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Ucrania.

Desde un punto de vista histórico, la CEI puede ser vista como la entidad sucesora de la URSS. Sin embargo, es de resaltar que la CEI no es un estado en sí, y es comparable a la UE (una entidad de carácter supra-nacional) antes que a su predecesora (un estado centralizado). La CEI tiene a su cargo la coordinación de comercio, finanzas, leyes y seguridad de los estados miembros. Pocos de estos poderes se ejercen en un ámbito supra-nacional, y es criticada (interior y exteriormente) como una organización simbólica. Para cambiar esto, la prioridad más importante de la organización es el establecimiento de una zona-franca en su órbita y la unión económica de sus miembros. Está previsto llevar a cabo este proyecto, junto con la promoción de valores democráticos y la prevención del crimen, durante el año 2005. Las oficinas de la CEI se encuentran localizadas en Minsk, Bielorrusia. El cargo de Presidente de la CEI es conocido como Secretario Ejecutivo. Hasta la fecha, la mayoría de sus líderes han sido rusos o bielorrusos. Actualmente la organización es liderada por el antiguo Ministro del Interior ruso Vladimir Rushailo.

El 25 de diciembre de 1991 Gorbachov renuncia a la presidencia de un país que ya no existía: la URSS. Los tres Estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) no firman el tratado, de la misma manera que Georgia, ya que los cuatro países argumentan que han sido forzosamente incorporados a la URSS. Aquella misma noche, en el Kremlin, la bandera tricolor rusa reemplaza a la roja con la hoz y el martillo de la URSS.

Boris Yeltsin, sucede a Gorbachov. Se convirtió en el primer Presidente de Rusia al ser el primero directamente elegido en la historia del país.

La URSS deja de existir oficialmente el 31 de diciembre de 1991. Su lugar en la política mundial será ocupado por el mayor Estado de los que la han integrado, la nueva Rusia.

Moldavia y Transnistria llevan catorce años en conflicto, desde que empezó a desmoronarse la URSS y, con ella, la república soviética moldava. En la margen izquierda del río Dniéster, rusos, ucranianos y también moldavos dispuestos a defender lo que quedaba de la Unión se alzaron contra el fervor nacionalista de los moldavos rumanohablantes del otro lado. No se sabe cuántos murieron, hasta que el general Alexander Lebed, al mando del XIV ejército ruso, amenazó: “O dejan de matarse o los aplasto a todos con mis tanques”. De ese modo, más o menos, nació en una estrecha franja al este del Dniéster la República Moldava de Transnistria, capital Tiraspol. Transnistria tiene instituciones, himno nacional, bandera, moneda… Transnistria no es reconocida por ningún país del mundo. No sale en los mapas. Aquí sigue parte del XIV ejército ruso, mil y pico soldados que “guardan la paz” y custodian miles de toneladas de armas.