Tres parlamentarios catalanes forman parte de la comisión encargada de redactar la nueva constitución española: Miquel Roca Junyent (CDC), Eduard Martín Toval (PSC) i Jordi Solé Tura (PSUC).

El gobierno de Adolfo SUÁREZ, después de la manifestaciones del pueblo español a favor de sus propias instituciones de gobierno, decide restablecer las autonomías en todo el estado español. Las regiones históricas de Catalunya, el País Vasco y Galicia serán las primeras en recuperar sus respectivos autogobiernos.

La manifestación más grande de toda la transición y una de las más grandes hecha nunca en Europa se ha vivido hoy en Barcelona. Un millón de personas han llenado el Paseo de Gracia para pedir el Estatut. Con la fuerza del triunfo de los partidos catalanistas, la manifestacion ha exigido el restablecimiento de la Generalitat de Catalunya y el retorno del presidente Josep Tarradellas, exiliado en Francia. Un mensaje con su voz, que se oía en Catalunya por primera vez, ha abierto la manifestación. El presidente Adolfo SUÁREZ llegará a un acuerdo con la Assemblea de Parlamentaris de Catalunya para el restablecimiento de la institución de autogobierno.

Carlos Ferrer Salat es elegido presidente de la CEOE.

Una comisión de expertos designada por la Asamblea de parlamentarios catalanes elegidos en los comicios de junio de 1977 comienza la redacción del proyecto de Estatuto de autonomía conocido, por el lugar donde fue redactado, como Estatuto de Sau.

Por el decreto-ley de 29 de septiembre de 1977 el Consejo de Ministros restablece un Govern Provisional de la Generalitat de Catalunya después de aproximadamente 40 años en el exilio. Este documento reconoce la figura de Josep Tarradellas como presidente de la institución. La presión popular de la Diada de este año -manifestación de más de un millón de personas- es una de las razones de la toma de esta decisión.

No hay un pacto de olvido entre los políticos que actuarán durante el período 1977-1982. Fraga y Carrillo, por ejemplo, no dejan en absoluto de recordar sus procedencias, lo que da aún mayor valor al hecho de que uno presentara en una sonada conferencia al otro (y el otro aceptara). Lo que realmente hay es una amnistía, concedida mutuamente e inspirada en la voluntad de convivencia. De ella, como es natural, se sacan las consecuencias debidas: no hay que utilizar en exceso el pasado fratricida contra el adversario porque se corre el peligro de volver a las andadas. El recuerdo de la Guerra Civil se convierte, así, en una especie de espada de Damocles, a la vez omnipresente e invisible, que reconduce hacia la moderación a tendencias que podrían concluir en la confrontación.

Sin duda, el nuevo marco político español ofrece mejores posibilidades de entendimiento y así lo quiere dejar claramente de manifiesto el jefe de Gobierno español, Adolfo SUÁREZ, cuando, en la fecha, realiza su primera visita a Londres. SUÁREZ declara en la capital inglesa que el nuevo proceso autonómico que se está llevando a cabo en España puede ser la clave para la solución del problema de Gibraltar ya que facilitará la «reintegración de Gibraltar en el territorio español, de conformidad con la resolución de las Naciones Unidas». No obstante, el flamante político español se niega a levantar las restricciones existentes en las comunicaciones con el Peñón, con lo que también advierte que, en este tema de la reclamación de su soberanía, España no está dispuesta a renunciar ni un ápice.

En sus más de quinientos años de historia, el Palacio de la Generalitat ha visto pasar por sus salas diferentes instituciones y ha cambiado de propietario al giro de los acontecimientos. El definitivo restablecimiento de la Generalitat en 1977 hace que el palacio sea ocupado nuevamente por la institución autonómica. En efecto, el domingo 23 d’octubre de 1977, el president de la Generalitat de Catalunya vuelve a Barcelona. Desde el balcón del Palau de la Generalitat, Josep Tarradellas pronuncia la frase: «Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!», y añade: «perquè jo també vull l’Estatut». Tiene, así lugar, la restauración de la Generalitat. Tarradellas recibido solemnemente en Barcelona, constituye un gobierno de unidad nacional. Tarradellas ha mantenido la institución durante el exilio y representa la continuidad histórica. Es el único gobernante de los tiempos de la República Española (1931-1939) que retorna para ejercer funciones de gobierno en la democracia reinstaurada.

Tarradellas toma posesión de la presidencia de la Generalitat en un acto solemne, al cual asiste el presidente del gobierno, Adolfo SUÁREZ. Los detalles de su regreso se han cerrado en un viaje sorpresa que unos días antes Tarradellas ha hecho a Madrid, donde ha sido recibido por SUÁREZ y el rey. Tarradellas ha nombrado un Consell Executiu que refleja el resultado de les elecciones del 15 de junio. Está formado por cinco consellers polítics, los líderes de los principales partidos: Reventós, Triginer, PUJOL, Gutiérrez i Sentís, y siete consejeros técnicos: Agricultura, Economia i Finances, Ensenyament i Cultura, Governació, Política Territorial, Sanitat i Treball. Por otra parte, una Comissió Mixta de Traspassos se encargará de negociar con el Gobierno central las competencias de la Generalitat. Éste órgano estará formado por representantes del Estado y de la Generalitat con la misión de negociar las competencias del Estado que ha de gestionar el gobierno autónomo a partir de los acuerdos para restablecer la Generalitat provisional y, después, a partir de lo que establezca el Estatut d’Autonomia