Un temblor de tierra de intensidad 6,8 causa 60 muertos en Avezzano (Italia) produciéndose 32.610 muertos.

«Pacto de Londres» por el que Francia y Gran Bretaña prometen a varios representantes nacionalistas italianos, sin conocimiento del Parlamento, algunos territorios que reclaman: Trentino, el Tirol del Sur, la Venecia Julia, Istria, Dalmacia e islas adyacentes, así como una «legítima compensación colonial», que no se refiere sino a una parte de las colonias alemanas en África. A cambio de ello, los nacionalistas italianos se comprometen a entrar a su lado en la Primera Guerra Mundial.

MUSSOLINI se casa en 1915 con Rachele Guidi con la que convive desde 1909.

Comienza la ofensiva alemana en Italia. El Decimocuarto Ejército alemán, mandado por Von Bulow, ataca en el Isonzo superior, tomando de revés las líneas italianas del Carso. Al ser roto el frente del Segundo Ejército italiano, el general Cadorna se retira en toda la línea. El desorden de la retirada italiana arroja un trágico balance con más de 400.000 bajas.  El general Cadorna fue relevado de inmediato.

La apertura del frente alpino no ha debilitado la defensa austríaca. Todo lo contrario, los austro-alemanes obligan a los italianos a retroceder hasta Piava y a abandonar Venecia. Por otra parte, los austriacos, liberados ahora del frente oriental, cuentan con nuevos refuerzos y deciden atacar. Los italianos se enteran de la hora del ataque y los reciben con una cortina de artillería. A pesar de todo logran avanzar pero el día 17 se ven obligados a retirarse, es entonces cuando se encuentran con el río crecido y con dificultades para retornar a su orilla, los aliados lo aprovechan y les inflingen severas bajas. Para cuando finaliza la batalla el 22 de Junio los aliados tienen 87.500 bajas, los austriacos han sufrido 125.000 bajas y otros 25.000 hombres han sido capturados.

Las tropas italianas, al mando del general Díaz, lanzan una ofensiva victoriosa, con una masa de tres ejércitos, contra los austriacos, hacia el Vittorio-Véneto y Belluno. Diez días de enfrentamientos terminan con la victoria italiana, que se resarce de sus anteriores y repetidos fracasos -por ejemplo Caporetto- y actúa como decisivo instrumento en el imparable proceso de desintegración de la carcomida monarquía austro-húngara.

Armisticio solicitado por Austria-Hungría que entra en vigor en noviembre de 1918. De facto supone el final de la Gran Guerra y ello suscita una esperanza general en toda Europa. No sólo porque pone fin a una terrible contienda (más de veinte millones de muertos), sino porque anuncia una nueva era que se espera más justa e igualitaria. Dichos anhelos se trastocarán pronto en profunda decepción, y pocos serán los satisfechos. Los subsiguientes tratados de paz (Versalles, Saint Germain, Trianon…) permitirán que antiguas nacionalidades formen su propio estado, como es el caso polaco, pero otras, en cambio, como la croata, verán frustradas sus esperanzas, y nuevas minorías, como la alemana en Checoslovaquia, se sentirán oprimidas. A dichas tensiones habrá que añadir una coyuntura económica desfavorable: excesiva deuda pública, reparaciones de guerra, reconversión industrial, inflación, devaluaciones, pérdidas de mercados a favor de EEUU. y Japón…

El fin de la Primera guerra mundial deja a Italia empobrecida y decepcionada, porque el nacimiento del Estado yugoslavo no permite realizar todas las aspiraciones anexionistas.

Las condiciones que se dan en Europa después de la Guerra Mundial, ponen contra las cuerdas a las clases medias y bajas europeas. Mermada su capacidad adquisitiva, éstas comprueban con creciente angustia que la disgregación de los grandes partidos no permite constituir gabinetes sólidos que den una adecuada respuesta a sus necesidades. La situación hace que amplios sectores de la burguesía, añorando la estabilidad de los años de preguerra, propugnen soluciones autoritarias capaces de poner orden y garantizar sus recursos. Sobre todo cuando el triunfo de LENIN en Rusia es visto como un peligro exportable, en especial tras el ensayo comunista de Béla Kun en Hungría en 1919. Y es que la imagen de los mutilados de guerra (cerca de un millón sólo en Francia) pidiendo limosna en las calles es un constante recordatorio de que la miseria puede estar a la vuelta de la esquina.

Según lo acordado en la Conferencia de París, Italia se anexiona el Trentino, Venecia Julia y los valles de Ampezzo, Tarvisio, Dobbiaco y Pontebba. Más tarde ese mismo año y por medio del Tratado de Saint-Germain-en-Laye pasan a Italia regiones austrohúngaras del Alto Adigio, Friuli, Trieste e Istria. Son ocupadas militarmente por un par de años, pero no anexadas, las zonas de Dalmacia prometidas en el Tratado secreto de Londres, que ha sido una de las razones por las cuales Italia ha entrado en la Primera Guerra Mundial.