JUAN CARLOS I (Rey de España) (1975-2014)

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FRANCO, jefe del estado español, anuncia que ha elegido a JUAN CARLOS de Borbón como su sucesor en la Jefatura del estado, “a título de rey”.


En la fecha, FRANCO, jefe del estado español, haciendo uso de las prerrogativas que le conceden las Leyes Fundamentales, anuncia ante el pleno de las cortes que ha elegido a JUAN CARLOS de Borbón como su sucesor en la Jefatura del estado, “a título de rey”.

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Las cortes de España aprueban la designación de JUAN CARLOS como sucesor de FRANCO cuando éste muera.


Las cortes aprueban la designación de JUAN CARLOS como sucesor de FRANCO en la Jefatura del Estado español, tras una votación nominal con 491 votos a favor, 19 en contra y 9 abstenciones. Una vez más, el parecer de los tecnócratas se impone sobre las pretensiones de los falangistas. Para FRANCO es la mejor solución porque quiere mostrar claramente que no es la restauración de la monarquía tradicional, como si la dictadura hubiese sido un paréntesis. Al contrario, para FRANCO se trata de la instauración de una nueva monarquía hija de la Guerra Civil. JUAN CARLOS de Borbón, acepta y presta juramento ante las Cortes y recibe el nombramiento de Príncipe de España con el derecho al título de rey cuando FRANCO muera. Seguidamente dirige un discurso a la asamblea en donde resalta su vinculación, por línea directa, con la Familia Real española, terminando: “Confío ser digno continuador de quienes me precedieron”.

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Censo en España: 33.956.047 habitantes


Censo en España: 33.956.047 habitantes

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JUAN CARLOS de Borbón es designado por ley para reemplazar al jefe del Estado en caso de ausencia o incapacidad.


El 15 de junio de 1971, JUAN CARLOS de Borbón es designado por ley para reemplazar al jefe del Estado en caso de ausencia o incapacidad.

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En el congreso de Suresnes, los jóvenes del núcleo sevillano, el madrileño y el vasco, promueven Felipe González a la secretaría general del PSOE.


La dictadura franquista obliga a mantener en los partidos de la oposición una militancia separada entre los que se han habido de exiliar y los que pueden vivir dentro del país. En el caso del Partido Socialista Obrero Español esta dicotomía tiene también un carácter generacional que empieza a hacerse insalvable. El año 1970, el núcleo del interior, dirigido por Felipe González, tiene un primer enfrentamiento serio con la dirección del exilio, liderada por Rodolfo Llopis, pero es derrotado. El año 1974, en el congreso celebrado en Suresnes, en las afueras de París, la situación cambia, y los jóvenes del interior, especialmente el núcleo sevillano, el madrileño y el vasco, promueven Felipe González a la secretaría general del PSOE. Los postulados aprobados en este congreso son bastante radicales. Así, el PSOE propugna el neutralismo en política internacional, la defensa de la forma de gobierno republicana y hace gala de un decidido anticapitalismo.

El príncipe D.JUAN CARLOS asume transitoriamente la jefatura de Estado.


FRANCO responde favorablemente al tratamiento que se le está aplicando en la Residencia Hospitalaria, pero ARIAS NAVARRO y Rodríguez de Valcárcel, presidentes del gobierno y de las cortes respectivamente, le indican la necesidad de delegar poderes en el príncipe D.JUAN CARLOS, al principio FRANCO se resiste pero, finalmente, el día 19 de julio, lo acepta. El príncipe D.JUAN CARLOS asume la jefatura de Estado hasta el día primero de septiembre en que FRANCO volverá a reasumir el mando.

Una bomba colocada en la cafetería Rolando (Madrid) mata a 12 personas e hiere a otras 80.


En la fecha, España padece un oscuro y loco golpe de terror. Una bomba colocada en la cafetería Rolando, en la calle del Correo, junto a la sede central de la policía, en la Puerta del Sol de Madrid, mata a 12 personas e hiere a otras 80. Ni un sólo policía cae, en contra de los deseos de los terroristas. Asustada por el fracaso y por la reacción de la opinión pública ETA no reivindica el atentado y acusa a grupos de extrema derecha. La policía detiene a conocidos intelectuales y artistas, pero no se desvela del todo el misterio. Posteriormente quedará claro que la autoría de este atentado pertenece a ETA. Esta situación hace que el Gobierno, que inauguró su mandato con promesas aperturistas, cambie su discurso y su acción hacia el endurecimiento de la política de orden público. Es un Gobierno sin rumbo, que se deja llevar por los acontecimientos inmediatos e incapaz de tener un proyecto propio y de futuro. Un Gobierno vacío, sin ideas, en permanente deriva y pilotando un barco donde las vías de agua son cada vez mayores.
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Se funda en Montserrat, “Convergència Democràtica de Catalunya” como confluencia de diversos sectores.


La corriente catalanista y católica que empieza a actuar en la vida pública en los años cincuenta no hará una acción de política de partido hasta finales del régimen franquista. Desde principios de los setenta JORDI PUJOL está convencido que es necesario hacer el paso a la acción directamente política, “fer política”, como continuación de la fase del “fer país” eminentemente cívica. Así, en noviembre de 1974 se funda en Montserrat, “Convergència Democràtica de Catalunya” como confluencia de diversos sectores, entre los cuales se encuentra “Unió Democràtica” -UDC- , que poco después la abandonaría, independientes y “Grup d’Acció al Servei de Catalunya”, liderado por PUJOL. La nueva plataforma se define como democrática, catalanista y progresista y se incorpora a la Assemblea de Catalunya. Se funda con vocación de pal de paller (aglutinador del catalanismo) Centrista pero escorado inicialmente a la izquierda, variará su ubicación hacia el lado contrario, gobernando desde las primeras elecciones democráticas de Catalunya hasta 2003.

El nuevo contexto socioeconómico acompaña la continuidad en la dinámica represiva gubernativa de los albores de la Transición.


El nuevo contexto socioeconómico y la continuidad en la dinámica represiva gubernativa de los albores de la Transición condicionaron la reubicación de los sectores que habían dinamizado el nuevo nacionalismo y la influyente extrema izquierda vasca. La novedad del desempleo y de la crisis económica cada vez más claramente percibido fue complementada por la continuidad en las pautas políticas del último franquismo. Esto hizo que los primeros pasos de la Transición se vieran marcados por una muy fuerte conflictividad político-social que enlazaba en ejes y protagonistas con las movilizaciones de diciembre de 1974 -la huelga general convocada por organizaciones de extrema izquierda, con la desautorización expresa del Partido Comunista (PCE), con puntos tales como amnistía y disolución de cuerpos represivos- y con las huelgas generales de agosto- septiembre de 1975 en contra de las ejecuciones de militantes de ETA y FRAP.