REINO FRANCO CAROLINGIOS (751-911)

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Reino francoREINO FRANCO CAROLINGIOS (751-911) Se refiere al reino franco que dominó la dinastía carolingia del siglo VIII al siglo IX en Europa occidental. Este período de la historia europea deriva de la política de los reyes francos, Pipino el Breve y Carlomagno, que supuso un intento de recuperación en los ámbitos políticos, religioso y cultural de la época medieval.

Fallece el rey franco LUIS I el Piadoso. El imperio es dividido entre sus tres hijos.


Fallece el rey franco LUIS I el Piadoso quien ha reconocido antes de morir a Sancho MITARRA el gobierno de la Vasconia. El imperio es dividido entre sus tres hijos: Lotario I (Emperador), Carlos II el Calvo (840-877), y Luis II el Germánico (840-876) de acuerdo con la distribución efectuada en 839. Debido a este nuevo reparto, a su último hijo, CARLOS el Calvo, Luis el Piadoso le atribuye la provincia de Aquitania. CARLOS se afianza en su decisión de conseguir esta provincia y PEPINO II que a su vez la ha recibido como herencia de su padre, Pipino I, en 838, intentará conservarla en su patrimonio.

Los ejércitos de LUIS y CARLOS se enfrentan a los de su hermano LOTARIO I, emperador.


Ante los intentos de LOTARIO I, por imponer la autoridad imperial, LUIS y CARLOS comprenden que el peligro que corren es el mismo -LOTARIO-, por lo que deciden aliarse. Se produce el encuentro de los ejércitos el 25 de junio del año 841, en las cercanías de Auxerre. LUIS y CARLOS salen victoriosos del encuentro aunque pronto LOTARIO se recuperará y lanzará sus ejércitos sobre CARLOS. Las tropas de LOTARIO serán rechazadas en las cercanías del Sena.

CARLOS II y LUIS II, sellan en el «Juramento de Estrasburgo» una alianza contra su hermano LOTARIO I.


CARLOS II el Calvo y LUIS II el Germánico, sellan en el «Juramento de Estrasburgo» -primer testimonio escrito en una lengua romance (francés)- una alianza contra su otro hermano, el emperador de Occidente LOTARIO I. Con nuevos alientos se dedican a expulsar a LOTARIO de sus territorios, alcanzando la propia Aquisgrán, la sede imperial. Los clérigos reconocen a LUIS y CARLOS como buenos reyes, deslegitiman a LOTARIO e invitan a un equilibrado reparto del Imperio.

El primer documento existente donde aparece el nombre de Andorra se trata de una orden del año 843.


El primer documento existente donde aparece el nombre de Andorra se trata de una orden del año 843 que redacta CARLOS II el Calvo, nieto de Carlomagno, y en el que cede los valles de Andorra a Sunifredo, conde de Urgell en reconocimiento de su contribución a la derrota de los moros. De este modo, Andorra entra a formar parte de la Marca Hispánica destinada a contener los ataques de los musulmanes de la Península Ibérica.

Por el Tratado de Verdún, el Imperio carolingio es dividido entre tres nietos de Carlomagno.


Por el Tratado de Verdún (843), el Imperio carolingio es dividido entre tres nietos de Carlomagno. CARLOS II el Calvo recibe la Francia Occidental (la actual Francia) y el norte de la Península Ibérica. LOTARIO I adquiere el título imperial (840-855) aunque sin tener autoridad sobre sus hermanos. (Tiene bajo su control las dos capitales imperiales: Aquisgrán y Roma). Por otra parte, recibe el área central que comprende desde el mar del Norte a través de Lotaringia (Lorena) y Borgoña hasta los territorios del norte de Italia; el tercero, LUIS II el Germánico, recibe Francia del Este (la región que comprende la actual Alemania). El Tratado de Verdún, origen de la fragmentación política de Europa que perdurará hasta nuestros días, es concebido como una solución transitoria a este enfrentamiento de hermanos, pero poco después sus estipulaciones irán cambiando por el encadenamiento de los hechos. La separación de Francia Occidentalis (el reino Franco Occidental, o Francia) de Francia Orientalis (el reino Franco Oriental, o Alemania) permanecerá todavía en el siglo XXI.

Por el Tratado de Verdún, el territorio de Suiza es repartido entre LOTARIO y LUIS el Germánico.


Tras el reparto de Verdún, el territorio actual de Suiza pertenece al imperio de Carlomagno. Desde entonces, la región situada al oeste del Aar es asignada a LOTARIO, mientras que la del este queda en manos de LUIS el Germano.

Por el Tratado de Verdún, los Paises Bajos quedan repartidos entre LOTARIO y CARLOS el Calvo.


Los Países Bajos pasan a formar parte, tras el Tratado de Verdún, de las regiones denominadas Lotaringia y Neustria, regidas la primera por el rey franco LOTARIO I y la segunda por el rey franco CARLOS II el Calvo. La parte más al sur es la que queda en Francia y la parte central y norte queda en Lotaringia. Esta división, así como sus antecedentes (romanización efectiva sólo del sector «francés») constituyen el origen histórico del tradicional conflicto belga entre el norte germánico y el sur latino.

BERNAT de Septimania es ejecutado por orden de CARLOS II.


La política de nombrar condes de origen franco para reforzar el dominio carolingio en la Marca Hispánica, acaba en fracaso ya que estos condes se preocupan más de participar en las luchas internas del Imperio. Así, pues, los emperadores carolingios vuelven a encomendar el gobierno a condes indígenas. SUNIFREDO I conde de Urgell-Cerdanya es nombrado -en la fecha- por el nuevo monarca CARLOS II el Calvo, frente a la traición de BERNAT de Septimania, conde de Barcelona, Girona, Narbona y otros condados de Septimania (844-848). Parece que como premio a su fidelidad, además recibe el título de Marqués. Se casará con ERMESSENDA. BERNAT es ejecutado, en la fecha, por orden de CARLOS II.

El emperador CARLOS el Calvo, institucionaliza el vasallaje.


A mediados del siglo IX, el monarca CARLOS el Calvo, institucionaliza el vasallaje y dispone que la posesión de tierras y los compromisos aparejados a ella adopten un carácter hereditario. Tras la escisión del Imperio con el Tratado de Verdún (843), la inestabilidad que acarrearán las guerras intestinas y las invasiones externas conducirá progresivamente al fortalecimiento de los mandatarios locales en detrimento de la Corona. Éstos seran vasallos de un monarca, pero pasarán a serlo más nominalmente que otra cosa. La posesión de la tierra, su explotación económica, el gobierno de sus habitantes, la defensa del suelo, la percepción de impuestos…, en fin, el poder concreto, quedará en manos de la nobleza.