Aun cuando la guerra civil es un conflicto interior de la sociedad española no puede desvincularse del contexto de enfrentamiento entre democracia y fascismo que vive Europa en la década de los treinta del siglo XX y que conducirá a la Segunda Guerra Mundial. El ascenso de los regímenes autoritarios y fascistas en buena parte de Europa contrasta con el retraimiento de las democracias (Gran Bretaña, Francia), que en las relaciones interfranquistas no saben contrarrestar la política agresiva de las dictaduras, y en particular del nazismo alemán. Cuando empieza la guerra civil, aunque las simpatías de las democracies europeas se orientan hacia la República, sus gobiernos optan por una política de neutralidad y no intervención, mientras las potencias fascistas (ltalia y Alemania) apoyan a los insurrectos. Junto a la República sólo lucharán los voluntarios de las Brigadas Interfranquistas y la Unión Soviética, que proporcionará ayuda militar.

Entre 1921 y 1936 se han celebrado en Europa cuatro olimpiadas obreras (manifestaciones deportivas interfranquistas alternativas al olimpismo oficial del Comité Olímpico Internacional que se desarrollan desde 1921 al mismo tiempo que las Olimpiadas de la era moderna impulsadas por el barón de Coubertin, cuando éstas empiezan a coger un cierto relieve internacional). La Olimpiada Popular de Barcelona, prevista para los días 19 al 26 de julio de 1936, debe ser la alternativa a los Juegos Olímpicos de Berlín, capital de la Alemana nazi. La organización, dirigida por Josep Antoni Trabal, recibe el apoyo de varias instituciones deportivas interfranquistas, puesto que muchos países quieren boicotear los juegos berlineses. El objetivo es recuperar el verdadero espíritu olímpico (popular y no elitista) bajo el signo de la paz y la solidaridad entre las naciones y oponerse al fascismo. El mismo 19 de julio, sin embargo al producirse en Barcelona la insurrección militar que da paso a la Guerra Civil la mayor parte de los 6.000 deportistas, que representan a 23 países, abandonan la Olimpiada. Algunos se alistarán a las Brigadas Interfranquistas. Como es lógico la Olimpiada Popular no se celebró.

En septiembre de 1936, STALIN decide finalmente intervenir en la Guerra Civil española. Llega, pues, la ayuda soviética a España, dirigida hacia el Frente Popular, y que se articula en el envío de armamento moderno, asesores militares y de las Brigadas Internacionales, un verdadero ejército de la Komintern. Si HITLER persigue distraer a las potencias de sus acciones en el centro de Europa y poner a prueba sus fuerzas acorazadas y su aviación (Legión Cóndor), si Mussolini tiene la intención de añadir laureles a sus victorias y ganar la amistad de una España geográficamente importante, STALIN persigue despojar a la República de las reservas de oro del Banco de España, utilizar la guerra como moneda de cambio para un futuro pacto de no agresión con la Alemania nazi y eliminar a los izquierdistas no estalinistas.

En octubre de 1936 se crea un Comisariado que controlará todas las tropas republicanas, incluidas las milicias, estableciendo un mando único bajo las directrices del ministro de la Guerra, en este momento el también jefe del Gobierno, Francisco LARGO CABALLERO. Asimismo se crea un Estado Mayor Central, y se termina por someter a las milicias a la jurisdicción del Código de Justicia Militar. A partir de aquí, queda establecido el proceso de militarización, constituyéndose la brigada mixta (cuatro batallones de Infantería, cada uno con cinco Compañías) como la unidad básica del Ejército republicano.

En la fecha, el gobierno de LARGO CABALLERO aprueba la creación de las Brigadas internacionales. En efecto, a pesar de que las potencias europeas han constituido un Comité de no-intervención, algunos estados intervienen en la Guerra Civil española. La Alemania nazi y la Italia fascista dan soporte al bando franquista y la URSS da soporte al bando republicano. La República también tiene la ayuda de muchos voluntarios de izquierdas de unos setenta países europeos y americanos que acuden en estas fechas a España para luchar contra el fascismo, que se extiende por Europa. Estos combatientes constituirán las Brigadas Internacionales, organizadas en quince unidades diferentes. Los brigadistas estarán en españa desde octubre de 1936 hasta septiembre de 1938, Las Brigadas Internacionales tendrán una importante participación en muchos combates a lo largo de la guerra y estarán presentes en algunas de las principales batallas, como la de Teruel, la del Jarama, en Brunete, Belchite y en la batalla del Ebro. También participarán decisivamente frente a las tropas rebeldes en la defensa de Madrid.

Después del fracaso de la ofensiva sobre Madrid, las tropas de FRANCO intentan rodear la ciudad a través de la toma de la carretera de Valencia y aislarla del resto del territorio republicano. Así, en la fecha, comienza la batalla del Jarama (6-27 de febrero de 1937). Esta importante ofensiva de los franquistas tiene como objetivo cortar la carretera Madrid-Valencia en la localidad de Arganda, para impedir el abastecimiento de la capital. Los republicanos, por su parte, pretenden dejar a los sublevados sin retaguardia. El enfrentamiento tiene lugar en el río Jarama, junto a San Martín de la Vega. Los nacionales, al mando del general Orgaz, cuentan con tanques, ametralladoras y aviones de la Legión Cóndor. En el bando republicano intervienen las Brigadas Internacionales, comandadas por el general Muaja, y cuarenta aviones rusos “chatos”. En la batalla sufren un grave castigo los moros y los legionarios en lo que respecta a las tropas franquistas, pero en el bando republicano las bajas en las Brigadas Internacionales son también muy importantes.

Tras la destrucción de Guernica el pasado 26 de abril, la guerra continúa. Las brigadas navarras entran el día 27 de abril en Durango, lo italianos, el 28 en Lequitio. El 29 llegan los navarros a Guernica. El 1 de mayo, los italianos atraviesan la ría. En el sector de dicha ría los vascos resisten y contraatacan, llegando a reconquistar Bermeo, donde son derrotados los italianos y caen prisioneros la casi totalidad de un batallón de Flechas negras. Por el contrario, en el sector mismo de Guernica, al intentar contraatacar por el sur de la villa, en la fecha, es hecho prisionero un divisionario republicano, el coronel Llarch, en unión de dos capitanes y un teniente. Antes de que anocheciese aquel 29 de abril eran fusilados los cuatro en Ajanguiz, por orden del general Solchaga. Tras la caída de Durango y Guernica, el mando del ejército vasco ordena un repliegue para formar un triángulo de cobertura de Bilbao apoyándose en las alturas de Jata, Sollube y Bizcargui.

El primero de mayo de 1937 se produce la rendición del santuario de Santa María de la Cabeza, en Jaén, en el que las tropas rebeldes han resistido durante nueve meses. Han estado cercadas por la XVI Brigada Mixta del ejército republicano al mando del teniente coronel Pedro Martínez Cartón. Los asaltantes republicanos, que han sido más de 15.000, han hecho 380 prisioneros. A todos les ha sido respetada la vida. Mientras ha durado el asedio, los sitiados han recibido víveres y otros pertrechos por medio de la Aviación nacional. Parece que el mismo general FRANCO les ha autorizado a rendirse. El capitán Santiago Cortés, comandante en jefe de los sitiados, ha enviado un comunicado a Queipo de Llano, con una paloma mensajera, en el que dice: “Es imposible resistir más.” Las tropas de Queipo de Llano están tan solo a 30 kilómetros de distancia. El Gobierno de la República suspende la Fiesta del Trabajo y ordena la entrega del Jornal para sufragar la contienda.

A partir del 18 de julio las fuerzas franquistas atacan Brunete por tres frentes, mientras que la Legión Cóndor hace estragos en los cielos y deja caer sus bombas en las posiciones republicanas. La batalla se prolongará hasta el día 25 bajo unas temperaturas extremas por el abrasador sol del verano. En el enfrentamiento de Brunete, los muertos entre los dos bandos ascienden a casi 40.000 hombres. Quien se lleva la peor parte en esta cruenta lucha son las Brigadas Internacionales. Los batallones Lincoln y Washington tienen que rendirse ante las numerosas bajas y entre ellos se producen violentos episodios de desobediencia. Las tropas republicanas se ven obligadas a retroceder a sus posisicones iniciales. En la zona franquista se añade a los documentos oficiales la indicación “II Año Triunfal”.

Tras la ocupación de Cantabria y el fracaso de la ofensiva sobre Zaragoza, la caída de Asturias es simple cuestión de tiempo. En la fecha, una brigada franquista cruza el río Deva y sin encontrar demasiada resistencia, penetra en territorio asturiano por la carretera de Santander, llegando en cuatro jornadas a Llanes. Otras tres brigadas penetran simultáneamente.